10 niños y niñas saharauis disfrutarán, un verano más, de unas vacaciones en paz en nuestro municipio

La asociación ‘Amigos del Pueblo Saharaui’ de Cartaya participa una nueva temporada del programa ‘Vacaciones en Paz’, todo un salvavidas para los menores, que viven en campos de refugiados, sin apenas acceso a agua potable, alimentos y productos de primera necesidad o atención médica. Todo ello soportando además termperaturas que, en el período estival, pueden alcanzar hasta 56º y en medio del ambiente bélico en el que han vivido desde su nacimiento

Acceso a agua potable, instalaciones eléctricas, una dieta variada conformada por alimentos básicos, atención médica, etc. Pudiera parecer que estamos haciendo una lista aburrida de necesidades básicas que, en nuestro entorno, están al alcance de cualquiera, pero ojalá fuera sólo eso. Esta es una pequeña lista de necesidades que, efectivamente, para nosotros son parte de nuestro día a día pero que en el Sáhara Occidental forman parte de una utopía lejana.

Y es que la situación del Sáhara Occidental es tan difícil como desconocida para la mayoría del público. Esta zona es uno de los 17 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité Especial de Descolonización de la ONU, con el fin de poner fin a la colonización. Sin embargo, su proceso de descolonización fue interrumpido en 1976, cuando España abandonó el Sáhara Occidental y éste fue ocupado por Marruecos, en su mayoría, y Mauritania. La soberanía marroquí no es reconocida por las Naciones Unidas y es rechazada por el Frente Polisario, que proclamó su independencia en 1976, creando la República Árabe Saharaui Democrática, reconocida por diversas naciones del mundo, aunque el número de países que la reconocen varía según la fuente consultada. Así, el Frente Polisario y Marruecos han tenido enfrentamientos bélicos, que se han ido alternando con altos al fuego, todo ello ante un exceso de pasividad de la comunidad internacional.

Nuestras vecinas Mª Ángeles, Ana y Aurelia, en el centro de la imagen, posan junto a dos mamás saharauis en un campamento de refugiados del Sáhara Occidental.

En este clima bélico, en el Sáhara Occidental proliferan los campos de refugiados, donde la vida se desarrolla, desde hace casi 50 años, en condiciones que en Occidente calificaríamos de infrahumanas. “Hay falta de agua potable y de electricidad, además de falta de alimentación. Allí se sobrevive, en buena medida, gracias a la ayuda humanitaria. Tienen una cesta básica, muy básica, que se da con una cartilla de racionamiento al mes. Claro, el nivel de desnutrición es muy alto, pues carecen de los alimentos y productos más básicos, desconocen lo que es el pescado, las frutas, las verduras… Por no hablar de la carencia de infraestructuras, atención médica, etc. Aunque no salga en los medios de comunicación, siguen viviendo en un clima bélico”, explica Guadalupe Camacho Rodríguez, presidenta de la asociación ‘Amigos del Pueblo Saharaui’ de Cartaya.

Hebrain pasó un verano en Cartaya, gracias a la iniciativa ‘Vacaciones en Paz’, con Carmen Pachecho y su familia.

Por todo ello, la asociación cartayera, como parte de la federación provincial, presta ayuda al Sáhara Occidental, siendo el programa ‘Vacaciones en Paz’ una de sus medidas más reconocidas, aunque no la única. Precisamente, la entidad local cumple este año su 20º aniversario y la historia de su fundación no tiene desperdicio: “Yo acogí por primera vez un niño en 2003 y quise comprobar con mis propios ojos en qué condiciones vivían los niños saharauis. Fui a los campos de refugiados y después de lo que vi, no pude quedarme de brazos cruzados y dimos los pasos para fundar la asociación”, apunta la presidenta de la asociación cartayera, que recalca que “la impresión cuando fui a los campos de refugiados fue muy fuerte, hasta el punto de llorar de impotencia. Me preguntaba, y me sigo preguntando, que cómo puede existir eso en otra parte del mundo y que sea una situación tan desconocida, con tantas criaturas viviendo de esa manera y nosotros aquí quejándonos de tantas cosas que no tienen tanta importancia en comparación”.

De esta manera, las asociaciones de ayuda al pueblo saharaui, como la de nuestra localidad, tratan de paliar esta situación y con acciones como el programa ‘Vacaciones en Paz’, se intenta “sacar de allí a los niños y niñas aunque sólo sean dos meses. Aquí pueden pasar controles y revisiones médicas que allí no tienen, tener una alimentación adecuada, ir a una playa o a una piscina, que son cosas que no conocen, ponerse zapatos todos los días, jugar con otros niños, ir a un campo de fútbol, etc.”, ilustra Guadalupe Camacho. Son sólo dos meses, pero para la mayoría es un salvavidas pues la calidad de vida de la que aquí gozan en ese período les permite, literalmente, alargar su vida.

Carmen Pacheco ha colaborado en varias ediciones de estas vacaciones solidarias. En la imagen, la pequeña Mariam disfruta de su estancia en Cartaya junto a un nieto de su madre de acogida.

Tristemente, los menores saharauis están acostumbrados a la realidad de sus núcleos de origen, pues es lo que han vivido desde que nacieron. Es por ello que aunque disfrutan muchísimo de su estancia en nuestra tierra, a la mayoría no les supone ningún trauma volver al Sáhara, ya que es donde están sus familiares. Es donde está su hogar. Este sentimiento de arraigo a los orígenes, que comparte cualquier humano de cualquier zona del planeta tierra, pone encima de la mesa una triste cuestión: la de la suerte que hay que tener en la vida para todo, incluso para nacer en el sitio adecuado, pues dada la situación actual, el simple ‘pecado’ de haber venido al mundo en el Sáhara Occidental hace que tengas menos oportunidades y que tu esperanza de vida se reduzca drásticamente. De hecho, la esperanza de vida al nacer en el Sáhara no llega a los 50 años. En España, la esperanza de vida supera los 80 años…

Para concienciar y seguir sumando ayudas al pueblo saharaui, Guadalupe Camacho Rodríguez concluye con un clarificador mensaje: “Si a nosotros nos tocara vivir una situación similar, nos gustaría que nos ayudaran, y a estos niños les ha tocado vivir esto simplemente por el hecho de haber nacido allí. No hay más. Nacer en un sitio o en otro es la única diferencia. Por ello, me gustaría decirles a mis vecinos que cuando nos vean haciendo sorteos, en una barra solidaria o en otra actividad, sea la que sea, que nos ayuden, pues no nos están ayudando a nosotros, sino a estos niños. Ahora que los niños llegan el 1 de julio, algo tan simple como dirigirles una sonrisa, marca la diferencia, pues ellos lo agradecen muchísimo”. Cabe destacar que cualquier persona interesada en colaborar con la asociación ‘Amigos del Pueblo Saharaui’ de Cartaya, puede solicitar información en el teléfono 672 74 08 52.

Nuestro vecino Joaquín, junto a su esposa Daniela, acogieron a Mariam en ediciones pasadas del programa ‘Vacaciones en Paz’.
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