Nuestro municipio, después de un año desde el comienzo de la pandemia, finaliza su segunda Semana Santa sin cofradías en la calle, relegando forzosamente a la intimidad en el interior de los templos
Aunque la Semana Santa va más allá de salir a procesionar con los titulares a la calle, ya que se realizan multitud de actividades durante todo el año litúrgico, hay que admitir que la salida procesional es uno de los momentos más grandes y emotivos que puede vivir un hermano o devoto.
Desgraciadamente, todas las hermandades están viviendo momentos duros debido a la situación de pandemia por la que pasamos actualmente, pero hoy nos queremos centrar en las hermandades de penitencia, y en especial en las de nuestro pueblo, esas a las que dan vida gran cantidad de personas por amor a sus titulares.
En este sentido, desde Aljaraque Punto Cero hemos querido aprovechar la oportunidad de que ha finalizado la Semana Santa para conocer, de primera mano, cuáles son las impresiones de los hermanos mayores de las tres diferentes corporaciones que procesionan en nuestro municipio: Sacramental Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo del Amor, María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista; Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de las Mercedes; Benemérita Hermandad Ntro. Padre Jesús Cautivo, María Santísima de Consolación y Gracia, San Agustín y San Sebastián.
Al comienzo de la pandemia, nadie quizás se hacía a la idea de que esta fuera a durar tanto, y mucho menos, de que íbamos a estar dos años sin poder vivir las salidas procesionales de nuestras hermandades. Por este motivo, no hemos tenido más remedio que interesarnos por cómo se encuentran los diferentes hermanos mayores. Abel Rodríguez es el Hermano Mayor del Cautivo de Aljaraque, una imagen que data de octubre de 2019, por lo que todavía no ha podido salir a la calle por culpa de la situación que vivimos actualmente. Abel, al igual que Manuel Lopa (Hermano Mayor del Cautivo de Corrales) y Pepe Gallardo (Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental), ha vivido estas dos Semana Santa con mucha pena, aunque señala que la de este año quizás se la esperaba, “por lo que actualmente estamos viviendo estos momentos como preparación y organización para que el año que podamos salir a la calle, todo vaya fenomenal”.
Como es evidente, los hermanos mayores de las corporaciones no son los únicos que lo han sufrido. Las hermandades están conformadas por muchísimas personas; unos hermanos que viven por y para la hermandad, y que también lo han pasado mal durante estos días. Tal y como nos cuenta Manuel Lopa, los hermanos de su corporación han vivido la Semana Santa “con resignación, aunque sabiendo que esto debía suceder así, ya que estamos inmersos en una pandemia mundial y la salud prima por encima de todo. Ha sido una oportunidad para vivir, no solo el Jueves Santo, sino todos los demás días de una manera más íntima y espirituosa, pero siempre con la pena de no poder ver a nuestros titulares en la calle”.
Por su parte, Pepe Gallardo resalta que, a diferencia del año pasado, “al menos este hemos tenido la magnífica oportunidad de poder vivir la Semana Santa junto a nuestros titula- res, cosa que el año pasado fue imposible. Los hermanos y todos aquellos que han querido se han pasado por la iglesia, ya que hemos tenido la posibilidad de tenerla abierta desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo en un horario muy amplio. Por este motivo, me encuentro muy satisfecho”.
Sin embargo, no es todo color de rosa. Llevamos más de un año desde que empezó la pandemia, y las hermandades, en términos económicos, se han visto afectadas. Las limitaciones impuestas han provocado que muchas de las actividades con las que antes subsistían no se hayan podido realizar. Ahora, no les ha quedado más remedio que reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos, donde han primado otras iniciativas como los sorteos, la venta de recuerdos, entre otros. Estas actividades, además de las cuotas de hermano, han permitido que nuestras hermandades hayan continuado con sus obras socia- les, que sin duda es una de las labores más encomiables que realizan las corporaciones, ya que esto también es signo de “hermandad”.
Nuestras tres hermandades, tienen grandes proyectos cercanos a los que hacer frente. Por ejemplo, la Hermandad del Cautivo de Corrales está inmersa en el ambicioso proyecto de la nueva Casa de Hermandad, aunque si hablamos del proyecto más grande de esta corporación, ese corresponde al del nuevo paso de misterio para Nuestro Padre Jesús Cautivo. Por otro lado, en la Hermandad Sacramental, Pepe Gallardo menciona que comenzaron hace poco con un taller propio de bordados, y, de hecho, “la saya que vistió María Santísima de los Dolores durante esta Semana Santa ha sido la primera que se ha confeccionado en el taller”. Por último, pero no menos importante, en la Hermandad del Cautivo de Aljaraque, Abel Rodríguez subraya que “hemos seguido con la línea que traíamos, en concreto, hemos estado trabajando en el canasto del paso de salida de Nuestro Padre Jesús Cautivo, aunque además hemos adquirido un juego de candelabros de orfebrería de seis luces”.
Entre todos estos proyectos, lo que resalta es la ilusión y el cariño que le ponen cada uno de los miembros de cada her- mandad de nuestro pueblo. Fieles y devotos que sueñan con que la Semana Santa, tal y como la conocemos, llegue lo antes posible, ya que eso será señal de que la pandemia habrá acabado.
Con este reportaje, nos quedamos con las palabras de nuestros tres protagonistas en nombre de sus hermanos, ya que nos han hecho llegar que la Semana Santa, no solo es la salida procesional, por lo que estamos ante una oportunidad sin igual para poder vivir todo este tiempo litúrgico de una manera más especial. Poco a poco, nos vamos acercando a lo que antes conocíamos; el año pasado vivimos la Semana Santa desde casa, ya en este, cerca de nuestros titulares, y esperamos que el próximo, o uno muy cercano, pueda ser con las imágenes paseando por las calles de Aljaraque y acompañados por todo su pueblo.