Valverde del Camino se prepara para vivir una Semana Santa marcada por la fe y la devoción

La Semana Santa de Valverde del Camino llegaba al municipio con la procesión del Santísimo Cristo del Amor, unos días marcado por la devoción de los cofrades valverdeños y por el recuerdo de recientes acontecimientos tristes que han sacudido la localidad. Pese a todo, la luz de la fe se abre paso entre la oscuridad, como quedó patente en el emotivo pregón del pasado domingo.

Si no se escribe desde la fe, me sobra este pregón y me sobra la Semana Santa”. Con esta rotunda afirmación comenzaba Manuel Fernández Corralejo el pregón de la Semana Santa de Valverde del Camino, pronunciado en el Teatro Puerta del Andévalo. Un pregón nacido de lo íntimo, tejido con palabras sinceras y hondas, lleno de contenido litúrgico, pero también de vivencias personales marcadas por la presencia de Dios.

Manuel Fernández Corralejo durante su pregón.

Acompañado por la Banda Municipal de Música y la Coral de la Real Agrupación Artística de Aficionados, Manolo nos hizo recorrer, de la mano de Cristo y de su Madre, toda la Semana de Pasión valverdeña. Nos recordó que la fe no es solo emoción, sino entrega, y que el verdadero sentido de estas fechas está también en el recogimiento del alma.

Presentado por Mati Valero, con sensibilidad y cercanía, el pregón dejó huella. Como dijo el propio Manuel: Creo en Dios Padre, en su Hijo Jesucristo, en su Madre que es Madre de todos nosotros, en el Espíritu Santo y en la Iglesia”. Una declaración de intenciones que define, sin duda, la espiritualidad de estos días.

Días de pasos, silencio y devoción

La primera gran cita fue el Domingo de Ramos, cuando salía a la calle la Hermandad de la Borriquita. Desde su sede canónica, la Hermandad del Santísimo Cristo del Amor en su Sagrada Entrada Triunfal en Jerusalén, María Santísima de la Paz y Esperanza y Santa Cruz del Barrio, realizaba su estación de penitencia con las imágenes del Santísimo Cristo del Amor y María Santísima de la Paz y Esperanza. Una procesión que daba inicio a una semana de fervor y belleza en Valverde.

Domingo de Ramos en Valverde del Camino.

El Miércoles Santo será el turno del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de los Dolores llevará en procesión a sus tres titulares: el crucificado de la Buena Muerte, María Santísima de la Quinta Angustia y San Juan Evangelista. Será una noche de recogimiento y solemnidad.

En la noche del Jueves Santo, los valverdeños volverán a encontrarse con uno de los momentos más esperados: la salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno, acompañado por María Santísima de los Dolores. La misma hermandad del día anterior protagoniza esta jornada, en la que el silencio y la oración envuelven las calles del municipio.

La emoción alcanzará su punto más íntimo en la madrugada del Viernes Santo. La Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas pondrá en la calle la imagen del Señor, en una estación de penitencia que recorre el alma del pueblo con el estremecimiento de la madrugada y la intensidad del rezo a flor de piel.

Ya por la tarde, cerrará la jornada la procesión del Santo Entierro, con la imagen de Jesús Yacente y la Virgen de la Soledad, de nuevo con la Primitiva Cofradía que comparte titularidad con la de las Tres Caídas. Será el broche de oro a un Viernes Santo de profundo duelo y contemplación.

Ensayos de costal, sonidos de tambores y cornetas, junto al olor a incienso, han preparado los corazones valverdeños para revivir la Muerte, Pasión y Resurrección de Cristo. Una semana que, como nos recordó Manuel Fernández, “solo tiene sentido cuando se vive con el corazón abierto a Dios”.

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