El integrante del Club Atlético Punta Umbría, junto a los ‘runners’ Antonio Bendala y Luis Flores, finaliza con éxito la novena carrera de las diez que tiene la ruta. De nuevo, el evento tomó tintes solidarios debido al éxito en la captación de donantes y colaboradores, en la causa de la donación de órganos y tejidos, que los corredores volvieron a llevar a cabo.
París, capital de Francia y una de las ciudades donde el Madrid ha alzado una Copa de Europa, vivía el 3 de abril su maratón y José Carlos Galván, corredor del Club Atlético Punta Umbría, junto a sus compañeros de reto Antonio Bendala y Luis Flores, hacía acto de presencia en la cita. Con una participación de más de 45.000 corredores, la prueba se ha desarrollado en unas circunstancias inmejorables, ya que a la alta participación se ha unido también una gran afluencia de público. Como es habitual en cada carrera de La Ruta del Rey de Europa, los tres corredores han aprovechado la cita parisina para seguir informando y concienciando sobre la donación de órganos y tejidos, consiguiendo unir a más de un centenar de personas a la causa. Hay que recordar que el reto de La Ruta del Rey de Europa fue una idea del sanjuanero Antonio Bendala, que, inmerso en un proceso de cambio de estilo de vida, se propuso finalizar las maratones de todas las ciudades en las que el Real Madrid había levantado una Copa de Europa. Amigo de Bendala, José Carlos Galván no dudó en sumarse a esta iniciativa, que conforme fue pasando el tiempo adquirió fines solidarios. Y es que los dos corredores, a los que más tarde se les unió Luis Flores, promueven la donación de órganos y tejidos allá donde corren una maratón. La maratón de París se suma a las de Milán, Amsterdan, Madrid, Lisboa y Kyev, y a las medias maratones de Stuttgart, Glasgow y Cardiff, habiéndose completado ya nueve de las diez citas deportivas de las que se compone la ruta, quedando pendiente solamente la de Bruselas. En todos sus viajes, los corredores atesoran un sinfín de anécdotas y vivencias, más de las que en un principio hubiesen imaginado: “Hemos vivido desde el huracán Leslie, en Lisboa, hasta pasar por Kiev unos meses antes de que estallara la guerra”, relata Galván. De hecho, en Kiev conocieron a Svitlana, una chica que les hizo de intérprete y con la que mantienen, en la actualidad, contacto diario debido a la situación de Ucrania: “Intentamos hablar con ella todos los días porque no sabemos qué nos vamos a encontrar cuando nos despertamos”, apunta el corredor del Club Atlético Punta Umbría. A un paso de completar el reto, Galván recuerda los inicios, que vinieron motivados tanto por la amistad con Antonio Bendala, como por circunstancias vitales de aquellos momentos: “Yo estaba dando un paso adelante en el atletismo, pues hasta entonces corría por mi cuenta como mucha gente hace, y entré en el Club Atlético Punta Umbría. Empezó a entrenarme Juan Iglesias, lo que sumado a la ayuda de otros integrantes del club me permitió alcanzar un estado de capacitación óptimo para embarcarme en el reto que Bendala me proponía. Sin este entrenamiento y esta ayuda hubiera sido imposible correr dos o tres maratones al año”. Como anécdota, cabe destacar que Galván sufrió una lesión de la que tardó en recuperarse casi dos años. No obstante, siguió corriendo las pruebas de La Ruta del Rey de Europa, en un loable ejemplo de superación y sacrificio. Con esta lesión superada, el atleta popular confiesa que su lugar preferido para entrenar “es Punta Umbría, sobre todo la carretera del camping en dirección a Corrales. Una zona en la que se puede disfrutar de las Marismas del Odiel”. A falta tan sólo de la maratón de Bruselas para finalizar la Ruta del Rey de Europa, queda la duda de si este reto se ampliará en años venideros. Todo depende de si el Real Madrid consigue alzar una nueva ‘orejona’ en próximas temporadas. Lo que sí parece claro es que José Carlos Galván continuará vinculado al deporte y a la causa solidaria de la donación de órganos y tejidos, pues ha sido designado vocal de la Asociación de Donantes de Órganos y Tejidos de Huelva (ADOTEHU).
