A pesar de que la ley nos permite salir y respirar sin mascarilla desde el pasado sábado y después de un año de uso obligatorio, un altísimo porcentaje de población se resiste a dejarla atrás al considerar que “es muy pronto para dar este paso”. Algunos, pero sólo algunos, sí se desprendieron de ella encantados y aliviados reconociendo que “el calor y las mascarillas son íntimos enemigos”.
Sea cual sea la decisión individual, no hay que perder de vista que la mascarilla debe seguir acompañándonos en nuestro día a día, ya que, cuando no podamos mantener la distancia de seguridad o cuando estemos en un espacio cerrado, sigue siendo obligatorio su uso.
Lo que está claro es que el virus sigue entre nosotros, y que la PRUDENCIA es funda- mental para derrotarlo. Mucho ánimo, palermos. ¡¡JUNTOS LO CONSEGUIREMOS!!