Hoy es el Día Internacional de la Mujer y, en plenas fiestas de carnaval, hemos querido poner la atención en una de las mujeres más emblemáticas de las fiestas puntaumbrieñas. Y no solo en lo que se refiere al carnaval, porque nuestra protagonista, Rosa Reyes de la Rosa, es una todoterreno cuando hablamos de participar y aportar un grandísimo grano de arena a las tradiciones de su pueblo.

En la romería, en las fiestas navideñas o en la Semana Santa local, Rosa ha sido siempre un referente en lo musical, en lo humano y, por qué no decirlo, en lo divino. En lo divino de su forma de ser, de su humildad y en su manera de relacionarse con los demás y con las fiestas de las que participa. Su espíritu de participación desinteresada es un ejemplo para todos. Los que la conocemos sabemos bien que no le mueve la búsqueda del reconocimiento y que entiende el sentido de los aplausos.
Pero ayer fue un día especial para ella; un momento que confiesa que nunca olvidará. Su chirigota la sorprendió en el pase de semifinales dedicándole sobre el escenario una copla como homenaje a su trayectoria. Sin esperarlo, la ubicaron en el centro del escenario y le cantaron un emotivo pasodoble que llevaban meses ensayando a escondidas. El teatro se vino abajo y el público se sumó al merecido reconocimiento a Rosa Reyes.
«Me pilló absolutamente en blanco, yo no sabía nada, y me quedé sin palabras. Me emocioné un montón y empecé a llorar como una niña chica, con el corazón encogido. La reacción de la gente con el teatro en pie es una sensación que me cuesta describir. He tenido muchos momentos bonitos y sensaciones inolvidables participando en las fiestas del pueblo, pero esto ha sido espectacular, muy grande. Anoche me sentí en una nube«, expresa emocionada y suspendida aún en esa nube en la que todavía se siente.
Y es que el homenaje no terminó en el teatro, y la respuesta de sus vecinos puntaumbrieños está siendo abrumadora. «Tengo miles de mensajes por WhatsApp, teléfono, en la calle o por Facebook. A veces me he planteado si la gente valora lo que hago y si tiene presente el esfuerzo que yo, y otras muchas personas, realizamos para hacer un poquito más grandes nuestras tradiciones. Desde ayer me siento muy querida por mi pueblo y estoy muy emocionada. Es bonito sentir que lo que haces, aunque sea desde la humildad, deja huella en los demás«.
Y como las casualidades no existen, este reconocimiento llega en un momento oportuno. «Estoy pasando por un momento complicado en el que necesitaba energía por la salud de mis padres, con quienes estoy a diario dándoles cuidado. Por eso quiero agradecer de corazón a toda la gente de mi pueblo, que me ha aportado un chute de energía increíble. Además, siento que es un reconocimiento no solo a mí persona, sino a todas las mujeres que han luchado para abrir camino a las nuevas generaciones«, expresa.
Una mujer con historia en el carnaval
Rosa lleva décadas ligada al carnaval de Punta Umbría. Sus inicios en los años 80 no fueron fáciles, ya que entonces las mujeres tenían pocas oportunidades para participar en comparsas y chirigotas. «Nos costó abrirnos camino y tuvimos que luchar contra muchos prejuicios«, recuerda acerca de la comparsa femenina en la que tantos años participó. «No estaba bien visto que las mujeres salieran en agrupaciones, pero nosotras lo hicimos porque lo llevábamos dentro, porque el carnaval es también nuestro«, recuerda. Rosa fue una pieza fundamental en aquella agrupación y una pionera en la provincia tocando la púa con su guitarra en una agrupación femenina.
Desde entonces, su papel ha sido clave no solo como integrante de las agrupaciones en las que ha participado, sino apoyando a otros grupos y compañeros que han requerido su ayuda. «He salido con muchos grupos en carnaval, muchos de ellos integrados por hombres, y siempre he sentido el respeto de mis compañeros por mi trabajo musical y como persona. Muchísimos carnavaleros que hoy integran la mayoría de los grupos han estado conmigo siendo niños«, cuenta entre sonrisas esta veterana del carnaval.
