La pequeña saharaui, de ocho años, disfruta por primera vez de un verano diferente con esta familia de Corrales
El verano ha sido intenso y muy diferente para Merche, Jesús, Álvaro y Kauzar, la pequeña de ocho años que este año ha viajado hasta Corrales, en Aljaraque, desde los campamentos saharauis para así disfrutar de una calidad de vida que entre los refugiados del Sáhara occidental es muy difícil de imaginar.
Las semanas que Kauzar ha estado con esta familia ha servido para valorar pequeñas cosas que de otra manera “no nos damos cuenta”, como explica Merche, la madre de acogida, a Periódicos Punto Cero. Ella fue la propulsora de esta idea en su familia, en la cual contó con todo el apoyo de su pareja, Jesús, y de su hijo Álvaro, de 12 años, el cual “no se ha separado de ella ni un momento”.
Kauzar es la mediana de cinco hermanos con edades comprendidas entre los 18 años y los 10 meses, y es la primera vez que viaja a España para acogerse a la iniciativa de Vacaciones en Paz, que en este caso organiza y gestiona la asociación Lazos de Familia de Aljaraque para ofrecer unos días de bienestar a niños con edades comprendidas entre los ocho o nueve años hasta los catorce que habitualmente contempla la iniciativa. Merche nos cuenta que llevaba muchos años con la idea de acoger a un niño o niña de los refugiados saharauis, pero nunca encontraba la ocasión ideal. Desde que ella era pequeña traía en mente realizar esta iniciativa ya que lo había visto en su pueblo, en Calañas, y ella se lo proponía a sus padres, pero estos no podían en esos momentos, quedándose en su mente la idea de que cuando ella fuera adulta lo llevaría a cabo.
Este verano Merche ha podido cumplir sus deseos de cuando niña, haciendo feliz a Kauzar y trayendo nuevas experiencias inolvidables para toda su familia. “Es una experiencia muy enriquecedora y se la recomiendo a todo el mundo”, apunta, para asegurar que el año que viene tiene toda la intención de que Kauzar vuelva a pasar el verano con ellos. “Me he quedado con el alma llena de amor”, comenta Merche, feliz y satisfecha. Así nos cuenta que, tras irse hace dos días, la pequeña la ha videollamado cada día para mostrarle a todos los miembros de su familia, así como al revés: Kauzar ha enseñado a sus padres, hermanos y primos quien es su madre española y su familia de Corrales. “El vínculo que se crea es grande”, expresa Merche, y dura “para siempre”. Así, comenta que uno de los momentos “más emotivos” y enriquecedores de este verano ha sido cuando Kauzar ha recibido la visita para conocerla de la familia española que tuvo su madre cuando esta era también una niña y estuvo viviendo varios años en España, poniendo de manifiesto la fuerza del vínculo después de más de dos décadas.
Pero el aprendizaje abarca mucho más, no solo se queda en Merche, Jesús y Álvaro, también Kauzar ha extendido su inocencia y su amor entre toda la familia amplia que se ha encontrado en España. Su abuela de Calañas, a la que ha ido a visitar varias veces, sus abuelos de la aldea Cueva de la Mora, en Almonaster la Real, donde también ha pasado bastantes días, han adoptado a esta niña saharaui y ya forma parte de la vida familiar de todas estas personas.
En Cueva de la Mora, Kauzar ha disfrutado de compartir cumpleaños de sus primos pequeños y más de una merienda, además de disfrazarse, así como horas en la piscina que su abuela ponía en el patio de casa. Igualmente, también ha vivido las fiestas de este lugar donde “somos como una gran familia, porque es una aldea muy pequeña”, apunta Merche. Uno de los detalles de tantos que esta madre de acogida ha podido observar ha sido cuando en una fiesta de cumpleaños uno de los globos se explotó. Kauzar “se preocupó mucho y se puso a llorar”, ya que ella le da un valor a las cosas materiales distinto al que se le da aquí, puesto que donde la pequeña vive la carestía de productos materiales básicos es muy grande, y el hecho de que se perdiera un globo lo percibía como algo grave. Este tipo de situaciones ha traído a Merche y su familia un gran aprendizaje, tal y como ella misma comenta, por eso y mucho más insiste en recomendar la experiencia.
Mientras, en Corrales ha tenido tiempo también para ir a la piscina y a la playa, donde “los ojos se le salían de la cara”, ya que “no había ido nunca antes, y no se le escapaba un detalle”, señala su madre española con entusiasmo. Las visitas a Isla Mágica y a la feria de Huelva, las Colombinas, también han formado parte de este verano de disfrute para Kauzar y su familia onubense. De la feria, Merche cuenta que todo le gustaba pero que los fuegos artificiales le llamaron mucho la atención. En su día a día, también han ido al parque de Bellavista con otra niña saharaui y han pasado su tiempo disfrutando de la convivencia en casa de esta otra familia de acogida, donde pasaron buenos ratos en la piscina.
Las últimas semanas en España, Merche ha ido adelantando a Kauzar que iban quedando menos días para viajar hacia su lugar de origen, ya que la pequeña “no quería irse”. Por eso, le enseñaba a la niña un calendario en el que iban tachando los días que le quedaban para partir. Al final, “se ha ido muy bien” y cargada de regalos, ropa y material escolar que toda su familia española ha querido hacerle, abuelos, tíos y hasta amigos de la familia han arropado a Kauzar con regalos para demostrarle su cariño y para paliar en alguna medida las necesidades que saben que existe en los campamentos.
Al llegar a España, la pequeña tuvo que adaptarse, ya que “no hablaba español, aunque sí lo entendía porque su madre sí conocía el idioma”. “La primera noche lloró un poquito”, explica Merche, pero “se adaptó desde el minuto cero” y ya todo ha sido para ella sonrisas y disfrute. De hecho, al principio a la pequeña le daba miedo el perro de la familia, Coco, y sin embargo pocos días después “era ella la que lo llevaba a pasear muy contenta”. Merche señala que el contacto diario con la madre de Kauzar ha sido fundamental para la niña los primeros días, dándose esta comunicación de forma constante durante todo el verano.
La pequeña ha acudido al pediatra y al dentista, llevada por Merche y Jesús, para que le hicieran un chequeo, los únicos compromisos necesarios que adquiere la familia de acogida cuando decide recibir a un niño o niña de los campamentos de refugiados. La falta de servicios elementales como el agua corriente y de productos básicos hace que la visita al dentista sea fundamental para los pequeños saharauis. Además, Kauzar también ha ido al oculista para que revisaran su visión, estando todo perfecto, al igual que pudo certificar el pediatra.