Este mes hablamos con el deportista local Carlos Barragán Martín. Nacido en Coria del Río (Sevilla) el 11 de Julio de 1986, Carlos reside en Moguer desde hace años, junto a su mujer, María, y sus hijos, Ángel y Alba. Es maestro de música en el CEIP Virgen de Montemayor, donde también es tutor de 6º de Primaria. Con una discapacidad visual desde su nacimiento, el deporte es un pilar fundamental en la vida de Carlos prácticamente desde su infancia. Su participación en pruebas y carreras populares despiertan la curiosidad de quienes lo ven correr a pesar de su invidencia, algo a lo que nuestro deportista del mes da carta de normalidad. “Del mismo modo que a las personas videntes les llaman la atención algunas cuestiones de la vida de una persona invidente, a mí me pasa lo mismo a la inversa”, nos cuenta un Carlos, que nos atiende amablemente desde el minuto cero de esta entrevista.
¿Desde cuándo tienes esta discapacidad visual?
–Es algo de nacimiento. Tengo restos de visión, aunque actualmente no veo prácticamente nada. Lo justo para defenderme en algunas situaciones, pero el tanto por ciento de visión que tengo entra dentro de lo que podemos considerar como persona ciega. Es cierto que a edades más tempranas, aunque también poco, veía algo más. Es una degeneración progresiva de la vista. Este hecho de que sea algo de nacimiento hace que lo tenga normalizado, pues no he conocido otra cosa. Forma parte de mi día a día. Igual que las personas que ven sienten la curiosidad de cómo es el mundo y el día a día de una persona invidente, a mí me pasa a la inversa, siento curiosidad por cómo sería mi mundo con visión. Hay algunas preguntas que a veces hago sobre estas cuestiones. Por poner un ejemplo, cuando salgo a correr por Moguer, que me digan que desde ciertos puntos de nuestro entorno se ve el pueblo entero, me llama mucho la atención. Claro, pienso que hay mucha distancia desde ese punto hasta el pueblo y pienso ‘hay que ver hasta dónde alcanza la vista’. Es algo por lo que siento curiosidad, tanto por poder ver esa estampa como por poder comprender bien hasta qué distancia alcanza la visión humana, pues esa distancia yo la tengo en mi cabeza en función de los metros que he corrido desde un punto hasta otro.
¿Cómo transcurrieron tu infancia y adolescencia con tus problemas de visión?
–Gracias a Dios tuve una infancia y adolescencia bastante felices. Es cierto que por momentos sientes ese rechazo o esa etiqueta que suelen darse cuando eres pequeño hacia personas con algún tipo de discapacidad, la visual en mi caso. Ese rechazo lo recuerdo, lógicamente, como algo muy negativo, pero por fortuna siempre me he rodeado de gente y amigos que me han ayudado y aportado bastante. Igualmente, la mayoría de los maestros que he tenido me han ayudado y facilitado todo lo que me hacía falta. Ya, tras terminar la Secundaria, estudié Magisterio en la Universidad de Sevilla y me desplazaba sobre todo en transporte público, igual que otro estudiante que va a la universidad.
En tu labor por ser autosuficiente, ¿Qué medios has usado para desplazarte tú solo?
–Sobre todo he hecho uso del bastón. Tuve un perro guía hace unos años, pero fue por poco tiempo. Reconozco que es la mejor herramienta para que un ciego pueda caminar, pero a mí me pudo el nerviosismo en el sentido de que es un animal con el que tienes que entrar a todos lados. Y claro, no a todo el mundo le gusta que un perro entre en su casa, en su establecimiento, etc. A veces notaba que me decían que el perro podía entrar por compromiso. Reconozco que yo me ‘como mucho el tarro’ y terminé dejándolo. Pero ya digo, eso es algo mío personal y no dejo de reconocer que es una herramienta de gran ayuda para una persona invidente.
¿Desde cuándo eres maestro? ¿Has vivido comentarios o situaciones negativas por tu discapacidad visual en el desempeño de tu profesión?
–Soy profesor desde 2011 y he pasado por varios colegios, entre ellos mi centro actual, el CEIP Virgen de Montemayor. Sí es cierto que alguna vez he recibido por parte del alumnado algún comentario, pero siendo sincero, muchísimos menos de lo que esperaba. Al dar clases en Primaria, quizás a esas edades no hay, por decirlo de una manera coloquial, tanta maldad. Actualmente, aparte de ser profesor de música, tengo una tutoría de 6º de Primaria y tengo muchísimas anécdotas muy bonitas, en el sentido de que los niños saben y normalizan el hecho de que su maestro no ve. No sé, a veces una niña agarra tu brazo, con una enorme sensibilidad, para evitarte un porrazo, o en el recreo se ponen en fila a tu lado…. Son cosas a las que quizás una persona vidente no les dé tanta importancia, pero a mí me parecen muy bonitas. No dejan de ser niños, pero ves que tienen una gran empatía y muchísimo cariño hacia ti.