Y en un día como hoy es inevitable seguir ahondando sobre el papel de la mujer en el carnaval. «Las mujeres aportamos al carnaval cosas muy especiales como sensibilidad, entrega y muchas veces un punto de vista distinto que enriquece las agrupaciones. En lo musical, las voces femeninas ofrecen registros diferentes que complementan al conjunto de voces masculinas. Ya estamos viendo cómo los grupos mixtos están dando muy buen resultado. Pero no solo en lo artístico, sino en el compañerismo y en la forma de vivir la fiesta. Me siento muy orgullosa de ver a tantas chicas jóvenes sumándose cada año a las chirigotas y comparsas, porque eso significa que el esfuerzo de muchas mujeres como nosotras sirvió para algo«.
Es obligado recordar que en 2016, el Ayuntamiento de Punta Umbría reconoció la labor de Rosa durante la celebración del Día Internacional de la Mujer, algo que ha quedado grabado a fuego en su corazón. “Fue un día muy especial junto a otras mujeres del pueblo que han luchado mucho para lograr nuestro sitio en la sociedad”, recuerda.
¿Futuro pregón y posible retirada?
Este homenaje ha traído consigo rumores sobre un posible reconocimiento aún mayor: la propuesta de que Rosa sea la pregonera del carnaval el próximo año. «Me lo han comentado muchos compañeros y gente vinculada al carnaval, pero las circunstancias personales y familiares me han frenado anteriormente«. Sin embargo, reconoce que la idea le emociona y que, si se lo piden oficialmente, lo pensará seriamente. «Todo lo que está pasando me está animando mucho a plantearme algo así y, quizás, en lo personal pueda encajar esta idea, de la que me sentiría muy orgullosa«, confiesa.
En los últimos tiempos, había pensado en retirarse del carnaval, pero este homenaje le ha dado fuerzas renovadas. «Me lo planteé porque el cuerpo ya no es el mismo, pero después de lo que viví ayer, hay que plantearse muchas cosas. El lío que montó mi grupo les ha salido muy bien«, afirma con determinación tras recordar que ayer su grupo, en camerinos, le jaleó: «¡Rosa quédate, Rosa quédate!«.




Llamamiento a la participación
Sobre su manera de vivir el carnaval y el ambiente de las fiestas, lanza un mensaje muy claro. «El carnaval es unión, es hermandad, es compartir. Todos somos amigos y compañeros; los egos hay que dejarlos aparte. Yo solo compito los 30 minutos que estoy sobre el escenario y ya está. A mí me gustaría que las nuevas generaciones, tanto hombres como mujeres, sigan luchando por mantener viva esta tradición con el mismo cariño y respeto que se merece«.
«A mí me gustaría que recuperásemos el espíritu de aquellos años 80 donde todos nos ayudábamos y nos sentíamos parte de lo mismo. La rivalidad era sana. No sé en qué momento perdimos aquel sentimiento«, describe con añoranza.
«El carnaval necesita gente con ganas, que se anime a formar parte de las agrupaciones, a vivirlo desde dentro. Es una experiencia única, y cuantos más seamos, mejor«, avanza Rosa. «Pero lo que debemos procurar es que la gente del pueblo se involucre y que el carnaval de la calle florezca, porque esa es la esencia con la que podemos recuperar aquella gloria«, sentencia.
Rosa Reyes de la Rosa representa el alma del carnaval puntaumbrieño. Su homenaje ha sido solo un reflejo del cariño que la gente le tiene y del legado que ha construido. Su historia es la de muchas mujeres que, a lo largo de los años, han luchado por su espacio en una fiesta que, gracias a ellas, es hoy más rica, más diversa y más viva que nunca.