“Este premio te impulsa a seguir creyendo, continuar creando ideas y procurar que el cliente quiera volver”

Y, tras una intensa temporada de trabajo en los fogones, llega el septiembre del descanso y la antesala de un otoño de paz en nuestra localidad. Pero para Luis Miguel Sarrión Delgado ‘Luismi’ está siendo, además, un tiempo de reconocimientos y emociones.
El joven empresario de 33 años, al frente de la Brasería-Pulpería Semilla y del hotel-apartamentos Seven Rooms, con Maluja Bar, recibió uno de los reconocimientos empresariales en la XXI edición de los Premios a la Promoción Turística y reivindica la constancia como motor del sector en Punta Umbría.

Recibir este premio ha sido para Luis Miguel Sarrión Delgado algo más que una foto con galardón. “Me supuso bastante; es un mérito. Podía haber sido otro, pero me tocó a mí tras mucho sacrificio y estoy muy contento”, resume. “Es un empujón y, sobre todo, un reconocimiento; ojalá al próximo le sirva con el mismo aliento que a mí”, añade.

El empresario recogió el premio de manos del alcalde de Punta Umbría.

El premio le llega en un año de puesta en marcha de una propuesta ambiciosa. Esta temporada ha lidiado con su primer proyecto hostelero (la brasería-pulpería Semilla, que roza ya la década) y se ha expandido con un espacio de alojamiento y gastronomía. “Es como una mutación de lo que hacíamos”, explica. Junto a su pareja, María Jiménez Hervés, han tomado las riendas de Seven Rooms y han sumado el Maluja Bar como complemento gastronómico. “María ha ido espalda con espalda conmigo. Ella conoce el mundo del hospedaje, maneja idiomas y aporta experiencia. A su lado todo ha sido más fácil”, reconoce.

En 7 Room es la nueva apuesta empresarial de Luis Miguel.

La clave de su cocina en Semilla es partir del producto local para ofrecer identidad. “Usamos materia prima de aquí y la reinventamos un poco sin salirnos de lo que la gente viene buscando, que es nuestro pescadito frito. Trabajamos la sardina, el boquerón y los autóctonos de la zona; la materia prima lo hace casi todo y nosotros le ponemos cariño”, dice. Ese equilibrio entre tradición y toque personal sostiene una clientela fiel que, según Sarrión, “viene mucho en verano, pero también fuera de temporada si se les ofrece motivo”.

El salto a la gestión hotelera ha sido un aprendizaje a velocidad de crucero. “Yo venía de la hostelería y no sabía cómo se llevaba un hotel, pero con María nos hemos complementado”, cuenta. El reto no es menor, ya que pretende abrir todo el año. “Antes íbamos por temporadas; ahora la apuesta es mantener actividad doce meses, porque en Punta Umbría también se está muy bien con nubes”, defiende, convencido de que existe un turismo gastronómico que hay que cuidar y dinamizar de enero a diciembre.

Luis miguel Sarrión durante la gala.

Formación y emprendimiento

El camino de Luismi se entiende mejor desde su formación en Cocina y Gastronomía en el IES Saltés y desde una inquietud que le empujó a emprender en su municipio. “Pensé: ¿por qué no abrir una esquinita? Así empezó Semilla y aquí seguimos, gracias a Dios”, recuerda. De esos ocho o nueve años arranca un aprendizaje que ahora se proyecta en la hospitalidad: “Esto es una pequeña lotería: un año va mejor, otro regular. En líneas generales no podemos quejarnos; ha venido bastante gente y yo estoy muy contento”.

Sobre qué necesita el turismo local, Sarrión evita las recetas mágicas y subraya lo que a él le funciona: perseverancia y organización. “Tenemos mucho que ofrecer, como nuestro producto, nuestra gente amable, el sol y la playa, incluso también  el campo. Hace falta perseverancia, lucha y constancia para que esto no se quede aquí. Sería bueno impulsar más a la flota pesquera y a la agricultura; son pilares de nuestra identidad”, propone. También ve útil una mejor comunicación entre empresarios y organismos para alinear esfuerzos y prolongar la temporada.

El reconocimiento municipal refuerza esa idea de trabajo silencioso. “El premio te impulsa a seguir creyendo, a crear ideas sin precipitarte, dejando un buen concepto para que el cliente se vaya contento y con ganas de volver”, explica. Su vara de medir el éxito es la satisfacción del cliente y el retorno.

En lo personal, el galardón también se vive en plural. “Esto nos da energía, pero no es solo mío. Es de María, del equipo y de la gente que nos apoya”, insiste. La diversificación no busca crecer por crecer, sino sostener un modelo que afiance la marca y seduzca a quien llega por primera vez. “No se trata de hacerlo todo; se trata de hacerlo bien”, resume.

Con 33 años, Sarrión encarna a una generación que decide quedarse y emprender en su tierra. Su relato no es de atajos, sino de sacrificio y aprendizaje práctico. Quizá por eso sus palabras al recoger el premio sonaron a balance y a punto de partida al mismo tiempo. “Después de tanto trabajo y tanto sacrificio, que te lo reconozcan es un lujo. Estoy muy contento”, repite para concluir y seguir su camino de emprendimiento.

 

 

 

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