Mide el listón con calma, respira y salta. Así, con una mezcla de serenidad y hambre competitiva, Marcos Morcillo Lorca (Valverde del Camino, 2008) se ha ganado un nombre propio en la altura andaluza. Atleta del Club Atletismo Valdeca, entidad con una trayectoria consolidada que la pasada temporada llegó a reunir 65 licencias de deportistas valverdeños en distintas disciplinas, representa ese retorno ilusionante de muchos jóvenes a “los clásicos del deporte”, la pista, la colchoneta, el listón y un sueño se eleva cada tarde de entrenamiento.
Su palmarés ya habla por él y acumula cinco medallas andaluzas en categorías de base (dos bronces, una plata y dos oros). En 2023, aún Sub-16, se colgó la plata con 1,81 m. Y en junio de 2025 firmó un salto decisivo: campeón de Andalucía Sub-18 y récord onubense con 1,91 m, mejorando con holgura sus registros anteriores en menos de dos años. “He dado un salto grande en poco tiempo. Me motiva saber que queda margen para seguir creciendo”, admite.
El camino no fue en línea recta. “Descubrí el atletismo porque mi hermano lo practicaba y yo lo veía”, cuenta. Antes, como tantos chavales, jugó al fútbol y llegó a aparcar el tartán una temporada. “Hacía fútbol esos dos años y me volví a apuntar de repente”. Volvió en enero, con la campaña ya empezada, y desde entonces ha ido encadenando finales, mínimas y podios. El verano, reconoce, lo ha aprovechado para “descansar y preparar los próximos compromisos”.

Entrena tres días por semana y solo uno trabaja específicamente la altura. “Excepto la semana previa a competir”, puntualiza. El resto del tiempo lo ocupa la preparación general, la técnica de carrera y el trabajo de fuerza. “La clave es equilibrar los apoyos, la potencia y la carrera de impulso. Cuando todo encaja, el salto sale solo”, explica. Su rutina combina sesiones en el foso con circuitos y gimnasio; un menú sencillo en papel, exigente en ejecución.
En lo personal, le tira la mecánica y el tiempo con los amigos. “Voy a empezar un grado medio y no tengo problema para compaginarlo”, dice con naturalidad. Fuera de pista, los días son normales durante la temporada que inicia este mes de septiembre… clase, un rato de estudio, quedada con sus amigos y, si no toca entrenar, descanso activo. Sus padres le acompañan a los campeonatos y su apoyo es constante. “Siempre están animando. Se agradece cuando llegan los viajes largos y los nervios de la competición”.
Su relación con el entrenador, Luis Gustavo Marín, es otro de los pilares. “Tengo muy buena relación con él, nos conocemos de hace mucho”, resume. Y el propio Luis se refiere a Marcos como una persona “sencilla, trabajadora, responsable y sacrificada, pese a su edad de 17 años”. Por su parte, Pepe Mantero Castilla, técnico del club donde milita, habla de Marcos con entusiasmo. “Es superexigente consigo mismo y muy competitivo. Pasó un periodo de dudas, incluso volvió al fútbol y tuvo una lesión en un brazo. Pero regresó con más hambre, y aún empezando la temporada tarde consiguió clasificarse para los campeonatos de Andalucía e hizo la mínima del de España, al que finalmente no pudo acudir”. Mantero subraya además su rol de compañero. “Ayuda mucho a su hermano, que también salta, y a los más jóvenes. Se pican de forma sana y eso les hace mejores”.
El salto de 1,91 m no fue casualidad, sino consecuencia. Venía de estabilizarse en torno al 1,80/1,81, de pulir la carrera, de ajustar la batida y la curva. “Me centraba en llegar controlado al listón y no atacar demasiado pronto”, confiesa. La progresión, en menos de dos cursos, ha sido sostenida y con cabeza, sin obsesionarse con marcas efímeras. “Lo importante es ser regular; las marcas llegan”, repite Mantero.
¿Qué se siente con un récord provincial y un título andaluz Sub-18? “Alegría y ganas de más. Te confirma que el trabajo sirve”, dice Marcos. Sus metas inmediatas son claras: “Clasificarme, por lo menos, para el Campeonato de España y saltar más que ahora”. A medio plazo, la idea de vestir la camiseta de la selección española y asomarse a europeos o mundiales juveniles aparece como horizonte ilusionante, pero no como presión. “Paso a paso”, insiste.

Representar a Valverde del Camino y a Huelva es, para él, “un orgullo y una responsabilidad”. Lo verbaliza con la humildad de quien sabe que cada salto empieza mucho antes del listón, es decir, en los calentamientos cuando nadie mira, en el gimnasio, en la constancia. “Trabajo y humildad; el listón sube cuando tú haces lo tuyo”, son los conceptos que elige para definirse a sí mismo.
El Club Atletismo Valdeca, factoría de talento y escuela de valores, es el escenario ideal para su crecimiento. La suma de entrenadores voluntariosos, un grupo que empuja y una estructura que acompaña explica por qué, mientras los grandes deportes copan titulares, el atletismo sigue cautivando a los jóvenes. La estética del gesto, el silencio previo, el vuelo breve y la caída en la colchoneta tienen algo de ritual que engancha.
A punto de comenzar la temporada, Marcos Morcillo se perfila como una de los atletas que dará ‘el gran salto’ en competición, para dejar el nombre de Valverde del Camino lo más alto posible.







