“No hay dos casos de autismo iguales y en Ánsares nos caracterizamos por la atención específica a cada persona”

El autismo no es una enfermedad sino un trastorno del neurodesarrollo que acompaña a la persona toda la vida, con manifestaciones muy diversas y necesidades de apoyo muy distintas. Detrás de cada diagnóstico hay familias que buscan respuestas, recursos especializados, orientación y, sobre todo, no sentirse solas. En Huelva, ese espacio y altavoz para las personas que conviven con el autismo es la asociación ‘Autismo Huelva Ánsares’, una entidad con trayectoria profesional con  más de dos décadas de experiencia.

Nacida hace 26 años a partir de un pequeño grupo de familias que apenas encontraban referencias ni profesionales especializados, la asociación ha sabido crecer hasta convertirse en entidad de referencia provincial, con servicios concertados, intervención terapéutica específica, proyectos de sensibilización y presencia activa en la vida social de Huelva. Hoy acompaña a cerca de 400 familias e integra alrededor de 50 profesionales especializados, sin perder su esencia familiar. Desde su origen, su objetivo sigue siendo el de prestar apoyo a las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) para que tengan oportunidades reales de desarrollo, dignidad y participación.

La especificidad y la especialización es lo que nos define”, resume su director, Pablo Camacho Vázquez. “El autismo es para toda la vida, no hay dos personas iguales y los apoyos tienen que adaptarse a cada caso”.

En la sede de la calle Condado, en el barrio de La Orden, se concentra buena parte de la actividad de Ánsares. Allí funcionan dos pilares clave, ambos concertados con la Junta de Andalucía, como son el Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) específico en autismo y el centro de día para personas adultas con TEA.

La atención temprana está dirigida a menores de 0 a 6 años con diagnóstico o sospecha de autismo. Es un recurso gratuito para las familias, derivado desde pediatría, unidades de salud mental infantil o equipos de orientación. Ánsares es el único centro de atención temprana específico en TEA de la provincia.

Trabajamos psicología, logopedia y terapia ocupacional adaptadas a las necesidades propias del autismo, no desde un modelo generalista”, explica Camacho. Cada intervención es individualizada, con especial atención a la comunicación, las habilidades sociales, la flexibilidad cognitiva, la regulación sensorial o la autonomía. El elemento esencial de las terapias es la participación de la familia misma. “En todas las terapias participa la familia. No concebimos una intervención efectiva sin que padres y madres formen parte del proceso y aprendan a trasladar estrategias al día a día”.

Durante una sesión en la Escuelas de Familias en Ánsares.
Imagen del centro Ánsares Autismo Huelva.
El Ayuntantamiento de Huelva dedicó una calle al Autismo en 2024.

Los menores acuden, como mínimo, dos veces por semana. Las sesiones buscan detectar pronto, ajustar apoyos y evitar que las dificultades se conviertan en barreras insalvables. En muchos casos, el CAIT es también el primer lugar donde las familias pueden preguntar sin miedo, entender qué significa el diagnóstico y sentir que alguien les tiende la mano.

Cuando termina la etapa escolar reglada, el riesgo de vacío de recursos se hace evidente. Ahí entra en juego el Centro de Día de Ánsares, concertado con la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad. Atiende a personas a partir de los 16 años dentro del marco de la Ley de Dependencia, con transporte adaptado, comedor y una programación diaria de lunes a viernes durante todo el año.

La dinámica se centra en potenciar la autonomía personal y social. Un equipo de técnicos sociosanitarios y auxiliares de enfermería desarrollan talleres de habilidades de la vida diaria, con actividades de informática, trabajos en un huerto natural, rutinas deportivas, actividades de integración en la comunidad, visitas culturales y ocio inclusivo. Se trabaja con usuarios que en muchos casos han terminado educación especial y necesitan un recurso estable que no los aparte del mundo.

Las actividades con animales son una herramienta especialmente útil.
Una de las actividades deportivas en el Servicio del Centro de Día.

Nuestro objetivo no es crear un gueto del autismo”, subraya Pablo Camacho. “Trabajamos para que estén en la sociedad, para participar en eventos, en actividades deportivas, culturales. Ánsares es muy conocida también porque estamos presentes en el día a día de Huelva y de la provincia. No podemos dejar de estar ahí”.

Pablo Camacho Vázquez, director de Ánsares Autismo Huelva.

La presencia en actos públicos, campañas de sensibilización, colaboraciones con instituciones y proyectos como la rotulación accesible de espacios con pictogramas refuerzan un mensaje que Ánsares proclama: el autismo forma parte de la comunidad y la comunidad tiene que estar preparada para incluirlo.

Intervención terapéutica: un apoyo permanente

El tercer gran bloque de actuación lo constituye el Servicio de Intervención Terapéutica, de carácter privado pero fuertemente articulado con becas, prestaciones por dependencia y apoyos públicos que permiten a muchas familias asumir el coste. Es la pieza que completa el mapa de recursos cuando terminan los servicios concertados o cuando se requieren refuerzos adicionales.

Este servicio se desarrolla principalmente en la sede que la entidad tiene en el Paseo Santa Fe y a través de la intervención en contexto natural. Reproduce la estructura especializada del CAIT, pero sin límites de edad, ya que se atiende a niños, adolescentes y adultos de todo el espectro, desde perfiles con altas necesidades de apoyo a personas con TEA sin discapacidad intelectual que requieren acompañamiento psicológico, entrenamiento en habilidades sociales, gestión emocional o apoyo en transición a estudios superiores y empleo.

Las terapias incluyen psicología, logopedia, pedagogía, terapia ocupacional y formatos grupales específicos, en grupos reducidos organizados por capacidades, intereses y necesidades. Además, la intervención en contexto natural permite trabajar allí donde se juegan los retos reales, como el domicilio, el parque, el supermercado, el colegio, un bar, un trayecto en autobús. Se trata de enseñar herramientas donde ocurren las cosas, no solo entre cuatro paredes.

Nosotros trabajamos todo el espectro del autismo”, recalca el director. “Desde las personas muy autónomas hasta las que necesitan apoyos intensos. La clave es ajustar la intervención a cada persona y acompañar a la familia en cada etapa”.

Ánsares mantiene también una tercera sede en el municipio de Corteconcepción, gracias a un convenio con el Ayuntamiento de la localidad, desde la que se atiende a familias de la Sierra, ampliando su cobertura a una provincia históricamentepoco dotada de recursos específicos. La asociación permanece abierta los doce meses del año, un dato que resume bien su filosofía “el autismo no entiende de vacaciones administrativas y los apoyos tampoco deberían hacerlo”, apuntilla el director.

En un contexto en el que las entidades sociales reclaman más estabilidad, la trayectoria de Autismo Huelva Ánsares demuestra el impacto de un proyecto nacido desde abajo, sostenido por familias y profesionales que han convertido la palabra autismo en sinónimo de derechos, acompañamiento y presencia pública. Un cuarto de siglo después, su trabajo sigue recordando que “no se trata de adaptar a las personas con TEA a un mundo rígido, sino de adaptar la sociedad para que nadie quede fuera”.

Por: José Luis Galloso

 

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