“El Sheikijo es el compromiso que da sentido al camino del Shorinji Kempo”

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Enrique Ortiz González y Juan Manuel Cáceres Muriel son dos nombres que ya forman parte de la historia reciente del Shorinji Kempo en España. En octubre llevarán a Lisboa el nombre de Lepe en el Campeonato de Europa de esta disciplina

Por: Jose Luis Galloso

Los dos campeones leperos han logrado recientemente la clasificación para el Campeonato Europeo que se celebrará en Lisboa el próximo mes de octubre tras conquistar en el Taikai Nacional de Granada las medallas de plata y oro, respectivamente. Pero más allá de los títulos, lo que ambos transmiten es la convicción de que el Shorinji Kempo no es solo un arte marcial, sino una filosofía de vida que abre camino al autoconocimiento, al equilibrio y al crecimiento personal.

Juan Manuel y Enrique compartiendo su pasión por esta disciplina.

Sus historias Enrique Ortiz recuerda cómo de niño ya pedía a su madre disfrazarse de ‘Kung Fu’ para una fiesta de la guardería. Aquellas películas que veía en televisión despertaron en él una fascinación que lo llevó, con apenas ocho años, a asistir a una exhibición de karate. Aquel día, supo que quería dedicarse a las artes marciales.

Su trayectoria ha pasado por distintas disciplinas como el karate o el kung-fu, hasta que en 2016, trabajando en La Antilla, conoció casi por azar a Pedro Jiménez, quien acabaría siendo su maestro de Shorinji Kempo. “Nos pusimos a entrenar en la playa y se nos fue la tarde entera. Cuando oscureció y ya no nos veíamos, supe que había encontrado lo que buscaba”, recuerda. Desde entonces, Enrique ha cosechado triunfos dentro y fuera de España. En 2023 representó a España en el Budokan de Japón, la cuna de las artes marciales, quedando noveno en el Mundial, una experiencia que califica de inolvidable. Pero subraya que “lo importante no son las medallas. Yo salgo al tatami a disfrutar. Lo que me llevo siempre son las masterclass con grandes maestros, las lecciones que te acompañan de por vida. El Shorinji Kempo es un arte marcial en el que nunca terminas de aprender”.

Juan Manuel y Enrique con las medallas del Campeonato de España.

En el caso de Juan Manuel Cáceres, el punto de partida no fue personal, sino familiar. Su hijo comenzó a practicar karate con Enrique y un día, invitado a entrenar junto a él y al maestro Pedro Jiménez, se decidió a dar el paso. “Desde 2017 hasta hoy no he dejado de entrenar. Y lo que más me gusta es el ambiente: el Shorinji Kempo me ha regalado amistades y un grupo humano que es como una gran familia”, cuenta.

Su evolución en la disciplina ha sido meteórica. Ha conquistado tres oros consecutivos en los campeonatos nacionales de 2023, 2024 y 2025, y en el Mundial celebrado en Japón alcanzó un meritorio octavo puesto.

Los campeones portando la bandera de Lepe.

Sin embargo, huye de la presión competitiva. “La competición la vivimos como una parte más del camino. Intentamos disfrutar, independientemente de ganar o no. Quizás ahí esté el secreto de los buenos resultados”. Para Juan Manuel, el Shorinji Kempo trasciende lo deportivo. “Es defensa personal, sí, pero también filosofía de vida. Los valores que nos enseña son ayudar a los demás y a nosotros mismos, dentro y fuera del dojo. A quien quiera empezar solo le diría que practique con ilusión y sin presiones, que disfrute del camino”.

Los deportistas españoles junto los campeones leperos.

Educación del espíritu

El Shorinji Kempo nació en Japón tras la Segunda Guerra Mundial de la mano de Doshin So, quien lo concibió como algo más que un método de defensa: una vía para la reconstrucción moral y espiritual de las personas.

Enrique lo explica recordando tres pilares básicos que guían cada entrenamiento, inspirados en las palabras que acompañan cada práctica.

El primero es el ‘Seiku’, los pensamientos. “El interior es fuerte de recursos y en él se hallan las respuestas. Actuar mal contamina, actuar bien purifica”. El segundo es el ‘Seikan’ o compromiso. “Honrar al fundador, ser honestos con los maestros, respetar a compañeros y cooperar en la construcción de un mundo mejor”. Y el tercero es el ‘Shiyo’ o los propósitos, en el que “expresas gratitud hacia nuestros padres y contribuir a la paz y la felicidad en el mundo”.

Más allá de la técnica, el Shorinji Kempo busca formar personas valientes, justas y respetuosas. Y esa es la idea que transmiten los dos campeones leperos a los alumnos más pequeños que se inician en esta disciplina. “Hay niños que empiezan casi jugando, pero desde ahí aprenden valores de respeto y cooperación que les acompañarán toda la vida. Este arte se adapta a cada persona, no al revés. Aquí cabe todo el mundo, grandes, pequeños, hombres y mujeres”, afirma Enrique.

Rumbo a Lisboa

El próximo gran reto para ambos será el Campeonato Europeo en Lisboa, una cita que preparan con la misma pasión que transmiten en cada palabra. “Lo afrontamos con ilusión, como una oportunidad de seguir aprendiendo y de disfrutar del camino”, asegura Juan Manuel. Y Enrique coincide diciendo que “cada competición es una excusa para seguir creciendo, porque lo importante no es vencer a los demás, sino vencernos a nosotros mismos”.

En Lepe, el club que ambos han contribuido a levantar es ya referente de Shorinji Kempo en la provincia, y ellos dos, ejemplos de que las artes marciales son mucho más que combate. Son, en sus palabras, un camino de humildad, respeto y superación.

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