La Sección Deportiva del Ayuntamiento de Aljaraque (SD Aljaraque), dedicada al baloncesto, comienza la temporada recogiendo los frutos del gran trabajo que viene desarrollando año tras año. En la Gala FAB Huelva 2025, celebrada en el Muelle de las Carabelas hace unos días, recibió el reconocimiento como ‘Club con Mayor Progresión’ por parte de la Federación Andaluza de Baloncesto. El acto reunió a autoridades como el vicepresidente de la FAB y delegado en Huelva, José Luis Pena; el diputado provincial de Deportes, Juan Daniel Romero; el alcalde de Aljaraque, Adrián Cano; y la concejala de Deportes de Aljaraque, Leticia Villegas.
“Es un reconocimiento al trabajo de todos, pero en especial del cuerpo técnico de la escuela; de todos nuestros entrenadores. Ellos son los que están día a día con los chicos y las chicas, siendo los grandes responsables de que la escuela funcione y goce de este reconocimiento”, resume Manuel Cuadri Domínguez, coordinador de la sección. “Nos hace especial ilusión porque la FAB valora los datos federativos y somos el proyecto con más fichas en la provincia. Eso habla de participación, estructura y confianza”. Hoy, más de 300 niños y niñas visten el color amarillo en la camiseta aljaraqueña. “Lo que más nos enorgullece es tener equipos en todas las categorías, desde mini hasta sénior, en masculino y femenino”, añade.

Esa estructura se sostiene en ser una escuela municipal antes que un club competitivo. “No olvidamos quiénes somos”, recalca Cuadri. “Aquí participación y competición van de la mano. Todos los niños juegan, todos tienen sus espacios y sus momentos. Y, al mismo tiempo, también competimos bien; es decir, los resultados llegan sin traicionar la esencia”. La fórmula exige recursos humanos y método. “Contamos con una decena de entrenadores. Mezclamos gente joven que aporta energía y nuevas ideas con técnicos veteranos con titulación, que acompañan y hacen de tutores. Es clave para mantener estilo y continuidad”.

El referente sénior es otro pilar del crecimiento. “Los partidos del equipo grande son una fiesta: hay padres, hay pequeños en la grada, ambiente de familia. Eso empuja a los chavales”, explica el coordinador. Los logros de esta temporada tienen un mérito especial: “Tras muchos años, hemos conseguido recuperar el equipo sénior femenino y, además, separar un júnior femenino propio. Antes teníamos que mezclar por falta de jugadoras, pero hoy son plantillas independientes y numerosas. Es una alegría, porque la continuidad en femenino suele ser el gran reto cuando sube la edad”.

La apertura es otra seña de identidad. “Intentamos no dejar a nadie fuera. Si un niño o una niña quiere jugar, le buscamos hueco aunque el grupo esté lleno. Ya veremos después cómo organizamos ligas, rotaciones y niveles; lo importante es que jueguen”, insiste Cuadri. Ese espíritu se refuerza con actividades que alargan la vida del balón más allá del calendario federado, por ejemplo, con el programa «Verano Amarillo» y el campus de verano estrenado esta temporada, para evitar dos meses de parón, así como con actividades puntuales para clausurar el curso o celebrar las fiestas navideñas.

Una filosofía y un empuje comunes
De cara a cada temporada, la planificación es flexible. “Abrimos inscripciones, vemos cuántos somos y dónde hay que intensificar esfuerzos. El objetivo, idealmente, es tener un equipo por año en masculino y femenino. Aún falta en algún tramo, pero vamos a por ello”. La respuesta del pueblo acompaña. “Un sábado por la mañana, el pabellón es un trasiego constante: padres, abuelos, niñas con su mochila, minis que miran a los cadetes… Es una gran comunidad”, describe.


El premio de la FAB actúa como gran empujón de energía. “Nos dice que el camino —educación en valores, puertas abiertas y espíritu competitivo— funciona”, sostiene Cuadri. A todo esto se suma el auge del baloncesto en la provincia. “Aljaraque y otros pueblos de la comarca acogen campeonatos autonómicos y nacionales con frecuencia; eso contagia baloncesto y es de gran ayuda para la promoción de esta disciplina”, apunta.
El coordinador no olvida la colaboración institucional que permite sostener ese crecimiento: el apoyo del Ayuntamiento de Aljaraque, la sintonía con la FAB Huelva y el trabajo conjunto con otros consistorios cuando tocan sedes, torneos o desplazamientos. “Sumar siempre ayuda”, dice, consciente de que el baloncesto necesita alianzas para seguir siendo alternativa real a otras prácticas más masivas.

La invitación queda hecha para todos: “Venid un día de partido y respirad el ambiente. Ver un sénior a pabellón lleno o un mini dando sus primeros botes enamora”, sonríe Cuadri. Porque, al final, el reconocimiento de ‘Club con Mayor Progresión’ se entiende mejor desde la grada: una escuela municipal que crece, competitiva sin exclusiones y abierta de par en par para que el baloncesto siga siendo de todos y para todos. Eso es la SD Aljaraque.







