“No cambio mi trabajo por nada del mundo”

Estrenamos la sección ‘La Mar de Punta’, que cada mes promoverá nuestra identidad marinera, con nuestra vecina Matilde Orta Palma, de 33 años de edad

Matilde Orta Palma es una puntaumbrieña que respira mar por los cuatro costados. Bisnieta, nieta e hija de marineros, además de esposa y madre de marineros, casi que no pegaba que Matilde se dedicara a otra cosa. Y es que hace 12 años se saca el curso de formación básica y marinero pescador, lo que conocemos como el folio, y se comienza a dedicar a la pesca: “Tenemos una embarcación con licencia de pulpo y trasmallo y el negocio es muy familiar, pues trabajamos en él, aparte de mí, mi marido, mi hijo y mi hermano”, explica nuestra vecina.

Su hijo cumple 17 años este mes y se embarcó por primera vez el pasado 1 de noviembre de 2023. Mati reconoce que cuando su hijo le dijo que quería dedicarse a la mar, por una parte le entró cierta intranquilidad, aunque le pudo el orgullo de que su vástago continuara una tradición de generaciones: “Es algo que tengo en mente todos los días. Por ejemplo, cuando se embarca y lo llamo y no me coge el teléfono, porque lógicamente está trabajando, te entran los nervios. Este es un trabajo en el que sabes a qué hora sales pero no a qué hora llegas. Aunque por otra parte, quienes venimos de familia marinera estamos acostumbrados a esto y claro que puede más el orgullo de continuar la tradición familiar”.

Para sobrellevar todo esto, una de sus principales fuentes de fuerza es su Virgen del Carmen, a la que pide por el regreso a tierra de sus familiares. “No me falta en mi bolso una estampa de la Virgen del Carmen y mi marido también la lleva en la cartera. Es nuestra gran devoción y las fiestas de la Virgen del Carmen son mis favoritas”, reconoce nuestra protagonista.

Conocedora sobradamente del mundo de la pesca, Mati nos habla de la cara menos amable de este sector, como el hecho de que “es un trabajo de riesgo, como ya hemos hablado. Y luego, no sabes, a principios de mes, cuánto vas a ganar durante los siguientes 30 días. Claro, todo depende de las capturas, de los días que puedas salir, etc. Eso estresa bastante, porque son unas cuantas familias cuyo sustento depende de ello, pero es la vida del marinero y tenemos el cuerpo hecho”. Sin embargo, haciendo balance de pros y contras, Mati lo tiene muy claro: “Yo no cambio este trabajo por nada del mundo. Es un trabajo muy bonito, con muchos valores y de gran tradición. Un trabajo que ha levantado y sigue siendo sustento de nuestro pueblo y con el que recogemos el legado de nuestros padres y abuelos”.

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