La plaza de la Iglesia de San Jorge Mártir fue testigo de un Vía Crucis diferente en la tarde del Viernes de Dolores
La Hermandad de Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Sangre y Nuestra Señora de los Dolores celebró su tradicional Vía Crucis, aunque en esta ocasión, de una forma diferente. La pandemia sigue obligando a la reinvención, es por eso que este tradicional acto tuvo que realizarse en la plaza de la Iglesia de San Jorge Mártir.
Los asistentes al mismo quedaron dispuestos en sillas respetando la distancia de seguridad marcada por las restricciones, pudiendo vivir un momento nunca visto antes.
El Cristo de la Sangre salía por la puerta principal de la iglesia a sones de ‘Saetas del Silencio’. Poco después, el presidente de la corporación, Antonio Álvarez, tomaba la palabra para recordar que, en aquella cálida tarde, hacía 391 días del 29 de febrero de 2020, cuando por última vez el Cristo de la Sangre salió en Vía Crucis por las calles de nuestro pueblo, para que 15 días después comenzara la pandemia, y por ende, nuestro confinamiento domiciliario.
Tal y como recalcaba Antonio Álvarez,“durante todo este periodo de tiempo nos han pasado muchas cosas, y la mayoría de ellas no han sido buenas. Por eso, las intenciones de este Vía Crucis van por todas aquellas personas que ya no están con nosotros, por los que estamos aquí y por los que están padeciendo la enfermedad”.
Muchas hermandades, asociaciones y colectivos estuvieron presentes durante el acto, pasando a leer las 14 estaciones del Vía Crucis. Al término del mismo, los asistentes permanecieron sentados y en silencio, hasta que el Santísimo Cristo de la Sangre entró nuevamente en la Iglesia de San Jorge Mártir. Se cerraban las puertas del templo para poner punto y final a un Vía Crucis diferente, pero vivido con el mismo recogimiento, respeto y solemnidad que siempre.