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Finalizó en 2020 sus estudios en Farmacia y Óptica y Optometría por la Universidad de Sevilla, siendo reconocido con numerosos premios al mejor expediente, otorgados por instituciones como la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía y el Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla. Tras cursar un Máster en Investigación Biomédica con una beca JAE INTRO del CSIC bajo la dirección del Dr. Alberto Pascual, inició su carrera investigadora con un contrato FPU del Ministerio de Universidades en el Instituto de Biomedicina de Sevilla, especializándose en el metabolismo de trastornos neurodegenerativos, bajo la supervisión de los doctores Javier Vitorica y Alberto Pascual. Este periodo destacó por sus primeras ponencias en congresos internacionales y la publicación de un artículo en la revista Nature Metabolism. Recientemente, ha realizado estancias de investigación en Hungría y Alemania, colaborando con científicos como la Dra. Zelena Dóra y el Dr. Marco Prinz, gracias a becas internacionales como la ECTP-FENS (Viena) y la IMFAHE Fellowship (Boston).
Nicolás Capelo, joven investigador y farmacéutico-óptico natural de Moguer, combina una prometedora carrera científica con su pasión por el arte y la música. Tras graduarse en la Universidad de Sevilla en el doble grado de Farmacia y Óptica, completó un máster en investigación biomédica y actualmente cursa el cuarto año de su doctorado en esta misma institución. Su trabajo se centra en el estudio de los cambios metabólicos en el cerebro y su impacto en enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, y enfermedades raras como el síndrome de Leigh. Junto a su compañera investigadora Bella Mora, ha sido galardonado recientemente por el Ateneo de Sevilla con el Premio para Jóvenes Investigadores en Enfermedades Raras, un reconocimiento a su innovador estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Metabolism.


Nicolás, enhorabuena por el reconocimiento. Cuéntanos cómo habéis recibido este premio.
Pues ha sido un gran honor para nosotros recibir el galardón por parte de una institución como el Ateneo, teniendo en cuenta que entre el jurado de los premios hay personalidades del mundo de la investigación con un amplio currículum y reconocimiento a nivel internacional. Para nosotros supone un reconocimiento al esfuerzo y a la dedicación de varios años de trabajo. Hace unos días tuvimos la oportunidad de presentar el estudio en público en el propio Ateneo, algo muy satisfactorio para nosotros.
¿Cómo ha sido presentar en público el estudio en el Ateneo de Sevilla?
Ha sido una experiencia inolvidable. Presentamos el estudio de forma accesible para que cualquier persona, con o sin formación científica, pudiera entenderlo. La reacción del público fue muy cálida, con ovaciones y palabras de agradecimiento. Ver a representantes de la sociedad, la universidad y asociaciones de enfermedades raras reunidos fue un recordatorio de que la ciencia tiene un impacto que trasciende los laboratorios. Sentí una gran emoción al ver cómo personas de ámbitos diversos han valorado nuestra investigación. Además, fue una oportunidad para acercar la ciencia a la sociedad y mostrar que el conocimiento puede tener un impacto real.
¿Cuánto tiempo de trabajo os ha llevado este estudio y seguís trabajando en él?
Este estudio comenzó en 2021 cuando inicié mi máster bajo la supervisión del Dr. Alberto Pascual y se ha prolongado durante cuatro años. Aunque su publicación en la prestigiosa revista científica Nature Metabolism representa un gran hito, todavía queda mucho por hacer. Actualmente estamos ampliando el alcance de la investigación, explorando cómo las proteínas tóxicas asociadas al Alzheimer interactúan con los cambios mitocondriales observados en la microglía. Esto nos permitirá comprender mejor la progresión de estas enfermedades y contribuir a la búsqueda de mejoras en la salud de los pacientes.
Que el estudio haya sido publicado en Nature Metabolism es todo un logro. ¿Qué sensaciones os deja esto?
Publicar en Nature Metabolism es un logro que representa la culminación de años de trabajo. Por darte algún dato, existen alrededor de 180 revistas especializadas en esta área concreta y esta suele estar posicionada entre las 3 o 4 primeras. La revista tiene un enorme prestigio y su impacto global nos da una visibilidad que podría abrir nuevas colaboraciones y oportunidades de financiación. Lograr que publiquen tus estudios de investigación en una edición de estas características no es fácil y requiere de un proceso lento y riguroso. Al final hemos alcanzado ese reconocimiento que nos motiva a seguir avanzando.
¿Por qué eligiste este tema para tu línea de investigación ?
Mi elección del tema tiene una motivación personal. Mi abuela padece Alzheimer, y al estudiar la carrera empecé a interesarme por cómo los cambios metabólicos afectan al cerebro en enfermedades neurodegenerativas. Al entrar en el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Farmacia de Sevilla, tuve la oportunidad de unirme al equipo del Dr. Javier Vitorica, que investigaba estos trastornos, tomando las riendas de una de las prometedoras líneas sobre metabolismo y Alzheimer en las que actualmente hemos puesto el foco. Este camino no solo ha sido una decisión académica, sino también una forma de conectar con una problemática que afecta a millones de familias como la mía.
Hablemos sobre el estudio ¿Qué consecuencias o beneficios prácticos tiene el estudio que habéis realizado y para qué enfermedades?
