“Este Centenario es una oportunidad para mirar atrás y seguir creciendo en torno a la Virgen del Carmen”

La Hermandad del Carmen de Canela vive un año singular en el que celebra el centenario de la inauguración de su capilla dedicada a la patrona de los marineros en 1925. Han sido meses de celebraciones sobrias y muy participadas, con la vista puesta en acercar la historia a los vecinos y dejar mejoras tangibles para el futuro. “Se nos presentaba una efeméride especial y teníamos que celebrarla para honrar a la Virgen y a los carmelitas de Canela. Los actos han sido pocos, pero intensos. La idea era llegar a nuestros vecinos, conmemorar el aniversario y no cargar la agenda con demasiadas cosas”, resume su presidente, Benito Mena Costa, que explica así el reto al que se enfrentaba la entidad.

Los carmelitas rezando el Rosario en la capilla.

El programa se articuló en tres hitos, que fueron una exposición histórico-cultural, una misa pontifical presidida por el obispo de Huelva (Monseñor Santiago Gómez Sierra), y una jornada devocional dedicada a la Virgen, con veneración y rezo del rosario. “Mucha gente descubrió parte de nuestra historia en la exposición”, señala Mena. “Y la misa pontifical la vivimos con una participación enorme; fue una celebración muy solemne. Cerramos con un día para la Virgen, que también está en aniversario, con veneración y rosario”.

Solemne Pontifical oficiada por el Obispo de Huelva Monseñor Gómez Sierra.

El centenario no solo ha sido celebración; también ha sido legado. La Hermandad ha impulsado reformas y nuevas incorporaciones patrimoniales, entre las que destaca un mosaico conmemorativo que sintetiza episodios clave de la parroquia. “Hemos querido dejar reformas en el edificio y sumar patrimonio”, explica el presidente. Pero, más que ampliar, el impulso principal ha sido recuperar: “Desde documentos o fotografías hasta enseres como faldones, jarras, el antiguo paso gótico, o la incorporación de la nueva cruz parroquial, realizada a partir del crucificado que presidía la desaparecida escuela”.

Así luce la ermita durante la celebración del Centenario.

Además, la Hermandad ha acometido actuaciones menos visibles pero esenciales: mejoras en la instalación eléctrica, respiradores para controlar la humedad, la puesta a punto del camarín que custodia a la Virgen y la adquisición de material para cultos y para las Fiestas, entre ellos leccionarios, misal y otros elementos eucarísticos. En el exterior, junto al programa conmemorativo del centenario, se ha incorporado un monumento en memoria de los marineros fallecidos y se han reforzado los trabajos en los jardines con sistema de riego y nuevas plantaciones. Todo ello se completa con labores de limpieza, pintado y mantenimiento en la Capilla, la Caseta Bajamar y otras dependencias.

Trabajos de mejora en la capilla y su entorno.

En el plano personal, Mena confiesa que ha sido un tiempo de emociones fuertes. “Han sido días intensos y emotivos, de reencuentros y de conocer historias de la memoria colectiva de personas mayores. Me llevo la satisfacción del trabajo realizado, la aceptación de la gente y que Canela haya sonado para bien durante unos días”. Ese “arrope” vecinal ha sido, a su juicio, la gran clave de la efeméride, donde “la gente ha respondido y se ha involucrado. Hemos sentido un apoyo muy especial”, manifiesta el presidente.

Beni Mena, junto a las autoridades celebrando el centenario.
La concejala María José Martín durante el descubrimiento de la plaza conmemorativa.

La Hermandad sigue trabajando

El calendario no se detiene con el centenario. La Hermandad mantiene un curso vivo de cultos y actividades. “Lo próximo es el 15 de octubre, el culto a Santa Teresa de Jesús, que realizamos a través de la reliquia de la Santa que custodia la Hermandad”, avanza Mena. “Después, el 2 de noviembre celebraremos de nuevo la solemne función por las Ánimas Benditas del Purgatorio, con procesión de la Virgen, y luego llegarán las actividades navideñas”.

Aunque julio es el eje central del año con las Fiestas del Carmen, la vida de la corporación se extiende de enero a diciembre. “Nuestra tarea principal es dar culto a la Virgen, promover su devoción y trabajar por Canela”, resume el presidente. En ese “trabajar por Canela” encajan tanto la programación religiosa como el mantenimiento continuo de las dependencias.

De hecho, una parte relevante del esfuerzo reciente ha sido conservar y adecentar espacios. “Nuestro gran empeño es recuperar y mantener, y en ello estamos”, explica. “Hemos repuesto la techumbre de la sacristía, instalado nueva iluminación y sonido, acometido pintura y mantenimiento, y adecentado nuestros locales, tanto en la Caseta Bajamar como en el módulo sociocultural. Siempre estamos en activo”. Estas intervenciones, menos vistosas que una procesión o un concierto, son el andamiaje que sostiene la vida diaria de la Hermandad y su proyección de futuro.

El equilibrio entre culto, cultura y conservación ha marcado el tono del centenario. La exposición permitió “sacar a la luz la historia”, con la fundación, sus protagonistas y cómo se llevó a cabo aquel empeño colectivo que dio forma a la devoción marinera en Canela. La misa pontifical reforzó los lazos con la diócesis y subrayó la dimensión eclesial de la fiesta. Y la jornada devocional con la Virgen devolvió el foco a lo esencial: la fe popular que da sentido a la Hermandad.

En perspectiva, el balance tiene más de punto y seguido que de punto final. La recuperación de enseres y documentos abre líneas de trabajo para catalogar, estudiar y difundir ese patrimonio; la mejora de espacios facilita la acogida de cultos y actos; y la programación próxima confirma una comunidad activa más allá de las grandes fechas. “El centenario ha sido una ocasión para mirar atrás con gratitud y seguir creciendo”, concluye Mena. “Si algo nos ha enseñado es que cuando Canela se une, todo sale adelante”.

El Vicario Parroquial, el Padre Mariusz Mikołajczyk, junto a los miembros de la Hermandad.

Con 100 años a la espalda, la Hermandad del Carmen de Canela encara el futuro con una hoja de ruta clara: cuidar la memoria, sostener el culto y fortalecer la vida comunitaria. Entre fotografías rescatadas, cruces recuperadas y techumbres repuestas, la Virgen del Carmen sigue siendo hoy luz y compañía para el barrio y su gente. Y, si algo ha mostrado este centenario, es que Canela responde.

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