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Amaia Pérez González ha comenzado el año con grandes resultados en el campeonato de Andalucía Sub16, donde se colgó la medalla de oro y en el Campeonato de España, donde logró un gran salto que le colocó en sexta posición nacional.
Con tan solo 15 años, Amaia Pérez González comienza a consolidarse como una de las jóvenes promesas del atletismo andaluz en la disciplina de salto de longitud.
Perteneciente al Club de Atletismo Ciudad de Lepe, esta deportista lepera no solo está logrando un interesante palmarés, sino que también ha sabido compaginar el esfuerzo, la pasión y la alegría que le aporta este deporte.
“Desde los cinco años me enganché al atletismo. Me acuerdo que fui con mis padres a una carrera aquí en el pueblo y dije: yo quiero apuntarme a eso”, recuerda Amaia con una sonrisa. Desde entonces, su evolución ha sido en ascenso.
Ya en sus primeros entrenamientos destacaba por su técnica y energía. A los 12 años empezó a competir de forma más constante, y hoy suma cuatro años de competiciones oficiales a sus espaldas.
La longitud fue la disciplina que le cautivó desde el primer momento. “Siempre fue la que más me llamaba la atención” explica. De ahí nació su decisión de centrarse en esta modalidad, después de probar el triatlón. Además, también ha probado el triple salto y las carreras de velocidad en controles federativos.

Su palmarés no deja lugar a dudas, puesto que ha logrado proclamarse subcampeona de Andalucía en categoría Sub14, segunda en el campeonato Sub16 en pista cubierta, y, recientemente, sexta de España en el Campeonato Nacional Sub16 celebrado en Ourense (Galicia) y campeona de Andalucía Sub16 en Antequera (Andalucía), una competición que le dejó un sabor especialmente dulce. “Iba con el tobillo tocado y no me esperaba una marca tan buena. Me sentí muy contenta”, reconoce.
Entrena cuatro días a la semana durante hora y media con Carlos Martín, su entrenador y una figura clave en su desarrollo deportivo. “Carlos siempre está ahí para apoyarnos y empujarnos a volverlo a intentar. Nos transmite que nada es imposible si lo trabajas”, afirma con admiración hacia el preparador.
En el club Ciudad de Lepe ha encontrado una auténtica familia. “Me siento muy acogida, entrenar allí es como estar en casa”, dice Amaia, que comparte muchas de sus experiencias deportivas con su mejor amiga y también atleta, Gabriela Rodríguez. “Gabriela y yo hemos ido juntas a campeonatos de Andalucía y de España. Ella compite en combinadas, como el 300 metros lisos y la longitud. Vivir todo eso juntas es lo más bonito del deporte”, confiesa emocionada.
En el instituto, Amaia recibe el cariño y la curiosidad de sus compañeros. “Siempre me desean suerte antes de competir y luego me preguntan cómo me ha ido. Se sienten orgullosos de que alguien de Lepe llegue a esos niveles”, cuenta.
Su familia es un pilar fundamental en su carrera. “Mis padres me acompañan a todas las competiciones y me recuerdan que lo importante no es el resultado, sino disfrutar de la experiencia y seguir superándome”, afirma. Junto a ellos y sus dos hermanos pequeños, las competiciones se convierten también en oportunidades para compartir, hacer turismo y reforzar los lazos familiares.
Amaia tiene muy claro a quién dedica sus éxitos: “A mi familia y a mi entrenador. Ellos son los que me apoyan cada día y los que siempre han creído en mí”.
Su referente deportivo es Carmen Rosales, actual campeona de España, del Club Barcelona. “Me inspira que siendo tan joven haya conseguido tanto, y compita con atletas mayores. Se esfuerza mucho y eso me motiva”, dice. También siente admiración por Laura García Caro, marchadora olímpica natural de Lepe con la que ha coincidido en la pista. “Es un ejemplo para todos. Demuestra que con trabajo y constancia se puede llegar muy lejos”.
En cuanto a su futuro, Amaia tiene clara su intención de seguir dedicándose al atletismo.
Y aunque compatibiliza los entrenamientos con sus estudios, sueña también con ser Policía Nacional, como sus tías. “Después del instituto estudio un rato, voy a entrenar y si tengo exámenes me organizo para repasar por la noche. El deporte me ayuda a desconectar de los deberes y a rendir mejor”, explica.
Su mensaje para los jóvenes es claro: “Que no se rindan. No importa fallar o lesionarse, lo importante es intentarlo muchas veces. El deporte enseña a superar obstáculos”.
A Amaia todavía le queda mucho por saltar, pero su trayectoria ya es una historia de esfuerzo, compañerismo y sueños que empiezan a despegar con fuerza.