“Me gusta afrontar nuevos retos y me considero muy competitivo, sobre todo conmigo mismo”

En el Teatro de Cartaya, cuando se apagan las luces, alguien mueve cuerdas, poleas y bambalinas para que el espectáculo arranque con precisión. Ese alguien es Isidoro Martín Pavón ‘Isi’, técnico y tramoyista municipal. Acostumbrado a que nada falle entre bastidores, Isi aplica la misma ética al deporte, con planificación, constancia y una pasión desmesurada por sudar la camiseta al aire libre.

Su vínculo con el deporte nace pronto, en la infancia. Antes de correr, aprendió disciplina y juego limpio con el taekwondo. “Nuestro profesor, Pepe, nos enseñaba el valor del grupo”, recuerda. Aquel gimnasio sembró la semilla para que más tarde pudiera entender el deporte como escuela de vida. Después llegó el atletismo, las primeras carreras en edad escolar y, ya de adulto, la bicicleta, con temporadas federado en BTT y varias Huelva Extrema a la espalda. El ciclismo, admite, le ha dado muchas alegrías y una cuadrilla de amigos inolvidable. Pero en los últimos tiempos ha elegido centrarse en la montaña a pie.

Isi sobre la bici, su fiel compañera desde hace años.

El descubrimiento del trail le llegó casi por casualidad, escuchando hablar en el gimnasio de pruebas populares y solidarias. Probó un recorrido corto y ya no volvió la vista atrás. Enseguida dio el salto a los trails largos y la progresión ha sido importante, tanto que en 2024 se proclamó subcampeón de la Liga de Trail de Veteranos y campeón de la Liga de Verano de su categoría. Podría parecer un giro radical tras tantas horas de bici, pero su explicación es sencilla, el día solo tiene 24 horas. “La bicicleta necesita más tiempo de entrenamiento, con rutas de tres o cuatro horas, mantenimiento… Con el trail, en una hora y media haces un entrenamiento de calidad”, resume. Pero su principal motivación en ambas disciplinas es el monte. “Soy un enamorado de la naturaleza. Salir del asfalto, escuchar pájaros, cruzar un río, pelearte con los senderos, el barro… vuelves nuevo.”

Entre las experiencias que más le han marcado está la Huelva Extrema Non Stop por relevos junto a un grupo de amigos. Alquilando un camión para descansar entre turnos y encadenando tramos de noche, su equipo firmó un segundo puesto que Isi valora por encima del resultado. “Fue una aventura compartida de las que se te quedan grabadas”. Comunitario también fue su paso por los 101 de Ronda, en dos ediciones, que recuerda como uno de los retos más atrevidos de su trayectoria. Allí, más que los tiempos, cuenta la lección aprendida. “Hay 20 avituallamientos en 100 kilómetros, mucha dureza y un espíritu de ayuda brutal. Apoyar al compañero para llegar a meta es siempre una motivación y algo que merece mucho la pena en experiencias como esa. Entrar juntos en meta merece más que cualquier cronómetro”.

Apostando por el trail
Hoy su calendario gira en torno al Circuito Provincial de Trail y a las populares de la provincia. Habla con brillo en los ojos de citas como la de El Campillo, donde “el pueblo se vuelca con la prueba y un poscarrera que es una fiesta”, o de Sanlúcar de Guadiana, donde este verano ganó en su categoría. Por supuesto, destaca también Marismas de Corrales, una prueba donde la lucha con el fango hace que el desafío sea épico. Y su espíritu inquieto le ha hecho ponerse a prueba nuevamente para medirse a sí mismo en el II Fit Race Endurance que se celebrará en Huelva el próximo 8 de noviembre. “Soy persistente”, admite con una sonrisa. “Me gusta afrontar nuevos retos y me considero competitivo, sobre todo conmigo mismo”, admite con humildad.

Las carreras populares también entran dentro del calendario deportivo de Isi.

La vida entre focos y escenarios tiene sus ritmos y muchas veces coincide con fines de semana. Conciliar trabajo y deporte no es fácil. Eso implica inscribirse con meses de antelación para pruebas grandes, ajustar turnos y robarle horas al sueño para no faltar a una línea de salida. Aun así, Isi se empeña en llegar a todo sin perder el norte. “Me gusta comer bien, descansar y entrenar con sentido. Si no puedo estar fuerte para todo, elijo la prioridad del momento”, explica. La bicicleta sigue siendo aliada para “descongestionar piernas”, pero la brújula apunta al trail.

Si algo define a Isi es su sentido de pertenencia. En lo ciclista, se siente de casa en el Club Ciclista Cartaya. En la montaña, su camiseta es la del Club Las Cumbres Cartaya- Gibraleón Trail, una familia deportiva que ha crecido mirando también a la vecina Gibraleón y que cuida tanto el dorsal como la convivencia. Quedadas abiertas, ritmos para todos y un concepto de club que suma, anima y espera al último. “Al final, el deporte son personas, donde las charlas corriendo, las risas en el poscarrera o una barbacoa con la peña de la sierra forman parte de la experiencia. Eso también te entrena por dentro”.

Isi Martín con la camiseta del Club Las Cumbres Cartaya Gibraleón trail.

Qué busca en cada reto. Más que acumular medallas, sentirse parte de algo mayor, es decir, de un grupo, un paisaje, una historia bien contada. Tal vez sea la herencia del teatro, pues detrás del telón nadie aplaude al tramoyista, pero sin él no hay función. En los senderos pasa parecido, porque el éxito, de verdad, está en llegar juntos. Y Isi Martín Pavón lo tiene claro. Mientras haya camino, habrá ganas de seguir empujando.

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