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Estrenamos la sección ‘MVP Cartaya’, en la que cada mes conoceremos a la persona más destacada en el plano deportivo, con un homenaje de obligado cumplimiento a uno de nuestros deportistas más ilustres de la historia: Joselu, que recientemente anunciaba su retirada debido a una bacteria que le ha dejado secuelas en su rodilla
Con sólo 32 años, Joselu Moreno Barroso tuvo que poner punto y final a su carrera futbolística. Sus últimos años han sido todo un calvario, y es que cogió una bacteria en el quirófano al operarse el cruzado. A pesar de la operación y las recuperaciones, no terminaba de encontrarse bien, hasta que finalmente le detectaron la bacteria. Aunque consiguieron eliminarla, ya era tarde, pues ésta había causado estragos en el interior de su rodilla, afectándole también a los ligamentos y a parte de la tibia. Una retirada prematura que, no obstante, no resta lustre a una trayectoria envidiable, en la que ha marcado 100 goles en casi 400 partidos disputados en un total de 8 clubes de Primera y Segunda División.
– Tras anunciar tu retirada, ¿Cómo te encuentras ahora mismo en el plano anímico y en el físico?
Mentalmente, en estos momentos estoy asimilando todo el proceso y el cambio que ha experimentado mi vida. Antes, llevaba una vida con una rutina muy marcada de entrenamientos y partidos los fines de semana y la verdad es que no lo llevo bien. Tengo casi todo el día libre. Es cierto que hasta hace unos días estaba preparando la prueba de acceso a la universidad, para poder hacer una carrera y obtener el nivel 3 de entrenador, que es el que me queda, por lo que tenía la mente bastante distraída. A nivel físico, la rodilla apenas me dobla y tengo que volver a operarme para ponerme bien.
– ¿Qué tal te fue el examen de acceso a la universidad?
Salí con buenas sensaciones, espero que esté aprobado y con eso, a partir del año que viene podría marcarme nuevos objetivos y buscaré nuevas motivaciones para poder trabajar, algo que ahora mismo no puedo al estar a la espera de la resolución de discapacidad, y llevar una vida normal.
– ¿Cómo has afrontado este problema físico que puso punto y final a tu carrera, todo ello tras haber estado lesionado también el año pasado?
Pues imagínate. Lo he llevado como mejor he podido porque la verdad es que esto viene de lejos. He estado casi dos años recuperándome porque no me funcionaba bien la rodilla, hasta que apareció la bacteria. La conseguimos eliminar pero me había destrozado la rodilla por dentro, ligamentos incluidos. Y ahí se fastidió mi carrera deportiva.
– El año pasado volvías al Lugo con la misión de ayudar al equipo a mantenerse en Segunda, pero la lesión te lo impidió y el equipo descendió a Primera RFEF…
Sí, fue una sensación de impotencia por todos lados, porque decidieron darme una oportunidad para recuperarme allí y volver a jugar tras mucho tiempo de inactividad. Lamentablemente, estuve 6 o 7 meses recuperando y sin poder ayudar a realizar mi trabajo, que al final me firmaron para eso. Sentí mucha impotencia por no poder ayudar al equipo y, lógicamente, por mí.
– Tu carrera deportiva, aunque ha terminado antes de lo deseado, ha sido envidiable. ¿Con qué equipos y capítulos te quedas?
Sinceramente, me quedo con todos los equipos en los que he estado porque en todos he sido feliz. Se me queda la espinita de no haber tenido una experiencia en el extranjero, pero por circunstancias no se dio. También es cierto que me encontraba a gusto en los equipos en los que estaba. En cuanto a momentos especiales, me quedo con mi debut en Primera División, con el debut en Champions League y con el pichichi de Segunda con el Lugo. Respecto a esto último, fue algo increíble y que no es nada fácil, porque la Segunda División es muy competitiva. Fue un orgullo conseguirlo y me siento muy agradecido a todas las personas que apostaron por mí y me apoyaron, tanto compañeros, como aficionados, familia y amigos. Todos fueron pilares básicos para conseguirlo.
– ¿Qué se siente al vivir una noche de Champions como futbolista?
Es algo increíble. De pequeño ves los partidos por la tele y escuchas el himno mientras ves a los jugadores posando en hilera. Y eso lo viví yo. Ese día, apenas dormí, era un manojo de nervios. Recuerdo todos esos momentos como si fuera ayer: el himno de la champions, coger a los niños de la mano mientras saltas al césped, la cámara grabando todos los protocolos previos… Es muy difícil jugar la Champions como no seas un crack, y para mí es un orgullo haberla podido disputar.
– ¿Qué puedes contar de tu paso y salida del Recre?
Me dio mucha pena salir porque estaba feliz. Incluso me compré una casa en el pueblo, mi mujer estaba trabajando por aquí y me sentía muy contento con el grupo que había. Pero como todo el mundo sabe, vino el tema de los impagos y a mí me debían como año y medio. Llegó un punto en el que no podía sostener mi economía y me tuve que marchar. Me fui llorando, pero no me quedaba otra. Me hubiera gustado volver al Recreativo de Huelva y, sobre todo, ayudarlo a que vuelva al fútbol profesional, que es donde debe estar.
– Respecto al Recre, se te ha vinculado en los últimos meses como futuro entrenador de las categorías inferiores…
Es cierto que ha habido conversaciones, pero como comenté antes, ahora no puedo trabajar. Por otra parte, tampoco podía asumir ese proyecto porque estaba estudiando para la prueba de acceso a la universidad y con la vista puesta en el nivel 3 de entrenador. Trabajar en el Recre es algo que me encantaría, pero cuando yo me comprometo, tiene que ser al cien por cien. Lo hablé con Jesús Vázquez, que es amigo mío y nos llevamos muy bien, y le comenté todo esto. A ver si todo sale bien y el año que viene puede darse.
– Ante la difícil situación que has atravesado, ¿Has necesitado en algún momento terapia psicológica?
La verdad es que no. He intentado asumirlo, poner soluciones e ir ocupando la mente con distintos objetivos. También me he valido mucho de mi niña, que es un torbellino y no para en todo el día. Entre el estudio y la vida familiar me he mantenido con la mente ocupada y centrada.
– Por tu carrera, has estado mucho tiempo fuera de nuestro pueblo. ¿Qué es para ti Cartaya?
Mi pueblo para mí supone casi todo porque la mayoría de mis amigos están aquí, mi familia también está aquí. Siempre he recibido mucho cariño y apoyo de mis vecinos. Recuerdo que cuando estaba luchando por el Pichichi, todo el pueblo se juntaba en los bares para ver los partidos del Lugo. Sólo tengo palabras de agradecimiento, tanto para mis vecinos como para el Ayuntamiento y la Agrupación Deportiva Cartaya. Me siento muy identificado con el pueblo y con ser cartayero.