El puntaumbrieño Jesús Ferrera hace balance de su andadura como parlamentario andaluz y habla con Punta Umbría Punto Cero sobre sus expectativas ante las inminentes elecciones autonómicas, así como acerca de otras cuestiones tales como la gestión municipal o cómo ha vivido el reencuentro de nuestro municipio con su vida y sus tradiciones tras dejar atrás los momentos más duros de la pandemia.
– ¿Qué valoración hace, desde un punto de vista personal, sobre sus legislaturas como parlamentario andaluz?
Entré en el Parlamento de Andalucía en 2012, cuando al PSOE lo daban casi por liquidado. Así, he sido parlamentario bajo las presidencias de Griñán, primero, y de Susana Díaz, después. Luego, también fui parlamentario en la última legislatura (desde 2019 hasta la actualidad) con el PSOE en la oposición. En dicha última legislatura he estado 1 año y 3 meses por una renuncia. Yo iba en las listas electorales en la quinta posición y sacamos 4 parlamentarios por Huelva, pero, como digo, una renuncia hizo que al final volviese al Parlamento.
A nivel general, para mí ha sido una experiencia única el poder formar parte de una institución como el Parlamento de Andalucía. Es algo que te da una gran formación y perspectiva sobre todo lo que ocurre en Andalucía. Además, haces amistades, conoces distintas situaciones y colectivos, etc. Es todo un máster avanzado en política. Así, he tenido la oportunidad de aprender de todos los diputados y grupos, desde que había 3 fuerzas políticas en el Parlamento, en mi primera legislatura, hasta que hemos sido 5, en esta última.
– De toda esta experiencia general que relatas, ¿qué ha sido para ti lo más positivo?
Sin duda, el poder dar respuesta a diferentes colectivos. La política en el Parlamento de Andalucía nada tiene que ver con la política local, que es más cercana y más sufrida y que exige una dedicación mucho más completa e intensa. Debemos tener en cuenta que los problemas en política local te los llevas directamente a casa, pues tienes que solucionar los problemas de un vecino, de un conocido, de un amigo, de un familiar, etc. Eso implica mucha más proximidad, en todos los aspectos, que en el Parlamento de Andalucía. No obstante, en esta última institución, el grado de satisfacción cuando consigues solucionar problemas de colectivos es muy alto, pues estás ayudando a muchísimas personas. En este sentido, ves que cuando solucionas problemas a nivel autonómico eres sólo una pequeña parte de la solución, pero tu aportación es muy importante, pues hay un grupo mayoritario de personas que confía en ti para dar respuesta a demandas y problemas.
Por el contrario, cuando no consigues dar respuesta a estos problemas que la ciudadanía y los colectivos te trasladan, sientes una gran frustración y te queda una sensación de que sobras fruto de ello, una sensación que yo he vivido a veces.
– ¿Y lo más negativo?
Quizás, esto último que te he dicho, aunque lo que más me ha desanimado, y ha sido a la postre lo que me ha hecho no concurrir de nuevo en las listas del parlamento, es el nivel de crispación que hay actualmente. La política ha perdido el diálogo tras la irrupción de fuerzas como VOX, que todo lo multiplica y que se basa en el populismo y el slogan fácil. Esto ha hecho que una institución como el Parlamento se convierta casi en un lodazal. Es algo lamentable. Yo, en tribuna, he tenido que soportar ya no críticas, algo que forma parte de la vida política, sino insultos de varios diputados de VOX. Diputados con los que después, en las distancias cortas, me llevo bien y con los que incluso he llegado a puntos de encuentro en distintas materias. No obstante, cuando estos diputados subían a tribuna, su discurso era totalmente distinto y basado, demasiado a menudo, en insultos tales como que los socialistas somos unos ladrones, puteros y drogadictos. Cuando esto ocurre, al final te tienes que defender, pero claro, aquí ya estamos cayendo en el ‘y tú más’. Esa ha sido mi cruz y mi gran frustración durante los últimos años, pues supone la pérdida del diálogo en política y el alejamiento del ciudadano por esta crispación.
VOX ha optado por esta vía desde la oposición, aunque estoy convencido de que si llegaran a formar parte del Gobierno, su actitud cambiaría mucho, pues parece que desde la Oposición todo vale, pero en el Gobierno la cosa cambia. Entonces, si eso ocurriera, sí que veríamos retrocesos en ciertas cuestiones sociales, aunque tendrían que moderar mucho su discurso. En este aspecto, he de decir que en el PSOE no caemos en esto y tratamos de no engañar a nadie, trabajando con la misma responsabilidad tanto en el Gobierno como en la Oposición.
– ¿Qué balance hace de la legislatura actual?
