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Rogelio Reyes Cano, catedrático de Literatura de la Universidad de Sevilla, ha sido distinguido con el Perejil de Plata por la Fundación Zenobia-JRJ. Este galardón reconoce su destacada labor en la divulgación y preservación del legado del poeta moguereño, a través del estudio de sus textos a lo largo de su extensa y destacada trayectoria académica.
Rogelio Reyes Cano, Doctor en Filología y Catedrático de Literatura de la Universidad de Sevilla, se ha convertido en una figura destacada en la preservación y divulgación de la obra de Juan Ramón Jiménez. La Fundación Zenobia-JRJ ha reconocido su labor con el Perejil de Plata, un galardón que Reyes Cano agradece y, confiesa, que tiene un gran significado para él. «Recibir el Perejil de Plata es un honor y una responsabilidad. No solo es un reconocimiento a mi trabajo, sino también a la importancia de mantener viva la obra de Juan Ramón, que trasciende más allá de su tiempo y sigue vigente«, comentó.
La obra de Juan Ramón Jiménez ha estado muy presente en su trayectoria y ha dedicado mucho tiempo al análisis profundo de los textos del poeta.»Su obra ha sido fundamental en mi carrera, no solo porque su poesía es esencial para entender la evolución de la literatura española, sino porque su visión del mundo, profunda y única, ha sido una fuente inagotable de reflexión y aprendizaje. Yo he explicado muchísimo a Juan Ramón en clase y he procurado que los alumnos leyeran mucho al poeta”.
Con 17 años ya comenzó a leer a Juan Ramón y descubrió intensamente su poesía. Sin embargo, una reveladora anécdota marcaría su relación con el poeta. “Estudiaba Filosofía y Letras en Sevilla cuando tuve la experiencia de ver a Juan Ramón Jiménez muerto. Los féretros de Juan Ramón y de su esposa, que venían de Puerto Rico, llegaron a Sevilla el 5 de junio de 1958. Ambos féretros se instalaron en la iglesia de la Anunciación y allí se celebró una ceremonia religiosa muy solemne. Al acercarme a Juan Ramón, temía que la imagen me impresionara demasiado. Sin embargo, mi impresión fue completamente diferente. Juan Ramón yacía bajo el cristal como si estuviera dormido. Fue un impacto muy fuerte para mí.»
Su obra más popular
Sobre ‘Platero y yo’, Reyes Cano hace una reflexión de gran interés para los lectores del moguereño. “Es un texto que se lee en todos los rincones del mundo de habla hispana, desde las escuelas de Hispanoamérica hasta los Estados Unidos. Sin embargo, para mí, ‘Platero y yo’ es solo una de las muchas facetas de Jiménez«, explica. Si bien es un libro cargado de belleza lírica, Reyes considera que la obra de Juan Ramón tiene una profundidad que va mucho más allá de esta obra. «Juan Ramón tenía una profunda conciencia social que se refleja en muchos de sus escritos. En ‘Platero y yo’, por ejemplo, aunque el texto parece una sencilla historia de un burrito, está cargado de solidaridad con los más desfavorecidos. La obra tiene una fuerte identificación con el pueblo y con aquellos que trabajan humildemente, como los artesanos. Juan Ramón veía en este trabajo una forma de aristocracia, una aristocracia del esfuerzo y la dedicación«.
En su investigación sobre la obra de Jiménez, Reyes Cano también ha destacado otras obras que, a su juicio, poseen una mayor trascendencia desde el punto de vista poético. «Obras como ‘El diario de un poeta recién casado’ y ‘Dios deseado y deseante’ son fundamentales en la evolución de su obra. En estos textos, la poesía se vuelve más filosófica, más profunda y espiritual, explorando temas existenciales que reflejan las preocupaciones del poeta en su exilio en Puerto Rico«, afirma el catedrático. Para él, estas obras reflejan el proceso de maduración de Jiménez como escritor, quien exploró temas religiosos y existenciales que dan cuenta de su crecimiento personal y su búsqueda de sentido
El andalucismo y la sofisticación
Un aspecto clave en la obra de Juan Ramón es el concepto de andalucismo, un tema que está profundamente relacionado con la visión estética y ética del poeta. «El andalucismo de Juan Ramón no tiene nada que ver con el folclore ni con los estereotipos. Él se veía como un ‘andaluz universal’. Para él, ser andaluz significaba tener una conexión profunda con la naturaleza, el buen gusto y la belleza. No se trataba solo de lo local, sino de una forma de ser que podía proyectarse como un valor universal«, explica Reyes.
Para Jiménez, Andalucía no era solo un escenario, sino una forma de comprender el mundo, un espacio donde se reflejaban los valores más elevados de la humanidad. Uno de los aspectos que destaca sobre la obra de Juan Ramón es la depuración de su lenguaje. «Juan Ramón fue un maestro en la depuración verbal. Su poesía es el resultado de un proceso constante de refinamiento, en el que cada palabra tiene un significado exacto. Esta búsqueda de la pureza en el lenguaje lo convirtió en un referente para la poesía contemporánea«, afirma Reyes Cano. La búsqueda de la palabra exacta y de la expresión más precisa es una característica fundamental de la obra de Jiménez, que sigue siendo un modelo para las generaciones actuales de poetas y escritores.
Finalmente, el legado de Juan Ramón Jiménez, según Reyes Cano, debe ser conocido en su totalidad, más allá de los textos más populares. «Es fundamental que el público lea más allá de ‘Platero y yo’. Hay una riqueza literaria impresionante en otras obras de prosa y poesía que siguen siendo sorprendentes y relevantes. La segunda antología de Juan Ramón es una excelente puerta de entrada a esa faceta menos conocida de su obra«.