Nuestro estudio cambia el enfoque tradicional de las enfermedades mitocondriales, que solía centrarse en las neuronas, hacia la microglía, las células inmunitarias del cerebro responsables de eliminar residuos y conexiones dañadas. Hemos demostrado que la disfunción del complejo mitocondrial I en estas células contribuye al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas y raras, como el síndrome de Leigh. Esto abre nuevas posibilidades terapéuticas al proponer a la microglía como diana para tratamientos innovadores. Además, el modelo animal que hemos desarrollado permite estudiar en pocos meses procesos que antes requerían años, lo que acelera la investigación y mejora nuestra capacidad para abordar estas patologías.
La microglía y las mitocondrias juegan roles cruciales en el cerebro. ¿Cómo influye la disfunción mitocondrial en la microglía en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas?
La disfunción mitocondrial en la microglía afecta a su capacidad para eliminar residuos celulares y controlar la inflamación cerebral. Las mitocondrias, como ‘centrales energéticas’ de las células, son esenciales para que la microglía desempeñe su función protectora. Cuando fallan, se acumula daño en el cerebro, lo que puede desencadenar o acelerar enfermedades como el Alzheimer. Nuestros resultados muestran que estas alteraciones mitocondriales no solo contribuyen al deterioro neuronal, sino que convierten a la microglía en un factor clave en la progresión de enfermedades neurodegenerativas.
Este trabajo sugiere que la contribución de la microglía a las enfermedades primarias mitocondriales es mayor de lo previamente sospechado. ¿Qué implicaciones tiene este descubrimiento para futuras investigaciones y posibles terapias?
Nuestro descubrimiento destaca que la microglía desempeña un papel más activo en las enfermedades mitocondriales de lo que se pensaba. Esto abre nuevas líneas de investigación, permitiéndonos explorar cómo estas células responden a alteraciones mitocondriales y desarrollar terapias más específicas. Por ejemplo, podríamos diseñar estrategias para proteger tanto a las neuronas como a la microglía, ampliando las opciones de tratamiento para enfermedades raras como el síndrome de Leigh y trastornos neurodegenerativos más comunes como el Alzheimer.
La investigación abre nuevas vías para modular la función de la microglía. ¿Qué tipo de enfoques terapéuticos podrían desarrollarse a partir de estos hallazgos?
Nuestros hallazgos podrían inspirar terapias dirigidas a mejorar la funcionalidad mitocondrial en la microglía. Por ejemplo, podríamos desarrollar moléculas que optimicen la producción de energía en las mitocondrias o reduzcan la inflamación cerebral. También sería posible restaurar las capacidades de limpieza y reparación de la microglía, frenando la acumulación de daño celular.Estas estrategias no solo tendrían aplicaciones en enfermedades raras como el síndrome de Leigh, sino también en patologías prevalentes como el Alzheimer. El objetivo final sería ralentizar la progresión de estas enfermedades o incluso prevenir su aparición, proporcionando un impacto positivo significativo en la calidad de vida de los pacientes, aunque esto no deja de ser algo prácticamente utópico con el conocimiento del que actualmente se dispone.
A nivel personal Eres una persona joven, ¿es difícil conciliar la vida personal con el trabajo de investigación?
Es complicado, pero no imposible. La investigación requiere muchas horas de dedicación, pero intento organizarme para mantener un equilibrio. Además de la ciencia, me involucro en actividades como la música y el teatro, que me ayudan a desconectar y recargar energías. A eso le sumo el deporte que practico cada día.
¿Ha sido importante el apoyo familiar en todo este camino?
Sin duda. Mis padres han sido pilares fundamentales, apoyándome tanto emocional como económicamente. La ciencia requiere una gran inversión personal y familiar. Durante mis estudios dependí del apoyo de mis padres, y a lo largo de los años he tenido que combinar trabajos de verano y becas para cubrir mis gastos. Aun así, cada sacrificio ha valido la pena. La pérdida de mi padre fue un golpe muy duro, pero me ha dado más fuerza para seguir adelante y honrar todo lo que me enseñó.
¿Qué opinas de la investigación en nuestro país?
La investigación en España está llena de talento, pero carece de la financiación adecuada. La burocracia y la falta de inversión pública limitan el desarrollo de proyectos y obligan a muchos investigadores a buscar oportunidades en el extranjero. La financiación nacional para la investigación se encuentra en el 1,49 % del Producto Interior Bruto (PIB), según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística en su edición más reciente, cuando oficialmente debería llegar hasta el 2 %. En este sentido, existe una clara fuga de cerebros y los que buscan oportunidades fuera no suelen volver. Sin embargo, si hay una cosa que podemos destacar en nuestro país es la colaboración entre equipos. Esto es algo excepcional que hay que valorar y que nos ayuda a avanzar pese a las dificultades.
¿Dónde te ves en unos años?
Me encantaría seguir en el ámbito de la investigación, ya sea en España o en el extranjero, y poder estabilizarme dentro de este campo. Sin embargo, soy consciente de las dificultades que enfrentamos los jóvenes investigadores en España, y no descarto tener que buscar oportunidades fuera. El próximo 30 de noviembre acaba mi contrato y no sabemos si podrá ser renovado, al menos hasta el día que defienda oficialmente mi tesis. En resumidas cuentas y aunque suene crudo, puede ser que vaya al paro. Es una realidad que todos los investigadores no estabilizados enfrentamos, pero quiero ser optimista tras las buenas noticias en las últimas semanas.
Nicolás, muchas gracias por atendernos y te deseamos muchos éxitos en tu carrera como investigador.
Gracias a vosotros por darnos la oportunidad de comunicarnos con nuestros vecinos de Moguer y difundir estos temas tan importantes, que dan esperanza a muchas personas que sufren estas enfermedades.