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Daniel Rodríguez Fernández es uno de los valores del Club Balonmano Lepe y un jugador ejemplar por su compromiso con el equipo. La práctica de este deporte es una fuente de valores en su vida y un aporte esencial de disciplina para sus estudios.
Daniel Rodríguez Fernández, joven deportista local y jugador del Club Balonmano Lepe, combina con éxito su dedicación al deporte con una excelente trayectoria académica. A sus 15 años demuestra que la disciplina y los valores que se adquieren en el deporte pueden aplicarse en todas las áreas de la vida, entre ellas, sus estudios en el IES La Arboleda. “Siempre he sacado buenas notas, me gustan las matemáticas, la biología y la física. Creo que el balonmano me ha enseñado a organizarme mejor y a ser constante, algo que también me ayuda mucho en los estudios”, comenta Daniel, quien desde pequeño ha destacado en el club que milita y que en 2024 celebra el 25 aniversario de su fundación.
Daniel comenzó su aventura en el deporte practicando varias disciplinas como fútbol y tenis, destacando también en este último, donde compitió durante varios años. Sin embargo, el balonmano fue el deporte que finalmente conquistó su corazón. “Decidí practicar el balonmano porque es un deporte en equipo, y en mi grupo de amigos había una gran conexión. Me gusta ese compañerismo y el ambiente que tiene este deporte”, explica.
El balonmano también tiene un significado especial para Daniel por su vínculo familiar. Su hermano mayor, Sergio, ha sido un referente clave en su camino deportivo.“Mi hermano Sergio ha jugado en el club desde pequeño, como yo, y ha competido con la selección andaluza en balonmano playa, ganando varios campeonatos de España. Siempre me da buenos consejos, sobre todo en los partidos importantes. Me dice que disfrute y aproveche cada oportunidad. Jugar con él ha sido una experiencia única, porque siempre nos hemos entendido muy bien en el campo”, afirma rememorando algunas ocasiones en las que han coincidido en partidos del club.
El espíritu deportivo también se extiende a su hermana menor, Estrella, quien sigue los pasos de sus hermanos en el Club Balonmano Lepe. “En casa, el balonmano es un tema muy presente. Mis padres están muy comprometidos, nos acompañan a los partidos y nos apoyan en todo momento. Sacrifican su tiempo por nosotros y es algo que valoro muchísimo. Los fines de semana estamos de partido en partido; nuestra familia gira en torno al balonmano”, añade entre risas.
Los valores del balonmano
Para nuestro protagonista, el balonmano no es solo un deporte, sino una escuela de vida. “El balonmano te enseña valores como el compañerismo, la empatía y el esfuerzo colectivo. Es diferente de otros deportes más populares como el fútbol; aquí se destaca mucho el trabajo en equipo y el apoyo mutuo”, comenta. Estos valores han ayudado a Daniel no solo a crecer como deportista, sino también como persona. “La convivencia con compañeros, tanto en el club como en las selecciones, te enriquece mucho. Haces amistades que duran para siempre y aprendes a valorar el esfuerzo de cada uno”, dice con entusiasmo.
El talento de Daniel no ha pasado desapercibido. Ha sido seleccionado en varias ocasiones por la Federación Andaluza de Balonmano para formar parte de la selección autonómica, lo que le ha permitido competir a nivel regional. “Estar en la selección andaluza ha sido una experiencia increíble. Me ha permitido mejorar como jugador y conocer a deportistas de toda Andalucía que comparten mi pasión”, asegura.
Su próximo reto con la selección lo llevará a Valencia, donde participará en un encuentro amistoso que podría abrirle las puertas a la competición nacional. “Es un gran reto, pero estoy muy motivado. Mi objetivo es dar lo mejor de mí y disfrutar cada oportunidad que me da el deporte”, comenta. En el club, Daniel juega en la categoría cadete, pero también está presente habitualmente para partidos en el equipo juvenil. “Juego como central o lateral, dependiendo de las necesidades del equipo. Me gusta asumir la responsabilidad en el campo y ayudar a mis compañeros a ganar”, explica.
A quienes se sienten atraídos por el balonmano, Daniel les envía un mensaje alentador: “Es un deporte diferente, con valores únicos. El compañerismo, el esfuerzo colectivo y las amistades que haces son incomparables. Si lo pruebas, estoy seguro de que te enamorarás de él como me pasó a mí”.
Con talento, dedicación y el respaldo incondicional de su familia, Daniel Rodríguez Fernández se perfila como una de las grandes promesas del balonmano lepero y andaluz. Sin duda, su historia es un ejemplo de cómo el deporte puede unir a las personas y ayudarlas a alcanzar sus metas dentro y fuera del campo.