En primer lugar, hay que hablar de que el PSOE ha tenido que adaptarse a una circunstancia política que jamás había vivido, que es estar en la Oposición. Hemos tenido procesos orgánicos que, lógicamente, han sido fuertes y nos han movido, lo que ha provocado tensión dentro del propio grupo, pero todos hemos estado a disposición de nuestro secretario general y a disposición de las personas que él decidió que tenían que liderar nuestro trabajo en el Parlamento. En ese aspecto, aún estamos a disposición del partido a nivel regional y ahora estamos dispuestos a movilizar a la gente para votar y, lógicamente desde nuestra perspectiva, si es al PSOE, mejor.
Valorando la gestión del Gobierno Andaluz, la gestión de Moreno Bonilla ha pasado desapercibida. No se ha implicado en grandes cuestiones y ha aprovechado el viento de cola que le proporcionaban los titulares de algunos medios de comunicación favorables, sobre todo Canal Sur, y ha sido el Gobierno Andaluz que más dinero ha recibido por parte del Gobierno de España. Un dinero que, lógicamente, ha venido por la pandemia y que Moreno Bonilla no ha sabido aprovechar en ciertos sectores. Quiero ser muy honesto, por lo que no voy a negar que Andalucía haya tenido una recuperación económica ante una situación difícil, pero también pienso que dicha recuperación podría haber sido mejor y pienso que el PP podría y debería haber gestionado más y mejor.
En cuanto a la gestión de la pandemia, por ejemplo, todo lo malo que nos venía se achacaba, desde el Gobierno Andaluz, al Gobierno de España. Mientras tanto, todo lo bueno se lo apuntaba el Gobierno Andaluz como mérito exclusivo. Con todo el dinero que ha transferido el Gobierno de España, Moreno Bonilla ha tenido una gran oportunidad para mejorar la sanidad, algo que en la última etapa del PSOE no pudimos hacer por los recortes, y ahora Moreno Bonilla ha desperdiciado esa oportunidad. Por ejemplo, ha preferido gastarse 11 millones de euros en la productora de Bertín Osborne, para que de vez en cuando lanzase algo favorable a Moreno Bonilla y el Gobierno Andaluz, en lugar de contratar a 8.000 sanitarios que echó a la calle. Ahora, te dicen que no hay médicos, pero no paran de repetir que hay superávit. Es algo que no se entiende.
En este sentido, Juan Marín llegó a reconocer ante su grupo político que aprobar el presupuesto era una irresponsabilidad, pues si se presumía de que había superávit, dicho superávit habría que gastarlo. De hecho, no se aprueban los presupuestos porque desde el Gobierno Andaluz de PP y Cs no se quiere negociar. A nosotros, Juan Espadas nos dio el mandato de favorecer la labor de la Junta siempre y cuando defendiese los derechos de los andaluces. Nosotros queríamos negociar pues veíamos carencias presupuestarias en materias de sanidad, educación, dependencia y empleo. Con respecto al empleo, por ejemplo, Moreno Bonilla no ha destinado ni un solo céntimo en materia de empleo a los ayuntamientos para trabajar con grupos de personas desempleadas desfavorecidas. Así, nuestras líneas rojas para el presupuesto eran la sanidad, el empleo, la dependencia y la educación. Cuestiones en las que un Gobierno Autonómico tiene que prestar y mantener servicios básicos, aunque sean deficitarios. Son servicios públicos que necesita la ciudadanía y si ahí se pierde dinero, hay que recuperarlo por otra parte, pero nunca, por poner un ejemplo, cerrar unidades escolares en zonas rurales porque no son rentables. Si cierras unidades escolares en estas zonas, estás condenado a dicha zona a la despoblación y a no tener cubiertos servicios básicos.
Así, no quisieron negociar el presupuesto y Juan Marín decía que lo mejor era que VOX y PSOE tumbaran dicho presupuesto para poder vender que PSOE y VOX hacían pinza.
– ¿Qué expectativas tiene ante las elecciones autonómicas del 19-J?
Confío en que el PSOE va a mejorar. Creo que el PP no llegará a los 40-42 escaños y, no obstante, sí creo que VOX va a tener un gran crecimiento. Por su parte, creo que Cs casi desaparece del arco parlamentario. Por parte del PSOE, creo que en Huelva tendremos 5 diputados y el quinto estará ahí ahí.
– Cambiamos de tercio. ¿Qué valoración hace de la gestión del equipo de Gobierno de Punta Umbría?
Lo primero, que es lo que yo les digo a ellos desde que he vuelto a activarme un poco en política local como secretario de organización del PSOE de Punta Umbría, es que creo que se está haciendo un gran esfuerzo para logar sobreponerse a la difícil situación que ha dejado la pandemia. Por ejemplo, cuando la gente estaba encerrada, el Ayuntamiento, en colaboración contras entidades como la Cofradía de Pescadores, ha prestado servicios vitales para el pueblo, muchos de ellos destinados a familias desfavorecidas cuya situación se agravó en la pandemia. También se ha tratado de mitigar la difícil situación por la que han pasado empresas y negocios, como los hosteleros, reduciéndoles y dejándoles de cobrar impuestos en años duros para que no tuvieran que cerrar.
