Nacido en la capital en 1980, padre de dos hijos, cofrade y deportista, el portavoz de VOX en la Diputación de Huelva reivindica sus raíces humildes y compatibiliza la vida profesional en la mina con su vocación de servicio público
Por: Ana Hermida
Miguel Ángel ha construido su vida entre el trabajo y el compromiso público, guiado por los valores de esfuerzo y honestidad que aprendió en su familia. Se define como una persona sencilla y cercana, y entiende la política como una responsabilidad que solo tiene sentido cuando se ejerce con coherencia. Su familia es su principal motor y también el filtro desde el que mide cada decisión. Llega a esta entrevista dispuesto a mostrar su faceta más personal, la que queda fuera del foco cuando habla como portavoz en la diputación.
_ ¿Qué fue lo que más le sorprendió de la política cuando dio el paso a participar activamente?
Me sorprendió comprobar lo absorbente que puede ser cuando existe verdadera vocación de servicio público. Desde fuera parece un ámbito ligero, pero al entrar entiendes que, si asumes el compromiso con responsabilidad, el trabajo es inmenso y no se detiene nunca.
_ ¿Quiénes han sido las figuras que más han marcado su vida?
Mis padres han sido decisivos; son los principales responsables de la persona que soy hoy. Con el tiempo también he aprendido a valorar aún más la inspiración que me dejaron mis abuelos. y, por supuesto, mi mujer, mis hijos y mis hermanos: mi familia es el pilar que me sostiene y me impulsa a seguir adelante.
_¿Qué es lo que más le inquieta y qué es lo que le aporta tranquilidad?
Me preocupa el futuro incierto que aguarda a mis hijos y la sociedad que van a encontrarse. La paz me llega del trabajo que hago cada día intentando que, por y para ellos, las cosas puedan cambiar a mejor.
_ Si tuviera que dejar la política hoy, ¿con qué se quedaría de todo este camino?
Me quedaría con la sensación de haber hecho siempre todo lo que estaba en mi mano para mejorar, aunque fuera un poco, el día a día de la sociedad onubense.
_¿Se iría satisfecho con el trabajo realizado hasta ahora?
Me iría contento, pero no plenamente satisfecho. Desde la oposición es imposible ejecutar muchos de los proyectos e iniciativas que, a mi juicio, realmente mejorarían el día a día de los ciudadanos.
_¿Ha cambiado su percepción sobre Huelva y los onubenses desde que ejerce como representante público?
La experiencia me ha confirmado la percepción que ya tenía. Huelva arrastra décadas de abandono y promesas incumplidas, y aun así seguimos siendo una provincia muy paciente. También he comprobado que somos una tierra de gente trabajadora y emprendedora: todo lo que Huelva ha logrado ha sido a pesar de un maltrato institucional constante que siempre nos ha puesto las cosas muy difíciles.
_¿Qué le ha enseñado el contacto directo con los vecinos?
Me ha enseñado la importancia de empatizar de verdad, cumplir la palabra dada y no asumir compromisos que no puedas sostener. Muchas personas, asociaciones y empresas nos trasladan su decepción con quienes prometieron mucho en campaña y luego no cumplieron nada. Jugar con la necesidad de la gente para obtener votos es algo que considero profundamente miserable.
_¿Hay algo que la política le haya hecho mirar de otra manera?
Sí: he comprobado que la política es una herramienta muy poderosa, capaz de conseguir cosas extraordinarias cuando se ejerce con responsabilidad y honestidad. El problema es que también conviven dentro de ella muchas personas sin vocación de servicio público, más pendientes de sus intereses personales que del bien común, y eso distorsiona por completo la finalidad real de la política.
_¿Es posible hacer amigos en política?
La política es, a veces, un terreno pantanoso: hay hipocresía, egos, intereses y personas que temen que otros destaquen porque eso evidenciaría su propia mediocridad. Todo eso dificulta que surjan relaciones auténticas. Aun así, sí es posible encontrar buenas amistades en política. Cuando das con personas honestas, honradas y con una verdadera vocación de servicio público, esos vínculos son mucho más fáciles y, además, muy valiosos.
_¿Tener un empleo fuera de la política le ayuda a mantener la coherencia en su labor pública?
Sin duda. Sí. Tener un trabajo al margen de la política te da la libertad de actuar con coherencia y mantenerte fiel a tus valores. Cuando tu único modo de vida depende de un cargo, es más fácil acabar cediendo para conservarlo. Entré en VOX porque, por primera vez, me sentí identificado con los ideales de un partido y quise formar parte activa del cambio que, a mi juicio, necesita España. Hasta ahora no he tenido que votar ni actuar contra mi conciencia y, si algún día llegara ese momento, podría marcharme con la tranquilidad de que tengo mi puesto en la mina.
