Desde su fundación en 2003, la entidad lepera trabaja a diario con enfermos de Alzheimer y otras demencias, en su mayoría enfermedades neurodegenerativas sin cura, además de con los familiares
Punto Cero El Alzheimer es sin duda uno de los grandes males de nuestro tiempo. Y es que los datos, tomando en cuenta sólo el panorama nacional, son impactantes, pues unas 800.000 personas padecen la enfermedad de Alzheimer en España, según estimaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Según esta sociedad científica, el Alzheimer concentra el 60% de los casos de demencia y cerca del 30% de los casos no están diagnosticados. Unas cifras que, según muchas de las investigaciones actuales, establecen que los casos de demencias, Alzheimer incluido, se multiplicarán en las próximas tres décadas. A todo ello hay que sumar el aumento de diagnósticos a edades cada vez más tempranas.
Cerrar los ojos ante la evidencia nunca es la solución a un problema, y es por ello que en el año 2003 nace en nuestra localidad la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Lepe y Entorno (AFALE): “Al principio, los familiares están muy perdidos y necesitan asesoramiento, pautas de actuación a la hora de tratar a los enfermos y saber cómo abordar sus necesidades”, explica María Medina, directora de AFALE.
Siendo una enfermedad neurodegenerativa sin cura, la buena noticia es que con tratamiento farmacológico y con estimulación cognitiva, de carácter no farmacológico, “la enfermedad puede ralentizarse. Muchas personas vienen a AFALE en busca de tratamiento de estimulación cognitiva”, resalta María Medina. Así, esta terapia se lleva a cabo a través de actividades como ejercicios de memoria, cálculo, lenguaje, atención, etc. Todo ello, lógicamente, para estimular y trabajar la mente, que es uno de los principales antídotos contra el Alzheimer y contra prácticamente todo tipo de demencias en general. En su inmensa mayoría, los usuarios de AFALE son personas mayores de 65 años, “aunque tenemos cada vez más casos de demencias más precoces, con personas que rondan entre los 55 y los 58 años”, lamenta la directora de la entidad.
La nueva sede de AFALE se encuentra en la Calle Matalascañas, número 2, desde diciembre de 2022, donde la asociación tiene su centro de día. Cabe destacar que desde febrero de 2023, la entidad también dispone, en el mismo edificio, de una residencia. “En la actualidad, tenemos 18 residentes, pero estamos haciendo ampliaciones para aumentar el número de plazas a un total de 58”, explica María Medina. En cuanto al centro de día, que consta de 30 plazas, sus horarios son, de lunes a viernes, de 08’30 a 16’30 horas, disponiendo la asociación de un servicio de transporte para llevar y traer desde la sede hasta sus domicilios a los usuarios.
Con un total de 24 trabajadores, especializados en distintas áreas, el día a día en la asociación por momentos se hace duro, pues hay que lidiar en todo momento con una enfermedad cruel, que muestra cómo nuestros seres queridos van perdiendo sus recuerdos poco a poco, como una vela que va consumiendo su mecha. “Siempre intentas que no te afecte, claro. Es inevitable establecer vínculos afectivos con los usuarios, pues son personas a las que ves a diario, que se vuelven muy dependientes y, en ese sentido, es muy bonito trabajar por ayudarlos, satisfaciendo sus necesidades y acompañándolos en la etapa final de sus vidas”, explica la directora de AFALE, quien, cuando le preguntamos por el punto en que se encuentra la sociedad respecto a la concienciación sobre el Alzheimer y otras demencias, resalta que “aunque queda mucho por hacer, es cierto que desde que empezamos hasta ahora, se ha visto una gran evolución. Antes, por ejemplo, la gente era muy reacia a venir a este tipo de centros, era algo que no se veía bien. Afortunadamente, en los últimos años se ve como algo natural, necesario y beneficioso, y eso es fruto del aumento en visibilización y toma de conciencia colectiva”.ç
El valor de la labor que AFALE realiza en Lepe, atendiendo además a enfermos y familiares procedentes de localidades cercanas como Ayamonte, La Redondela o Cartaya, está fuera de toda duda. Y es que su misión, merced a los datos y estadísticas de que se disponen, es y va a seguir siendo fundamental, tanto en el tratamiento de los enfermos como en el asesoramiento a familiares, que a veces tienen que lidiar con un compañero de viaje totalmente desconocido llamado Alzheimer. “Es por eso que nuestras instalaciones están abiertas a todo el que quiera venir a conocerlas, recordando que no sólo estamos para ofrecer tratamiento a los enfermos, sino también para trabajar con los familiares y ayudarles en todo este proceso”, concluye María Medina.