Nuestro vecino puntaumbrieño nos cuenta cómo pasó de pesar 205 kilos a los 79 actuales.
Quien conoce a Cristóbal de toda la vida es conocedor de su enorme cambio. Un cambio que encierra una gran historia de superación personal. Como una imagen vale más que mil palabras, sirva el hecho, para ilustrar el cambio de Cristóbal, de que hay gente que se lo cruza por la calle y no lo reconoce a simple vista. Sirvan también, para conocer la magnitud de este cambio, las siguientes cifras: Cristóbal llegó a pesar 205 kilos, mientras que actualmente ronda los 79.
Nacido el 17 de septiembre de 1979, Cristóbal se define, de pequeño, como “un niño gordito”, aunque no con excesivo sobrepeso. Se sacó el graduado y comenzó rápido a trabajar. Y es que el esfuerzo y el sacrificio forman parte del ADN de Cristóbal. “Fue a partir de los 20 o 21 años cuando empecé a coger más peso. No hacía deporte, comía bastante y a destiempo y me gustaban mucho los dulces. No comía nada de verdura y muchas veces, ya trabajando en la construcción, me comía mi bocadillo y a los pocos minutos iba a comprarme mis dulces”, recuerda el puntaumbrieño.
A pesar de su evidente sobrepeso, “en el trabajo era bastante ágil”, aunque, claro, comenzó a sufrir las consecuencias de los 205 kilos que llegó a pesar: “Tenía problemas para realizar actividades cotidianas, como amarrarme los cordones, y tenía problemas de salud, como colesterol, azúcar, tensión, etc.”, explica Cristóbal.
En el plano de la salud mental, no era distinto: “Lo pasaba muy mal. Por ejemplo, mis amigos decían de quedar para tomarnos algo y yo me inventaba excusas, como que estaba malo, para no ir, porque a veces no cabía en las sillas, o las rompía al sentarme, con las consecuentes miradas de personas y risas de niños. Lo pasaba bastante mal”, confiesa el puntaumbrieño.
No obstante, y aunque fueron muchos factores los que hicieron que Cristóbal cambiara el chip, el nacimiento de sus hijas, las gemelas Ainhoa y Alexandra, fue clave: “Veía, porque así lo sentía y me lo decían los médicos, que si seguía así, no iba a llegar a los 50. Quería cuidar mi salud, por mí y por mis hijas, para no dejarlas de forma prematura sin su padre. Me planteé realizarme una reducción de estómago, pero al hablar con el cirujano y conocer todos los riesgos de la operación, decidí cambiar de vida y comenzar a perder peso por mi cuenta”, recuerda nuestro vecino.
Así, comenzó a andar y a cambiar su alimentación. Durante los dos primeros años pagó, como suele decirse, la ‘novatada’. Y es que iba bajando de peso muy poco a poco, aunque era el inicio de un cambio de hábitos: “También llegué a tomar los famosos batidos y pastillas de adelgazamiento que te venden, aunque en mi opinión eso no sirve para nada. Sólo sirve para sacarte el dinero, pero la clave del cambio es mucho más profunda y costosa, es un cambio de hábitos que hay que marcarse a medio y largo plazo, pero es lo realmente efectivo y saludable”, resalta Cristóbal.
Así, se puso en manos de dietistas, que le iban dando pautas de alimentación y, a medida que iba bajando de peso y cogiendo forma, iba subiendo las cargas de intensidad de su práctica deportiva: “Me ponía retos alcanzables. Si estaba en 180 kilos, me proponía bajar a 170, y así sucesivamente. Llegó un momento en el que me pude montar en bici, porque antes no podía, y poco a poco iba mejorando mi forma, mi salud y bajando de peso”, explica. Todo ello, con una gran fortaleza mental, y es que nos cuenta Cristóbal que una vez que comenzó a participar en carreras de bicis, tuvo que afrontar, por ejemplo, el quedar penúltimo en una carrera. Pero su verdadera competición, era sólo contra sí mismo. Y en el plano moral y de la superación, cada carrera completada era un primer puesto y un significativo avance en pos de una vida saludable.
En la actualidad, Cristóbal puede presumir de haber corrido medias maratones, carreras populares, duatlones y un sinfín de pruebas, muchas de ellas de gran exigencia y prestigio como la Huelva Extrema. Todo ello, claro, con una preparación física concienzuda, pues nos confiesa que hace deporte prácticamente todos los días, bien saliendo a correr, bien cogiendo la bici o bien yendo al gimnasio.
En sus miras, Cristóbal ya tiene fijado un objetivo, y no nos cabe ninguna duda, viendo su trayectoria, de que lo va a conseguir, que es el de completar una maratón: “Con todo el peso que perdí, tenía mucha piel sobrante en la barriga y tenía que ponerme faja para correr. Claro, eso me provocaba muchas rozaduras y molestias en las carreras, por lo que no me veía preparado para una maratón. En noviembre me operé y eliminé esa piel sobrante, y aunque hubo una pequeña complicación que se solucionó, ahora puedo correr sin faja, por lo que ya me estoy preparando para correr la maratón de Sevilla del año que viene, en febrero de 2025”.
Sus compañeros del Puntiti Sport y el Club Atlético Punta Umbría, al igual que conocidos, amigos y su hermano, le han aconsejado y ayudado durante estos años, aunque nadie le ha regalado nada: “Yo he sido muy autodidacta, y aunque he tenido la suerte de tener gente, a la que le estoy agradecido, que me ha aconsejado y asesorado, puedo decir que lo que he conseguido ha sido a base de esfuerzo y constante superación personal”, apunta Cristóbal, quien, como anécdota, incluso tuvo que superar un duro accidente, pues cayó, en su trabajo, de una tercera planta, lo cual le impidió durante un tiempo practicar deporte y lo desanimó profundamente. Pero como el ave fénix, y como ha hecho mil y una veces, Cristóbal resurgió y superó las adversidades.
Su historia de superación es tan inspiradora que incluso ha pasado por programas como La Báscula o Salud al Día, donde ha contado su experiencia. Una experiencia que le permite dar algunos consejos: “Cuando veo a personas con sobrepeso, siento lástima porque yo he pasado por ahí y pienso que pueden estar pasándolo mal, como yo lo pasé. Sí les digo que todo se consigue, pero que tengan cuidado con las recetas milagrosas e instantáneas como dietas rápidas, batidos o pastillas de adelgazamiento. La auténtica clave, según mi experiencia, es un cambio de vida y de hábitos. Hay que comer con orden y de forma saludable, al igual que hay que hacer deporte. Y todo ello con mucha fuerza de voluntad. Habrá veces, porque a mí me ha pasado, que entren ganas de tirar la toalla, pero siempre hay que seguir porque al final merece la pena. Yo soy muy feliz y los que están a mi alrededor, al verme así, también lo están”.
Desde estas líneas queremos expresar nuestro reconocimiento para Cristóbal Retamales Martín, un auténtico MVP del deporte puntaumbrieño y todo un ejemplo de superación personal al haber podido lograr lo que no todo el mundo consigue, que es ganarle la carrera al verdadero adversario, que no son los demás, sino uno mismo.