Este mes, en la sección ‘MVP Cartaya’, hablamos con Simón Moreno, que esta temporada militó en el Intercity, habiendo sido un año difícil para el club alicantino. Sin embargo, a nivel individual, el atacante cartayero ha gozado de minutos y ha recuperado sensaciones tras una etapa de lesiones. Actualmente es agente libre y algunos rumores lo vinculan al Recre… Y los aficionados estaríamos encantados de su retorno
Simón Moreno Barroso nació el 2 de julio de 1997. Es una persona de sobra conocida en nuestra localidad, y fuera de ella, pues forma parte de la saga Moreno-Barroso. Delantero, al igual que su hermano Joselu, pasó de las categorías inferiores del Cartaya a las del Recre. Y de ahí, al Villarreal, como su hermano. En la cantera amarilla ingresa con tan sólo 12 años y va ascendiendo escalafones hasta llegar al filial, siendo incluso internacional con la selección española en categorías inferiores. En el Villarreal B, tal y como su proyección apuntaba, termina destacando, especialmente en la temporada 2018/19, en la que, en 2ªB, anota 13 goles en 36 partidos. Se le quedaba pequeño el filial amarillo y de ahí pasa, en pocos meses, por Almería y Málaga, pero la convulsa situación de estos clubes, con jeques de por medio, no le permite asentarse en Segunda División. Tampoco ha tenido suerte en los últimos años con las lesiones, lo que ha sido un obstáculo para despuntar en su paso por Cartagena, Mirandés e Intercity. Sin embargo, después de la tormenta siempre viene la calma y el atacante cartayero ha podido disputar esta temporada, en la 1ª RFEF, un total de 24 encuentros. Parece que lo peor ha pasado y nuestro paisano se ve con fuerzas y motivación para proseguir su ascenso en el punto en el que lo dejó, pues su calidad no es algo de lo que nadie haya dudado nunca.
– La primera pregunta, dados los rumores que han salido últimamente, es obligada. ¿Qué hay de la posibilidad de que recales en el Recre este año?
Sinceramente, no sé nada aún. Hubo contactos la temporada pasada en enero, pero finalmente no se dio. Este verano no sé lo que pasará, pero realmente aún no hay nada. Si me preguntas por ilusión, claro que me haría ilusión volver al Recre. Siendo de Cartaya y habiendo pasado por la cantera del Recreativo, poder regresar es algo que me motivaría. Esta posibilidad, si se diera, es algo que ilusiona también en mi entorno. Date cuenta de que llevo muchos años fuera y tanto a mis padres como a mis hermanos también les gustaría que estuviera aquí.
– ¿Qué balance haces de la temporada en el Intercity?
La verdad es que se han vivido momentos difíciles. Es una categoría muy complicada, con clubes muy potentes y ha habido cuestiones internas que no han ayudado demasiado al rendimiento de los jugadores.
– ¿Han sido esas cuestiones internas las que han llevado a que a estas alturas seas agente libre, al igual que la mayor parte de la plantilla del Intercity?
No necesariamente. Yo firmé por un año y, al cumplirlo, ambas partes decidimos no continuar. Con las cuestiones internas que no han ayudado me refería a que ha habido algunos problemas de infraestructuras, a veces entrenando en un campo, a veces en otro. También ha habido problemas de impagos… Todo eso influye en el día a día de una plantilla.
– Dada la proyección que tenías, y sigues teniendo, ¿Sería un paso atrás volver al Recre militando en la tercera categoría del fútbol español?
En absoluto. En su primera temporada en 1ª RFEF, el Recre ha estado a punto de meterse en los playoffs de ascenso. Y todo eso después de dos ascensos consecutivos. La gente del club está muy involucrada, desde Jesús Vázquez, hasta Abel Gómez, pasando por el director deportivo y toda la gente del Recre en general. Después de una época convulsa, se están haciendo bien las cosas y, por eso y por el factor emocional, en absoluto sería dar un paso atrás.
– Sea en el Recre o en el club en el que milites la próxima temporada, tras unos años sin poder asentarte en un equipo, ¿Buscas tener continuidad en un club?
Claro, todo futbolista busca tener estabilidad y estar cómodo durante varios años en un equipo, pero por distintas circunstancias no se ha dado, por eso cada año hemos intentando buscar la mejor opción. También es cierto que a veces vienen etapas, como la que he pasado de lesiones, que no acompañan.
– Respecto a las lesiones, parece que han quedado atrás pero ha sido una etapa difícil. ¿Te ronda por la cabeza el miedo de volver a caer lesionado?
Las lesiones pueden pasar factura psicológica, pero yo no tengo miedo. Por fortuna, he quedado bien tras la recuperación y este año he podido jugar 24 partidos, frente a los 6 que pude disputar la temporada anterior. Si no me hubiera lesionado de las dos rodillas, no se sabe dónde podría estar ahora, pero de todo se aprende. Mi familia me ha arropado mucho, he recibido mucha ayuda de mi hermano y de un psicólogo deportivo y, sinceramente, ahora mismo me siento más fuerte que nunca. Esta etapa de las lesiones me ha hecho madurar y aprender mucho. Pienso que he salido fortalecido, tanto a nivel físico como mental, y que sólo tengo 26 años y aún me queda mucha carrera por delante.
– ¿Cómo recuerdas el momento en el que te vas, siendo un niño, a Villarreal?
Fue un poco difícil, sobre todo al principio. Date cuenta de que tenía sólo 12 años. Sí es cierto que tuve la suerte de que mi hermano Joselu estaba en la residencia del Villarreal y eso me lo hizo todo un poco más fácil. Pero me acuerdo, por ejemplo, de que en el primer año, un día llamé a mi padre llorando, diciéndole que viniera a por mí. Se cascó 800 kilómetros para venir a recogerme, pero finalmente me quedé. Aunque es duro, al final te adaptas y aprendes. También son de ayuda las facilidades que da un club con la envergadura del Villarreal, con una buena residencia para los futbolistas de cantera, con el colegio cerca y facilitando mucho las visitas de los padres para que todo sea más familiar.
– Otra pregunta obligada que creo que alguna vez se habrá planteado toda Cartaya y gran parte de Huelva: ¿Qué tiene la familia Barroso-Moreno para sacar futbolistas de esta categoría?
Si te soy sincero, no lo sé. Mi padre jugó hasta los juveniles del Cartaya y poco más, pero es cierto que desde pequeños nos decían que despuntábamos y que podíamos vivir del fútbol. Por fortuna, y por supuesto con muchísimo sacrificio, hemos podido dedicarnos profesionalmente al fútbol. Siempre hemos sido conscientes de lo afortunados que somos de poder ser profesionales del fútbol.
– Para finalizar, Simón, ¿Podrías lanzar un breve mensaje a tus vecinos y vecinas de Cartaya?
Que a pesar de los años que llevo fuera, siempre he sentido el apoyo directo o indirecto de mi pueblo, por lo que estoy muy agradecido. Y que en estos momentos, me encuentro más fuerte y motivado que nunca. Queda Simón para rato.
