La Peña Los Invisibles encarna en los últimos años el carnaval más auténtico en Punta Umbría: las coplas en la calle. Dos coloretes, un disfraz a bajo coste y una esquinita donde compartir sus letrillas. Esta chirigota callejera, compuesta por veteranos carnavaleros, es pionera ofreciendo repertorio inédito fuera del concurso puntaumbrieño. Y quizás son responsables de que, en este 2025, existan más grupos puntaumbrieños con este formato.
Tiene cuatro años de trayectoria, a lo largo de los cuales han ido sumando miembros al grupo. Si en un principio eran solo dos componentes, este año son cuatro ‘invisibles’: Parrango, Francis, Mateo y Javi.

Este año, vuelven a las calles con ‘Los Señores’, un grupo que, como explica Francisco Tinoco, “representa a esos que parecen tener dinero, que van de señoritos, pero que están tiesos. Hay más de uno por ahí así”, dice entre risas.
La chirigota de ‘Los Invisibles’ empezó casi como un reto entre amigos. “Fue cosa del Parrango. Me dijo: ‘no tienes huevos de hacer una chirigota conmigo; los dos solos’. Y así empezamos. Al año siguiente se unió Mateo, y este año se ha incorporado Javi. Cada año va sumando gente”, recuerda Francis con humor.
Eso sí, tienen claro el límite: “Lo importante es que la chirigota quepa en un coche y que seamos como mucho cuatro, lo justo para una litrona”, bromea.

Un repertorio hecho entre amigos y para el pueblo
Los ensayos arrancaron en noviembre, aunque las ideas llevan rondando todo el año. “Quedamos en cualquier momento del año, echamos unas cervezas y soltamos un montón de pamplinas… y de ahí va saliendo el repertorio”, cuentan. El resultado, un conjunto de coplas que incluyen actualidad y crítica social, pero siempre desde el humor más disparatado. “Tenemos pasodobles al problema del aparcamiento, a la droga… pero siempre en tono de humor. Los cuplés son a cualquier cosa, a lo que nos va saliendo. No perdemos el cachondeo ni un momento”, asegura.
Para Tinoco, la diferencia entre salir en concurso y hacerlo en la calle es enorme. “En una callejera haces lo que te da la gana. No hay fases, ni jurados, ni normas a las que te tengas que someter. Hacemos el repertorio como queremos, con la libertad de cantar lo que nos sale del alma”.
Esa libertad les permite también improvisar y renovar contenido durante el carnaval. “Si se nos ocurre algo bueno, lo metemos sobre la marcha, aunque haya que sacar la chuleta. Lo que cuenta es que la gente se ría. No nos complicamos y vamos a disfrutar”.
Su repertorio también ha llegado a Cádiz
Este año, la chirigota también se ha dejado ver en Cádiz, donde la experiencia fue inolvidable. “Aquello es otra historia. Es la cuna. La gente se arremolina para escucharte al momento de verte con la guitarra en mano. Incluso chispeando, la gente nos puso el paraguas para que siguiéramos cantando. Ese es el espíritu del carnaval”, cuenta emocionado.
En Punta Umbría también han recorrido bares, piñatas y calles. “Hemos estado en las calles del pueblo varios días y estaremos los próximos días echando el ratito. La respuesta de la gente también en el pueblo es muy buena y se paran con nosotros para escucharnos. Eso es de agradecer”.
“El carnaval no es solo el concurso. También está en la calle y es importante que todo el mundo escuche las coplas para crear afición. Además, no todo el mundo puede ir al teatro por su trabajo, por ejemplo, o porque son personas mayores que no tienen tanta facilidad. Así que es importante cantar en las calles y que los grupos participen de los actos que se celebran fuera del concurso y que se animen a los aficionados a participar”, opina.
Francis también tiene claro que el futuro del carnaval pasa por cultivar cantera y dar paso a los jóvenes. “Hay que meter a los chiquillos en esto y ayudarles. A muchos les gusta disfrazarse y si les das repertorio, les entra el gusanillo y pueden salir. Gente como Francis y Domingo llevan años trabajando con los jóvenes y los niños y están sacando cantera, y eso es clave”.
Además, defiende que se apoye más a los grupos noveles: “Hay chavales que se hinchan a ensayar y cantan un solo día. Eso desmotiva. Hay que darles cuartelillo en el concurso para que no se aburran y sigan”.
Para Francis, el secreto está claro: “más pamplina y menos seriedad. Que cada uno viva el carnaval como quiera, pero nosotros lo hacemos así y lo pasamos estupendamente”, concluye.
Atento si ven a estos ‘Señores’ por las calles de la localidad y no se pierdan su repertorio en los próximos días.