Nina adora las nubes y por más que las mire, nunca deja de sorprenderse de toda la belleza que le muestran. Cuando las contempla, no puede evitar que se le dibuje una sonrisa angelical en su cara. Los animales son su otra gran pasión, los gatos y “los pipis” la vuelven loca…
Alegre, tranquila, pragmática y con un afilado sentido del humor, Nina recorre su vida con calcetines y pendientes de diferentes pares. No le gusta el “porque sí” ni seguir órdenes establecidos, no se deja llevar por la corriente y adora hacer patrones nuevos.
Graduada en Bioquímica, disfrutona y tauro (jijij), vive con la ilusión permanente de que le digan que hoy de comer hay ensaladilla rusa o salmorejo. No le gusta lo dulce ni lo picante (en cuestiones culinarias), y si le quieres regalar una chuche, cómprale patatas pringles, por favor. Nina valora la justicia y el respeto por encima de todo, y le gusta combinar falda con zapatillas de deporte. Adora a sus amigos, y no cambia el mejor de los planes por un rato de tertulia con ellos entre las cuatro paredes de la caseta de su Pilita de su alma.
Cada día que pasa se tropieza con algún talento que le genera curiosidad y siempre decide autoexplorarse en ese sentido. Lo mismo coge un lápiz y se pone a dibujar en un papel lo primero que se le venga a la cabeza, que te baila latino o una danza nueva que se acaba de inventar. También la cocina es, en ocasiones, la destinataria de sus creaciones, inventando sofisticadas recetas, especialmente con batatas, que no dejan indiferentes a sus comensales. Lo último y más noticiable ha sido apuntarse a clases de corte y confección, otra modalidad de manifestación artística que le abre las puertas para que ella vea si es por ahí por donde debe salir esa creatividad infinita que se atropella en su cabeza.
Ella no se pone límites, ni físicos, ni mentales, ni geográficos, tampoco le gusta que nadie se los ponga. Su ilusión es lograr un trabajo que le guste y le permita ganar suficiente para poder viajar y conocer cada rincón de este mundo, y si la aprietas un poco, incluso también de los otros…
Vive el aquí y el ahora, y lo hace con gran intensidad. No le preguntes qué va a hacer mañana, ni dentro de diez minutos, es la reina de la improvisación. Se adapta a un cambio de planes con una facilidad extrema. Cuando le surge un viaje, ella sale corriendo, se cambia de ropa, se ata los cordones de sus zapatillas negras, y hace su mochila en cuestión de segundos.
Y luego está su relación con la música. Esa eterna ducha con el altavoz a tope; los largos paseos con sus auriculares escuchando aquello que mejor acompañe al movimiento de las nubes; ese mandala sobre la hierba en el campo en medio de la nada, su juego de estrategia o sus cartas en buena compañía, su Larios con limón y, por supuesto, el altavoz sonando con música ambiente; ese estar estudiando en el sofá con el portátil sobre sus piernas y los cascos puestos haciéndole la jornada más llevadera; o esa barbacoa familiar en la terraza de casa y ella tratando sigilosamente de hacerse cargo de la música que va a sonar, que siempre va a ser variada, eso sí, y a gusto de todos, porque cualquier estilo musical tiene cabida en su vida…
Nina cumple 23 años el 25 de abril, y desde estas líneas, sus familiares y amigos queremos desearle toda la salud y la felicidad que merece, al tiempo que le pedimos que siga insistiendo en la cocina, que en su casa todos están dispuestos a probar cualquier nuevo plato que se le ocurra diseñar.
