El carnaval de Punta Umbría es una fiesta que deja una huella imborrable en aquellos que han formado parte de esta tradición. Uno de esos apasionados de las fiestas en Punta Umbría es José Luis Sacramento Villegas, un aficionado, autor de agrupaciones y pregonero en 2017 que, a pesar de llevar una década lejos de su tierra natal, sigue viviendo con intensidad cada edición del carnaval desde su actual residencia en Ávila.

«Es complicadísimo vivir esto desde lejos cuando has pasado tantas horas de ensayo, tantos días cantando a la gente y ahora no puedes tener eso«, confiesa José Luis al recordar su afición por las coplas de carnaval. «Muchos años saliendo, muchos años colaborando y ahora estar fuera se hace difícil«. La nostalgia se acrecienta cada año, especialmente durante la semana de concurso, cuando los sentimientos están a flor de piel.
A pesar de la distancia, Sacramento sigue cada detalle de las fiestas gracias a Onda Punta Radio y su canal de YouTube, desde el que se retransmite las actuaciones. «Me pongo la radio media hora antes y me gusta saludar a Paco y a Ángel durante la retransmisión. Cuando me saludan siento que estoy un poco más cerca de mi pueblo”, explica conteniendo emociones.
La tecnología le ha permitido mantener el vínculo con su pasión y, en ocasiones, seguir colaborando a la distancia. «En estos diez años he podido participar a distancia con algunas agrupaciones en la elaboración de algunas letras, pero desde la distancia y con la carga laboral que tengo es complicado para mí. Este año lo he intentado, pero mi trabajo no me lo permite«, relata.
El carnaval de Punta Umbría está viviendo un momento de cambio, con una disminución en el número de agrupaciones. «Este año no hay comparsas en el pueblo, solo cuatro grupos locales en el concurso, pero creo que son ciclos y no creo que la afición esté bajando. Seguro que la participación de grupos volverá a subir«.
Para revitalizar la cantera, José Luis apuesta por una mayor promoción en redes sociales y por el trabajo de agrupaciones que integran a los jóvenes. «Hay muchos chavales que quieren salir y no lo hacen, ya sea por vergüenza o por miedo al rechazo a la hora de pedir sitio«, explica. «Si ven que hay grupos que integran a gente nueva, se animarán más. Hay que dar cabida a los nuevos. Hay muchos aficionados jóvenes«.
El pasado miércoles fue un día especial para él, debutó en el concurso su chirigota ‘Lo nuestro tiene tela’. “Viví la actuación con muchos nervios. Ha sido el último grupo con el que he colaborado y, aunque este año no he aportado letras, sigo en el grupo de whatsapp con ellos y sigo todos los pasos del grupo, así que la expectación era inevitable”, confiesa José Luis.
El carnaval en la calle
Uno de los aspectos que más echa en falta es la implicación de la gente en la celebración del carnaval en la calle. «Recuerdo pasacalles impresionantes y piñatas donde todo el barrio participaba, colaborando el que más y el que menos«, afirma con nostalgia. «Eso últimamente ya no lo veo. Hace tiempo que no se ven piñatas en los barrios«.
Para él, la clave para recuperar ese espíritu festivo está en incentivar la participación vecinal a través de asociaciones y colectivos. «Antes, las asociaciones de vecinos tenían un papel fundamental en la organización y ahora ya no hay tanto de eso. Sería bonito que volvieran a implicarse en la fiesta en la calle«. Opina que algún tipo de incentivo o ayuda económica podría contribuir a ello.

A vivir el carnaval
Desde la distancia, lanza un mensaje a sus paisanos para que vivan el carnaval con intensidad: «Lo que mantiene vivo el espíritu de la fiesta es la participación de los aficionados«, recalca. «El concurso es importante, pero el alma del carnaval está en la calle, en la gente que lo vive y lo hace suyo«.
A pesar de la lejanía, el corazón de José Luis Sacramento sigue latiendo al ritmo del 3×4 chirigotero. Y, aunque por ahora solo pueda seguirlo a través de una pantalla, sueña con volver a formar parte activa de la fiesta que ha marcado su vida.