Pocas localidades como Aljaraque, tienen la fortuna de que parte de su término municipal esté incluido en un Espacio Natural Protegido, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO: las Marismas del Odiel. Y tan importante como las propias marismas lo es la corona forestal que las rodea. Los pinares de Aljaraque, la mayoría Montes de Utilidad Pública del Ayuntamiento, son una parte importante de la Corona Forestal de las Marismas del Odiel. Los diferentes pinares de Aljaraque están muy próximos a los núcleos urbanos del municipio (Aljaraque pueblo, La Dehesa, La Monacilla, Bellavista y Corrales) por lo que pueden considerarse Bosques Urbanos, con una importante función social, cultural, de esparcimiento y paisajística.
Los pinares de Aljaraque son principalmente de pino piñonero, pero en algunos puntos se mezcla puntualmente con otras especies arbóreas como alcornoques, encinas, acebuches, eucaliptos, etc. Y bajo los pinos o mezclados con ellos, diferentes especies de matorral: lentiscos, palmitos, mirtos, jaras, etc. El pinar sirve de refugio a diferentes especies animales como conejos, estorninos, palomas, tórtolas y otro largo etcétera. Por tanto, los pinares de Aljaraque son un valioso patrimonio de todos los aljaraqueños, que tienen el derecho de disfrutarlo ahora y en el futuro.
Además, ese contacto estrecho con los pinares de Aljaraque puede servir para dar a conocer a la población las diferentes actividades forestales que se llevan a cabo en el monte mediterráneo, para asegurar su conservación y su aprovechamiento óptimo.
Los pinares de Aljaraque proceden de repoblaciones realizadas hace unos cincuenta años. Esto no quiere decir que antes no hubiera pinos. Los había, pero en menor abundancia y se encontraban dispersos en un paisaje más deforestado. Los pinares de repoblación se hacen con una densidad alta, es decir con muchos pinitos por superficie, para que al crecer juntos se cree un ambiente más favorable a su crecimiento y desarrollo.
Conforme van creciendo los pinos, es necesario hacer cortas de mejora para reducir el número de árboles y que los que quedan se desarrollen en mejores condiciones, con un mayor crecimiento del tronco y las copas, más producción de piñas, copas más desarrolladas y con más hojas verdes y con un menor peligro de propagación de los incendios al estar los árboles más separados entre sí.
Las cortas de mejora, realizadas convenientemente, suponen una dinamización y diversificación del paisaje forestal compatible con el Convenio Europeo del Paisaje y la Estrategia de Paisaje de Andalucía. Si no se realizaran estas cortas de mejora, las masa forestal crearía un ambiente umbrío, bajo el cual apenas habría regeneración natural ni del pino ni de otras especies, los árboles se encontrarían más debilitados y susceptibles al ataque de plagas como la procesionaria, apenas producirían piña, los troncos serían más delgados y tortuosos… y, sobre todo, el peligro de incendio sería mucho mayor, al propagarse horizontalmente por la gruesa capa de hojarasca que podría pasar a la parte alta de los pinos por las ramas secas que se conservan sobre los troncos y convertirse en un peligrosísimo incendio de copas que podría propagarse a la práctica totalidad del pinar, siendo casi imposible su extinción. Recordemos el incendio de Doñana de hace unos años. En el caso de los pinares de Aljaraque se suma un peligro adicional y es que, al estar en contacto con carreteras y zonas urbanizadas (lo que se conoce como interfase urbano forestal), el riesgo de inicio de incendio es aún mayor.
En definitiva, estos pinares plantados en su mayor parte por el hombre en la segunda mitad del siglo XX, necesitan que se realicen tales cortas de mejora para tener una mayor vitalidad y un menor riesgo de incendio. Realizar las cortas de mejora en los pinares significa que van a cumplir de manera más eficiente sus funciones ecológicas como parte de la Corona Forestal de las Marismas del Odiel, y sus funciones sociales, como bosque urbano, próximo a nuestras casas y donde paseamos, disfrutamos del paisaje, hacemos deporte, etc.
El pasado 4 de julio los pinares de Aljaraque sufrieron un serio aviso: se inició un incendio forestal al lado de la Autovía de Punta Umbría que a punto estuvo de saltar al pinar de las Sordas, cruzando la autovía. Los numerosos medios humanos y técnicos que se desplazaron para controlar el incendio consiguieron que, aunque el incendio cruzó la autovía, no llegara a afectar a las zonas más densas de pinar. El próximo aviso puede ser el definitivo. El incendio de los pinares de Aljaraque puede suponer un retroceso de más de cincuenta años y, ni siquiera, reconoceríamos nuestro valioso paisaje de marismas y pinares.
Por: Enrique Torres (Ingeniero de Montes)