Hace unos 3 meses, el 24 de febrero, llegaba al mundo Ismael. Sus papis, María del Rocío e Ismael, llevaban buscándolo nada menos que 5 años, por lo que la noticia no pudo ser mejor recibida: “Yo estaba jugando al pádel y me sentí mareada. Cuando terminé el partido fui a por un test y vi que era positivo. Imagínate la alegría. Él tiene dos hijas de una relación anterior y yo también tengo una niña, por lo que Ismael era nuestro primer niño”, explica la mamá.
La fase final del embarazo, cogió a María del Rocío en pleno brote de la variante Ómicron. De hecho, la mamá cogió el coronavirus en enero, aunque “tuve pocos síntomas y, de hecho, el niño vino con anticuerpos, por lo que al final hasta le vino bien”, apunta la mamá, que nos cuenta que “mi embarazo fue de alto riesgo desde el minuto uno porque yo tengo un problema de coagulación, pero la verdad es que no ha habido ningún contratiempo porque ha estado todo muy controlado, con muchas revisiones y mucho control”.
El día en que nació Ismael jamás se les olvidará a sus padres: “Si te cuento cómo fue su nacimiento, no te lo crees. No tuve dolores en el parto. Dilaté sin dolores, me preguntaron que si me ponían la epidural y dije que sí. Me bajaron a paritorio y seguía sin dolores. Recuerdo que cuando tuve a mi hija, casi me muero del dolor, pero con Ismael, nada. Fue un parto rápido, indoloro y sin puntos. Es que pude disfrutar del parto por esto, pues muy pocas mujeres pueden decir que han dado a luz sin dolores”, recuerda la mami, quien, a modo de anécdota, apunta que “hasta las matronas nos dijeron que había sido un parto muy bonito. A eso le sumas que ya teníamos lo que llevábamos años buscando y el resultado es mucha felicidad”.
En sus escasos 3 meses de vida, Ismael es un niño “muy bueno, poco llorón y que come mucho. Ya va mirando colores, ve dibujitos en la tele y responde cada vez a más estímulos. Y está teniendo un buen ritmo de crecimiento. Pesó 3’660 kilos cuando nació y actualmente ya va por 7 kilos y 300 gramos”.
Para finalizar, la mamá le transmite las siguientes palabras a su pequeño: “Eres la pieza que me faltaba para cerrar el círculo de mi felicidad”.