El empleo, la vivienda y el mantenimiento de la ciudad y las playas son sus grandes caballos de batalla.
Juan Carlos, el que ha sido hasta esta semana concejal y portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Punta Umbría es un hombre hecho a sí mismo y que a base de lucha titánica ha llegado hasta los 57 años con una mochila cargada de infinidad de difíciles experiencias personales que le han enseñado a valorar todo lo que hoy tiene, que no es más que lo más esencial y algo muy grande, su bien más preciado, “una familia con la que recorrer el camino de la vida juntos”.
Casado con una tímida Amalia, es padre de tres hijos, el mayor de sus tesoros y los encargados de renovar cada día sus ilusiones.
“Para estar en política hace falta conocer todas las realidades sociales de primera mano, haber pisado los rincones más escondidos de las peores calles. Los políticos de hoy día han perdido el contacto con la realidad, parece que viven en una realidad paralela que nada tiene que ver con la que viven nuestros vecinos, y no logran empatizar con el ciudadano de a pie. Yo soy sensible a todo tipo de realidades, tal vez porque mi vida no ha sido un paseo por un jardín de rosas, y tal vez -también- porque mi trabajo en limpieza viaria me hace recorrer cada escondite de nuestro pueblo y las gentes que lo habitan. He de confesarte que, en un momento determinado de mi vida, las dificultades me hicieron caer en un grave cuadro de depresión, ansiedad y desconfianza, para lo que me estuve tratando durante tres años, una época que me llevó incluso a atentar contra mi propia existencia. De aquello no me quiero ni acordar, pero forma parte de mi vida y gracias a la ayuda de mi familia quedó atrás y bien atrás. Hoy soy, desde hace años, un hombre lleno de fuerza y alegría. Mi esencia es así. Y esta fuerza la quiero emplear al servicio de mi familia en primer lugar, pero también al servicio de mis vecinos. Porque a mí, Punta Umbría, mi pueblo, me duele y me preocupa”.
Claro está que hay vidas que son más fáciles, más cómodas que otras. La de Juan Carlos y Amalia no ha sido para nada una vida relajada ni mucho menos sencilla. Pero así ha sido, y -a pesar de todo lo vivido- se sienten agradecidos por tener lo que durante muchos años, al iniciar sus vidas juntos, no tuvieron. Hoy tienen todo lo que necesitan y además algo más que es esencial: «ganas de trabajar, de reir y de disfrutar«. En definitiva, ganas de vivir.
Política
Juan Carlos entró en política hace muchos, muchos años. Fue el PSOE quien lo conoció primeramente, partido con el que estuvo colaborando durante más de 20 años. Tras todo este tiempo volcado en las necesidades del partido, se dio cuenta de que ese trabajo suyo caía en saco roto. Juán Carlos trabajaba y trabajaba sin sentir la más mínima satisfacción. Perdió el sentido de su colaboración, pero lo seguía haciendo por inercia, porque su vocación iba más allá de las siglas del partido, su inquietud era trabajar por Punta Umbría de la forma que fuese, trabajar por el pueblo que le vio crecer…
Por aquellos días de trabajo descabezado en el PSOE, Amalia, su esposa, le habló sobre el estilo personal de Miguel Angel Gallego, concejal por aquel entonces de IU en el Ayuntamiento de Punta Umbría: “Este hombre, reparte entre los vecinos cualquier beneficio que pueda obtener como concejal, reparte las entradas de carnaval, es un gesto que dice mucho de su persona” le dijo Amalia a Juan Carlos… A partir de ahí, nuestro protagonista comenzó a acercarse a Gallego y empezó a formar parte de Izquierda Unida, un partido al que se sumó por un sentimiento de admiración hacia su líder de entonces.
En la lista para las siguientes elecciones de 2019, Miguel Angel Gallego iba de candidato, siguiéndole Sara, la mujer de Víctor, de número dos; luego Juan Carlos, de 3; Mariví, de número 4; y Víctor, de número 5. IU lograba un concejal en el Ayuntamiento, Miguel Angel Gallego, “pero a los pocos meses, desgraciadamente enfermó y tuvo que renunciar a su acta entrando Sara, que permaneció como concejal apenas unos meses, tras los cuales, abandonó” explica Juan Carlos.
Asencio entró como concejal «sabiendo de sobra que la asamblea local no me quería. No me quiso nunca. Pero trabajé duro desde que entré para revertir la situación. Estudié y trabajé sin descanso y en conciencia, y traté de dar lo mejor de mí en todo momento. Pensaba que tal vez mi grupo político pudiera llegar a hacer una buena valoración de mi trabajo y así tal vez cambiar las cosas dentro de la asamblea local. Pero no estaba en mis manos. Nada podía hacer yo porque nada tenía que ver con mi trabajo. Las decisiones estaban tomadas de cara a las próximas elecciones de mayo de este año”.
En ocasiones, las luchas de egos dentro de los propios partidos son más sangrientas y dolorosas que las tradicionales guerras entre los diferentes partidos políticos por llevarse el gato al agua. Ya Izquierda Unida Punta Umbría ha anunciado la candidatura a la alcaldía de Víctor Ruiz, y sólo queda por saber qué ruta política seguirá Juán Carlos Asencio para “tratar de satisfacer las demandas de mis vecinos que me insisten en que no debo abandonar la política”.