El pasado 7 de mayo, la pequeña María Cruz tuvo la oportunidad de celebrar su primer cumpleaños con una gran tarta. La pequeña sopló sus velitas vestida al completo de rosa, y estuvo acompañada únicamente por su padre, por su madre y por su hermana mayor, Rocío. Ni las circunstancias sanitarias, ni tampoco las familiares acompañaron en esta ocasión, pero ella, ajena a todo, fue feliz celebrando su primer año de vida.
Es una niña muy querida a la que le encanta disfrutar del parque, donde se pone como loca jugando con todo. Ella es recreativista casi desde su nacimiento, al poco tiempo de nacer, le hicieron su carné. Aunque ella todavía no entiende mucho de eso, seguro que poco a poco seguirá los pasos de su hermana, que con tan solo cinco años es capaz de cantar el himno y disfrutar del equipo de sus amores.
Aunque María todavía no ha tenido la oportunidad de conocer cómo es exactamente la vida por culpa de la pandemia, a medida que vaya creciendo y la situación vaya mejorando, seguirá disfrutando incluso más de lo que lo hace ahora (si es que eso fuera posible).
“Cuando seas mayor, podrás entender cómo viviste tu primer cumpleaños. Un situación extraña y desconocida nos invadía, pero nos quedamos con tu cara de felicidad e inocente justo en el momento que soplabas por primera vez las velas de tu tarta. ¡Te queremos mucho María!”
