La IX Media Maratón BTT de Calañas celebrada hace unos días dejó un buen sabor de boca entre los ciclistas valverdeños. Más de una docena tomaron la salida en un recorrido cercano a los 45 kilómetros y con algo más de 1.000 metros de desnivel positivo, una cifra exigente para tratarse de media distancia. Entre ellos estaba David Sánchez Pedrada, un entusiasta de la bici, que subió al podio en tercera posición en la modalidad e-bike. “Iba sin muchas expectativas, pero fue una experiencia muy buena y, al final, el esfuerzo tuvo su recompensa”, sonríe.

El trazado se modificó por los daños del fuego en la zona de La Almagrera. “El primer diseño era más rompepiernas y favorecía a los corredores que llevábamos bicis eléctricas. Con el cambio metieron más pista y cortafuegos. Es una pena ver el paisaje roto por un incendio, pero la organización supo rehacer la prueba”, explica. Ese ajuste táctico obligó a todos a adaptarse. “Fue una carrera rápida, de ir pedaleando a ritmo alto prácticamente todo el tiempo”.
David Sánchez compite en la modalidad de bicicleta eléctrica desde hace tres años, aunque su relación con el campo le viene de antes, cuando practicaba enduro en moto. “La e-bike me enganchó. Me permite seguir en contacto con el monte y conciliar con mi vida. Soy autónomo y padre de dos niñas, así que el tiempo de entrenar es el que es”. Por eso ha ido eligiendo pruebas selectas como Zufre o la Huelva Extrema, que ha corrido en dos ocasiones y ha ganado en modalidad e-bike maratón, en 2024 y 2025. “Participar en estas carreras también es un escaparate para hablar con otros ciclistas y normalizar la eléctrica, que sigue siendo una minoría mirada con lupa”, explica el ciclista, que además regenta la tienda E-bike Valverde.
Su discurso pretende ser conciliador entre quienes compiten a pulmón y los que requieren la ayuda de la asistencia eléctrica durante el trazado. “Mi objetivo es disfrutar y hacer ver que se puede competir con una eléctrica sin molestar a los pulmonares. Yo siempre pido perdón cuando los alcanzo en subida. Ellos van sufriendo y tú, con la asistencia, subes más alegre. Toca tener respeto y cabeza. Si la bajada es técnica, espera. Si la subida es estrecha, déjales su trazada buena. En el campo cabemos todos”.

Esa convivencia, a su juicio, también depende de la organización. “Me parece un acierto dar salidas separadas. Si los eléctricos arrancan diez o veinte minutos después, nadie estorba a nadie y cada uno hace su carrera. No pedimos más que nos atiendan como una modalidad y que haya un reconocimiento claro”. En Calañas, de hecho, el valverdeño se vio compitiendo con perfiles muy diversos. “Yo tenía 48 años y el mayor andaría por los 60. La eléctrica abre puertas a quienes quieren seguir en la montaña sin la carga de entrenar tantas horas”.
La e-bike como instrumento para la salud
El ciclista reivindica la e-bike como herramienta de salud. “Hay quien piensa que es trampa. Yo lo veo al revés. Si tienes poco tiempo, una eléctrica te da una hora y media de calidad, con un par de ‘apretones’ buenos, y al día siguiente tienes ganas de repetir. Eso, para la cabeza y el cuerpo, es oro. Entre no salir o salir con ayuda, prefiero que la gente salga”.
Y es que detrás del dorsal de David también hay madrugones y entrenamiento en el rodillo. “Entreno muy temprano. Tengo un servicio rápido de mecánica junto a la tienda y paso muchas horas allí. En carretera salgo poco porque veo poca conciencia con el ciclista. Ojalá normalicemos levantar el pie unos segundos para adelantar con seguridad. Treinta segundos no valen un susto.” En montaña sí intenta escaparse el fin de semana. “La bici me sirve para desconectar. Te subes y, de entrada, el equilibrio ya te obliga a dejar los problemas a un lado”.

El tercer puesto de Calañas se suma a otros podios “más modestos” que ha logrado en estos años. “No hay muchas categorías ni rangos de edad en eléctrica, por eso relativizo. Pero la alegría es la misma y el aprendizaje, también.” Además, el resultado alimenta su próxima participación en la Maratón de Zufre del 22 de noviembre. “Es una carrera de 70 kilómetros con una organización espectacular. Como en Calañas, el pueblo se echa a la calle y eso te empuja”.
Como empresario, percibe que el mercado empuja hacia lo eléctrico. “Las marcas invierten fuerte y buscan clientes con poder adquisitivo pero poco tiempo. La e-bike les permite disfrutar del entorno el rato que tienen. En nuestro terreno, con desnivel y senderos, es una maravilla.” Y como deportista, insiste en la ética. “Yo no compito contra un ciclista a pulmón. Compito con los de mi modalidad. Respeto, paciencia y a pasarlo bien”.
Antes de despedirse, lanza un guiño a quien duda en abrirse camino con la e-bike. “Que prueben. Con una eléctrica puedes conocer sitios que, por tiempo o forma física, no te atreves a hacer a pulmón. No se trata de sustituir, sino de sumar. Si te engancha el monte, encontrarás tu forma de estar en él”, concluye el valverdeño.







