El pequeño Lucas sale victorioso tras un parto complicado

Lucas llegó a este mundo el pasado 5 de julio, justo dos días antes de lo previsto, con 3,480 kilitos y 50 centímetros de longitud. La noticia del embarazo la conocieron sus papis en octubre del año pasado y, desde entonces, no hablaban en su familia de otra cosa. Nos cuenta la mami que vivieron bien el embarazo, aunque se convirtiera en algo bastante distinto al de su otra hija, de tres añitos ahora. Para Lucas, Anabel tuvo que asistir a las ecografías sola, sin compañía de su marido, igual que a las revisiones médicas. Confiesa que ambos tenían miedo de relacionarse con las personas, de que ella cayera enferma y no pudiera tomar medicación o de que pudiese surgir alguna complicación a última hora.

Y es que, además de sufrir las consecuencias de la pandemia, el último mes de gestación ha sido un poco complicado. Desde la semana 37 hasta la 40, la mami ha estado con bastantes contracciones y dolores constantes: “con Lucas también rompí la bolsa y venía en posición cefálica, por lo que todo apuntaba a que lo tendría bien. Sin embargo, después de 8 horas de trabajo de parto y haber dilatado los 10 centímetros necesarios, empezó a haber sufrimiento fetal y me tuvieron que practicar otra cesárea”. No obstante, “ver a tu hijo por primera vez es algo realmente maravilloso e increíble porque, aunque sepas que dentro de tí hay un bebé, hasta que no lo ves frente a frente, no eres consciente de que has traído una nueva vida al mundo”.

Ya en casita, los primeros días del bebé fueron de maravilla, pero, no mucho después, cuando el peque apenas contaba con un mes de vida, Anabel se contagió de Covid-19: “al dar yo positivo, mi marido e hijos también se sometieron a la prueba y tanto mi marido como mi hija dieron también positivo. Lucas fue el único que dio negativo”.

Llena de tristeza, miedo, preocupación y dudas, la mami tuvo que hacer de tripas corazón y dejarle el bebé a su madre para que lo cuidara durante 10 días. Así, tuvo que separarse de él de la noche a la mañana y destetarlo de repente, sacarse la leche diariamente y mandársela a la abuelita de Lucas para que pudiese dársela en el biberón.

Afortunadamente, después del confinamiento estipulado, Lucas ha vuelto a comer del pecho de la mamá: “todos esos días han sido una verdadera tortura para mí, llena de miedo porque enfermásemos, por no ver a mi bebé, por no estar con él diariamente… Algo horrible para una madre. Por suerte, todo eso pasó y ahora somos los más felices del mundo. Nosotros, al fin, estamos juntos y estamos bien, pero hay muchas mujeres embarazadas y mamás con sus bebés recién nacidos que pueden ser separadas de ellos y, por eso, quiero trasladarle a todas ellas desde aquí que sean responsables y que no escatimen en cuidarse, ellas mismas y sus familiares. Debemos vacunarnos todos”.

Desde Palos Punto Cero, nos emocionan las palabras de la concejala de Asuntos Sociales y le recordamos a toda su familia y al pequeño que, después de tanto pasado, ahora viene lo bueno. ¡Bienvenido, Lucas!

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