_¿Qué enseñanzas del ámbito laboral ha aplicado a su forma de entender la política?
Sobre todo, la importancia de valorar el trabajo de cada compañero y reconocer el esfuerzo de los que se implican. Cuando haces eso, sin importar el cargo o la función de cada uno, consigues que todos se sientan parte del proyecto y que las cosas funcionen mucho mejor.
_ VOX sigue generando recelos en parte de la sociedad, que lo percibe como un partido ultra o perjudicial para mujeres, personas homosexuales o inmigrantes. ¿qué le diría a quienes tienen esa visión?
Creo que muchas de esas opiniones parten de no haberse informado realmente sobre qué propone VOX. Afirmar que nuestro partido supone un riesgo para las mujeres es olvidar que quienes nos acusan son los mismos que impulsaron leyes que han reducido penas y dejado en la calle a agresores sexuales. VOX lleva años defendiendo la cadena perpetua para asesinos y violadores. También somos el único dique de contención frente a modelos socioculturales que oprimen a las mujeres y persiguen a los homosexuales, modelos que están entrando en Europa de la mano de quienes nos señalan. Con respecto a la inmigración, no estamos en contra de quien llega a España de forma legal, se integra, respeta nuestros valores, nuestra cultura y trabaja para mejorar el país. Esas personas siempre serán bienvenidas y siempre serán tratadas como un español más.

_¿Qué valores considera imprescindibles y que no deberíamos perder como sociedad?
El respeto, por encima de todo. También la tolerancia, la perseverancia y la honestidad. Vivimos una crisis de valores que deja a la sociedad muy desorientada, y tengo la sensación de que no es casual: una sociedad sin valores es más débil, más manipulable y más fácil de moldear según los intereses de quienes gobiernan. Si miras la televisión, gran parte del entretenimiento son realities donde se normalizan los insultos, las faltas de respeto y la mala educación. y en redes sociales ocurre algo parecido: quienes más seguidores acumulan no suelen ser los más profesionales, íntegros o respetuosos. eso envía un mensaje peligroso, especialmente a los jóvenes: que para tener éxito no hace falta esfuerzo, sino exhibirse o generar escándalo. No sorprende que los libros más vendidos sean los de autoayuda; mucha gente necesita herramientas para digerir lo que se nos viene encima.
_¿Qué papel deberían desempeñar las instituciones provinciales para mejorar realmente la vida de la ciudadanía?
Deberían reducir la burocracia y acortar los plazos. Se pierde demasiado tiempo en papeleo y los procesos deberían ser mucho más simples y ágiles.
_ Queda poco para que termine la legislatura andaluza. ¿qué balance hace del trabajo de VOX a nivel regional y, en particular, en la provincia de Huelva?
Mi valoración es muy positiva. En Huelva tenemos la suerte de contar con Rafael Segovia en el Parlamento Andaluz, y estoy convencido de que es el mejor representante político que tiene la provincia. Gracias a su trabajo hoy existe, por ejemplo, el grado de Medicina en la Universidad de Huelva. Su labor se centra en reclamar, con argumentos y datos, todas esas infraestructuras y servicios que históricamente se le han negado a la provincia. Huelva necesitaba a alguien con su capacidad y su entrega. También quiero destacar a Manuel Gavira, nuestro portavoz. Desde el primer día se ha volcado con Huelva y siempre ha estado disponible para conocer nuestros problemas de primera mano. No es un político de campaña, sino un representante con verdadera vocación. Además, su compromiso con Andalucía en su conjunto es incuestionable y, sinceramente, creo que sería un gran presidente para los andaluces.

_¿Se imagina continuando en política a largo plazo o contempla otros caminos?
La política es un terreno duro y, en ocasiones, hostil, pero cuando se consiguen objetivos merece la pena. Mi continuidad no depende solo de mí, aunque sí me gustaría tener la oportunidad de formar parte de un equipo de Gobierno y contribuir de manera más directa a los proyectos y políticas que Huelva necesita. Si por cualquier motivo no pudiera seguir, volvería a la mina con tranquilidad, sabiendo que, durante el tiempo que he estado al servicio de los onubenses, he dado lo mejor de mí.
_¿Qué le gustaría que sus hijos o futuros nietos dijeran de usted cuando algún día lean su nombre en una hemeroteca?
Me conformaría con que dijeran la verdad. Ellos me conocen y sé que contarán que tuvieron un padre que luchó por un futuro mejor, que afrontó las adversidades y lo hizo desde la humildad y la honestidad.
_ Muchas gracias, Miguel Angel
Gracias a tí por este espacio.