Centrándonos en tu faceta deportiva, ¿Desde cuándo practicas deporte?
–Pues podría decirse que desde toda la vida, desde los 10, 11 o 12 años… Empecé a hacer deporte en la ONCE, donde practicaba atletismo. Luego también he jugado al goalball, un deporte específico para personas ciegas, durante varios años. También he hecho mis pinitos con la bicicleta, aunque lo que más me satisface ahora mismo es correr.
Aunque estarás cansado de responder a la pregunta, y pidiéndote perdón de antemano por ella, ¿Cómo corre una persona invidente? Imaginamos que no puedes usar bastón…
–No, no. Eso es inviable. Salgo a correr con un guía. Ambos llevamos un aro, el cual agarramos. El que yo uso ahora lo compré en Decathlon. En realidad compré unas cuerdas rígidas de escalada y ellos mismos le dieron forma de círculo, de unos 15 centímetros de diámetro. Yo me agarro de un lado y el guía agarra del otro, y así vamos los dos corriendo. Tengo un grupo de amigos con el que salgo a correr y ellos se van turnando haciendo de guías. Hay un par de ellos que suelen hacer de guías más veces y con los que desarrollas una mayor compenetración. Eso no significa que no confíe en el resto, en absoluto. Es simplemente que si corres más veces con una persona, esa persona comienza a desarrollar una intuición casi automática en los movimientos que tú haces, los obstáculos que te pueden hacer tropezar, etc.
Aparte de salir a correr, para entrenar y mantener el estado de forma, ¿Te gusta competir en pruebas y carreras populares?
–Sí, totalmente. Además, es mi motivación. Yo salgo a entrenar pero siempre me gusta tener un objetivo para el que prepararme. Entonces, de vez en cuando nos apuntamos a alguna prueba, aparte de que me gusta ese ambientillo de las carreras. Y siendo sincero, obviamente que corro en pruebas por mí, porque me gusta, pero también lo hago por que se visualice en las carreras a la persona que va conmigo de guía. Como te comentaba antes, yo tengo restos de visión y a veces, si el terreno es bueno, por ejemplo en espacios y caminos anchos, prácticamente no me tengo que agarrar, voy solo. Cuando el terreno no es el apropiado, o cuando hay mucha gente, por ejemplo en las salidas, sí tengo que agarrarme. Pues a pesar de que a veces puedo ir solo y sin agarrarme, por condiciones óptimas del terreno, siempre, siempre, entro en la meta agarrado del guía con el que voy, porque quiero que corredores y asistentes vean la labor tan importante que hace el guía.
Supongo que, aunque obviamente no lo buscas, es inevitable que la gente se acerque a ti en las carreras y te haga preguntas….
–Efectivamente. Te preguntan, te transmiten palabras de afecto, te animan, te escriben a Facebook… La verdad es que me gustaría pasar más desapercibido, porque llega un momento que ves que eres el centro de atención sin sentir que estés haciendo nada extraordinario. Ya te digo, para mí esta es mi realidad desde pequeño y mi día a día, aunque entiendo, lógicamente, que a la gente le llame la atención, igual que a mí me llaman la atención otros casos, como una persona corriendo en silla de ruedas o niños con parálisis cerebral que corren en sus carritos tirados por sus padres, por poner algún ejemplo.
¿Qué te aporta el deporte?
–Aparte de salud física, me aporta salud mental. Me aporta el no pensar en otra cosa. Al final, yo no dejo de tener un problema evidente desde que me levanto hasta que me acuesto. No puedo ocultarlo ni puedo evitar que todos los días ocurra algo relacionado con esta discapacidad. Entonces, cuando hago deporte, lo noto psicológicamente. Desde el punto de vista mental, creo que es muy importante la práctica deportiva. Cuando he tenido épocas de hacer menos deporte, la verdad es que lo he notado tanto a nivel físico como a nivel mental.
Para finalizar, ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a sus vecinos y vecinas de Moguer?
–Pues que lo que más me llama la atención de Moguer es la enorme cultura e historia que tiene, es sin duda uno de sus muchos encantos. Puedo decir que es uno de los pueblos más bonitos en los que he estado y me parece muy positivo y de valorar el hecho de que la gente sepa valorarlo y cuidarlo, algo que tenemos que seguir haciendo todos juntos.