Cuando la belleza y el talento se dan la mano, aparece Cinta Ramírez, la joven actriz nominada a los Premios Aljaraqueños del Año
Cinta vive en Madrid pero se siente muy corraleña. Es una apasionada de su pueblo. Su familia vive aquí y sus mejores recuerdos de infancia llevan el sello de Corrales. Adora el cariño que se muestran los vecinos cuando abren las puertas de sus casas, ese sentirse siempre acompañado del que el vecino de una gran ciudad adolece. Ese saludo cariñoso…
Cinta siempre está deseando que llegue ese momento de preparar “su macutillo” para venir a su pueblo y reencontrarse con todo lo suyo…
Desde bien pequeñita, nuestra protagonista empezó a dar pistas de lo que sería de mayor. A los seis años ya tenía claro que quería ser bailarina y fue cuando se apuntó a ballet clásico en la Escuela Municipal de Música y Danza de Aljaraque, con Inmaculada Agudo enseñándole sus primeros pasos de ballet. Recuerda mirarse al espejo enfundada en su pequeño maillot color rosita y sentirse grande, feliz. Pronto la conoció el teatro Cinema Corrales donde exhibió todos sus talentos incipientes, allí estrenó sus dotes interpretativas y también dejó sus primeros pasos de danza.
Cuando la pequeña Cinta bailaba, llamaba la atención su particular forma de sentir los movimientos, dotándolos de enorme sentimiento y dramatismo. Ese don no pasó desapercibido, y cuando tuvo que afrontar la decisión de decidir qué carrera estudiar, Dani Mantero le planteó la posibilidad de estudiar interpretación, una opción que ya en familia se estaba barajando. Nada más que hablar. Lo tuvo claro. Se preparó las pruebas “a full” y cogió la carretera hacia Málaga, donde se matriculó en la Escuela Superior de Arte Dramático en la modalidad de Interpretación en el Musical. Más tarde en Madrid cursó el Máster de Interpretación ante la Cámara, formación que le abrió las puertas hacia el cine.
Nuestra vecina ha participado en Los Japón, Toy Boy, Deudas y en el Musical de Chicago en el Teatro Cervantes de Málaga y su posterior gira.
Cinta es un claro ejemplo de que el futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños y no cesan en su empeño hasta lograrlos. Nuestra joven ejemplar decidió perseguir sus sueños convencida de que ellos conocían el camino… Y no se equivocó.