Esta situación ha generado mucha incertidumbre y, ahora, cuando parece que salimos de la pandemia, nos encontramos con una inflación tremenda. Y, claro, esto no es algo motivado por el Ayuntamiento pero a nivel local afecta, pues hay obras planificadas, algunas incluso licitadas. Obras que se presupuestaron con una cantidad determinada y cuyo importe, por toda esta situación, ahora ha subido por la inflación. ¿Quién paga esta situación? Pues el equipo de Gobierno, que tiene que dar respuesta a sus compromisos. En este sentido, se está trabajando muchísimo, contando con la ayuda de las dos concejalas no adscritas, María Sacramento y Amelia Gallardo, que suman su esfuerzo y su gran experiencia política al esfuerzo del grupo socialista en el Ayuntamiento de Punta Umbría.
Hay que responder aún a muchas necesidades de arreglos de vías, de asfaltados y a otras situaciones que son complicadas, pero se trabaja para solventarlo a pesar de la difícil situación que he descrito anteriormente. Una difícil situación a la que se suma un hándicap importante, y es que hay una persona aquí que vive obsesionada con paralizar la vida política de Punta Umbría. Cada vez que el equipo de Gobierno hace algo, este va y lo paraliza. En su desesperación, plantea acusaciones a nivel penal y ataca a nivel personal. Trata de llevar a los tribunales las cuestiones que deben tratarse en el salón de plenos. Todo ello, yo creo que aparte de denotar que es mal político, deja a las claras que no es buena persona. Yo puedo presumir, y lo digo con el pecho lleno, de llevarme bien hoy con todos los representantes de los grupos políticos menos con esta persona, que de vez en cuanto suelta perlas mías por ahí. Yo me llevo bien ya no sólo con el resto de representantes de los grupos políticos, incluso con representantes de UPU, su propio partido, sino con políticos del PP, incluso, a nivel autonómico y provincial. Me llevo bien, por ejemplo, con Manuel Andrés, con Loles López, con Sánchez Rufo (IU), con Paco Zamudio (PA), Rafael Segovia (VOX), etc. Pero con este hombre es imposible, y el equipo de Gobierno de Punta Umbría tiene que lidiar día a día con todos los problemas que se le presentan y con el añadido de esta ‘pena negra’ que nos ha caído en Punta Umbría. Es un hombre cuyas aspiraciones pasaban por Huelva, pero que allí no lo quisieron, y lo mandaron a Punta. Y aquí ganó unas elecciones, pero a los 4 años el pueblo lo puso en su sitio, y desde entonces ha perdido todas las elecciones.
– Una vez finalizada su etapa como parlamentario, ¿qué orientación le va a dar a su vida política y profesional a corto o medio plazo?
A medio plazo aún no me lo he planteado, pero a corto plazo quiero que el PSOE en Punta Umbría vuelva a ser la fuerza hegemónica que era y que ganemos las próximas elecciones con solvencia. No estoy en este partido para aspirar a nada personal ni vengo a echar a nadie o a pelearme con nadie. Estoy a disposición, como siempre he estado, de lo que considere el Partido Socialista. En política estás cuando eres útil y cuando no lo eres, por las cuestiones que sean, tienes que pasar a la reserva, y esa es mi filosofía.
En lo laboral, quiero enfocar mi vida a la enseñanza, a la formación. Esa es mi mayor prioridad profesional. ¿Significa esto que si el partido me pide que esté en algún sitio yo renuncie? No, significa que hablaremos y veremos qué ocurre.
– ¿Cómo ha vivido el reencuentro del pueblo con su vida social y con algunas de sus más arraigadas tradiciones?
He notado mucha alegría en la gente. Entre todos hemos compartido esa alegría, aunque con prudencia. En esos momentos, y tras todo lo vivido en pandemia, te apetece compartir, besar, abrazar, etc. En el sur somos muy dados a toda esa proximidad cuando estamos contentos, es parte de las señas de identidad del andaluz. Entonces, me ha dado mucha alegría volver a ver esa algarabía en la calle, que es lo que nos da fuerzas muchas veces para vivir, pero sí que es cierto que hemos tenido que ser prudentes.
– Por último, ¿le gustaría finalizar esta entrevista con un mensaje al pueblo de Punta Umbría?
Pues al pueblo de Punta me gustaría agradecerle por todo el tiempo que he estado representándolo. Quiero dar las gracias por haber contado con su confianza y simpatía a la hora de ser elegido parlamentario, lo que me ha dado la oportunidad de representar a mi pueblo en sitios donde yo jamás me había propuesto ni imaginado estar. Por ello, gracias a todos los que me han votado, e incluso a los que no, pues uno siempre se enriquece de todas las opiniones. Todos han posibilitado el conocer y vivir experiencias fructíferas y distintas.