El Centro de Participación Activa (CPA) de Valverde del Camino vuelve de las vacaciones con un aire de estreno tras la reforma acometida por la Junta de Andalucía. Una inversión de más de 181.000 euros, procedente de los fondos europeos Next Generation, ha hecho posible renovar el edificio de manera integral, dotarlo de mobiliario moderno y de un diseño más amable para quienes lo llenan a diario. La inauguración oficial tuvo lugar hace unos días en un acto presidido por la consejera Loles López, quien afirmó que “el centro es el mismo, pero se siente nuevo”, una sensación que comparten sus socios y el personal que allí trabaja.
“Se han llevado a cabo obras de mejora en todo el edificio”, explica su director, José Manuel Ponce Gómez. “Agrandamos una de las salas de uso múltiple porque la demanda en actividades es altísima, reformamos todas las escaleras y sustituimos las ventanas del complejo, entre otras cosas. Además, se ha renovado todo el mobiliario”. El lavado de cara va más allá de lo funcional. “Le hemos dado un aire y un toque de modernidad. Se han sustituido decoración y elementos antiguos por una imagen más actual y ahora todo es más agradable para los socios y socias”, añade.

Ese aire fresco se refleja en muchos detalles de peso. José Manuel Ponce enumera mejoras que parecen pequeñas y, sin embargo, cambian la experiencia diaria de los asociados: “El taller de yoga se realiza sentados en sillas, que ahora son nuevas y se adaptan mejor a la ergonomía de la actividad. Los sillones de lectura son mucho más cómodos, así como las mesas y sillas anatómicas en salas y despachos, o el equipamiento de la sala de juntas”. Además, insiste en que la sensación “es la de estar en un centro nuevo: todo invita a entrar y quedarse”.


Un lugar de participación masiva
La atracción no es solo estética. El CPA tiene una gran actividad gracias al ingente número de socios que lo visitan. Según datos del propio centro, 2.923 personas figuran como socias y usuarias, una cifra que responde a su amplia zona de influencia y al espíritu de la gente del Andévalo onubense. “La zona de influencia no se limita a Valverde del Camino, sino que incluye sus aldeas y localidades cercanas. Socios son las personas de 60 años o más registradas en el centro; se considera usuario, normalmente, a la pareja que aún no ha cumplido esa edad y acompaña al socio”, especifica el director, quien destaca que “la gente en esta área de la provincia es especialmente participativa”.
La instantánea de un día cualquiera impresiona. “Pasan entre 300 y 500 personas”, calcula nuestro interlocutor. “Solo en un lunes podemos tener cuatro grupos de yoga y tres de memoria. Si sumas a quienes vienen a jugar, a la trabajadora social, a gestiones conmigo o a otras actividades, son cientos de personas las que visitan el centro. La gente hoy se jubila con 60 o 65 años. Son personas muy jóvenes, que están bien físicamente y quieren mantenerse activos”, resume.
La oferta combina programas y talleres de la Junta de Andalucía, colaboraciones con entidades y actividades propias. “Por parte de la Junta tenemos grupos de memoria, gimnasia, yoga adaptado, pintura, sevillanas, castañuelas y dos talleres de informática”, detalla. A ello se suma el proyecto Neuron con la Asociación de Alzheimer y Demencias (AFA) de Valverde: “Dos días a la semana se imparte aquí estimulación cognitiva por psicólogas de AFA”. La Fundación ‘la Caixa’ financia, por su parte, “gimnasia, conocimiento personal, escritura e interpretación y un taller de buen trato que incluye cinefórum y debate”. Y hay propuestas estacionales que acompañan el calendario festivo, como talleres para hacer belenes y centros de decoración navideña.



La brecha digital es otra prioridad. “Además de los talleres de la Junta, tenemos capacitaciones de ADECO para aprender a resolver trámites y tareas digitales”. La clave, insiste Ponce, es adaptar contenidos y metodologías a los ritmos del grupo. “El equipo de monitores es buenísimo y adaptan a la perfección las sesiones a las necesidades de nuestros mayores”, explica,
La toma de decisiones
El gobierno del centro es participativo. Los CPA se rigen por una Junta de Participación y Gobierno elegida por los socios, con presidencia, secretaría y vocalías. “Nos reunimos mensualmente para revisar necesidades, actividades y el día a día”, explica el director. De ahí salen, además, propuestas que se trasladan a los socios. “Además de los talleres, hacemos una verbena en agosto, meriendas, conciertos, bailes, viajes de uno o varios días y rutas de senderismo cuando el tiempo acompaña. Celebramos el Carnaval y el Día del mayor, comida de Navidad, charlas…¡no paramos! Valverde del Camino tiene un entorno natural con muchas posibilidades. A veces, la plaza que tenemos a la puerta del centro es un lugar ideal para salir a hacer yoga”, cuenta.

José Manuel Ponce llegó al CPA en febrero. Es trabajador social y aterrizó en Valverde del Camino tras una enriquecedora experiencia en una residencia de mayores en Córdoba. El inicio fue intenso. “Llegué expectante por el volumen de personas que pasan a diario por el centro”, admite con una sonrisa. “Pero me lo han puesto muy fácil. La gente es participativa, agradable y acogedora; la Junta de Gobierno ayuda en todo. Estoy muy contento”. Su objetivo y su espíritu de trabajo pasan por proteger la salud, promover la actividad y combatir la soledad no deseada. “En un pueblo es más fácil porque la red social funciona bien. Una vecina invita a otra y la acerca a este lugar: es una ventaja frente al modo de vida en la ciudad”.
En definitiva, con casi tres mil personas vinculadas y una agenda que no afloja, el CPA de Valverde del Camino reafirma su papel como punto de encuentro para una generación de mayores cada vez más activa. La inversión pública ha puesto la infraestructura al nivel de lo que la comunidad necesita: un hogar cívico donde aprender, ejercitarse, socializar y seguir sumando vida.







