“Forjando sueños y personalidad en el tatami, con esfuerzo y superación”

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Por: J.L.Galloso

Fátima Razik, campeona de Andalucía de Kick Boxing, se prepara para el Campeonato de España mientras que compagina sus intensos entrenamientos con segundo de Bachillerato y decisiones claves sobre su futuro académico y profesional

A sus 18 años, Fátima Razik, natural de Lepe, ha encontrado en el kickboxing mucho más que un deporte. Para ella es una escuela de vida. Compaginando sus entrenamientos con Segundo de Bachillerato, y con la vista puesta en tomar decisiones sobre su futuro profesional, esta joven deportista representa una historia de esfuerzo, superación y coraje.

Empecé por mi madre”, reconoce Fátima, que siente una profunda admiración por la mujer que la ha criado. “Ella siempre quiso practicar algún deporte de combate, pero no tuvo la oportunidad. Cuando pudo, me apuntó a mí”. Lo que empezó siendo una simple prueba, se convirtió rápidamente en pasión. Así fue como empezó su trayectoria en Fitbox Lepe de la mano de su entrenador Sergio Fernández, otro de los pilares fundamentales en la vida deportiva de Fátima.

Sergio me ha aportado técnica, confianza y apoyo personal. Siempre ha estado ahí, en los buenos y malos momentos”, afirma la joven, que recuerda con especial emoción su reciente triunfo en el Campeonato de Andalucía, en la modalidad K1. “Fue muy especial. Era una meta que me había propuesto, y lo conseguí”.

Pero no siempre todo ha sido una senda recta. Fátima admite que ha pasado por altibajos: “Hubo un momento en que empezé a perder y me desanimé. No dejé de entrenar, pero no era igual. Hasta que recuperé la motivación y volvió mi confianza”. Esa capacidad de reinventarse y persistir tiene raíces claras. “Mi madre es mi espejo. Ha sacado a cinco hijas adelante, sin que nos faltara de nada. Me inspira a no rendirme nunca”.

Actualmente, Fátima se prepara para su próximo gran reto, el Campeonato de España, que se disputará entre junio y julio en Ciudad Real. “Estoy trabajando especialmente la resistencia. Serán muchos combates en poco tiempo, y necesito estar al máximo nivel físicamente y mentalmente”, explica. También reconoce que entrena casi a diario, salvo en épocas de exámenes, donde reduce un poco el ritmo: “Los estudios también son importantes. Quiero tener una salida profesional, ya sea en la educación o como policía local”.

El kickboxing le ha aportado valores fundamentales. “Me ha dado autoestima, confianza en mí misma y autocontrol. Antes era más nerviosa, ahora en los conflictos soy más tranquila, busco soluciones sin alterarme”. También habla del crecimiento personal que ha experimentado al entrenar muchas veces sola. “Me he hecho más independiente. Ya no necesito que nadie venga conmigo para esforzarme”.

Aunque ha perdido la cuenta de los combates disputados, recuerda con especial orgullo la Copa de España ganada el año pasado y recientes participaciones en las que subió al podio. Ahora, con la mirada fija en el próximo nacional, confiesa que podría volver a enfrentarse a la rival que la venció en la pasada edición. “Este año voy a por todas”, asegura con determinación.

Fátima también destaca el apoyo emocional de su familia. “Antes de competir me mandan mensajes, me llaman, me dicen que esté tranquila. Están siempre conmigo”. Incluso en el instituto, sus compañeros la reconocen por sus logros: “Me felicitan cuando gano. Me siento querida y valorada”.

Cuando se sube al ring, Fátima siente libertad. “Es como soltar una carga. Me siento yo misma, sin barreras. Es mi lugar”. Por eso, anima a otras chicas a probar este deporte. “Que no se dejen llevar por los prejuicios. Que prueben, que lo disfruten. El kickboxing no es una pelea, es una disciplina con valores”.

Con madurez y humildad, Fátima ya mira al futuro. Su sueño es seguir compitiendo mientras el cuerpo se lo permita, y llegar a formar y acompañar a otras personas en este camino. “Me gustaría que sientan lo que yo he sentido. Que ganen, que se superen, y que confíen en sí mismos. Si puedo ayudarles a eso, habrá valido la pena”.

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