Los juegos y deportes alternativos son una manera de retomar la calle y alejarse de las pantallas

Por: José Luis Galloso

Lejos estamos de aquella infancia de tardes en la plaza del barrio, dando balonazos en alguna pared tras el almuerzo y esperando la noche para jugar entre los coches al escondite. Pintar rayuelas en el suelo, jugar a la botella, a las canicas con las rodillas del pantalón parcheadas o subirse a algún árbol del parque.

Tras una intensa tarde, despedirse de los amigos de aventuras urbanas con una sonrisa cómplice, dejar la bici en el portal y llegar sudoroso a casa. Una jornada a completar con una ducha en busca de un placentero descanso y el sueño de un nuevo día con nuevas peripecias.

Pero las pantallas acabaron con aquellas tardes, con los juegos que dieron vida a generaciones y generaciones y alimentaron su imaginación. ¡Y no hablamos de que cualquier tiempo pasado fue mejor!…no siempre es así.

¡Y no todo está perdido!, porque en el CEIP Río Piedras de Lepe cada año mantienen vivo el espíritu de jugar con los amigos en la pista del cole y de escapar al ciberespacio en las horas de entretenimiento. Para ello, celebran el Día de los Juegos y Deportes Alternativos, una iniciativa activa y educativa para mantener la esencia de aquella infancia que, quizás, nos hacía más felices.

Lejos de los grandes focos del fútbol o el baloncesto, estos juegos permiten a niños y niñas desarrollar sus capacidades físicas y mentales en igualdad de condiciones. Aquí no gana el más fuerte, ni el más rápido, ni el que más goles marca. Gana quien coopera, quien respeta las normas, quien trabaja en equipo. Y eso lo convierte, más que en un torneo, en una lección de vida.

La actividad se enmarca en un programa promovido por el Patronato de Deportes de Lepe, que, en colaboración con varios centros educativos del municipio, celebra jornadas intercentros en las que cada colegio aporta una propuesta diferente; desde juegos tradicionales hasta carreras de orientación o deportes en la naturaleza.

Los encargados de organizar la actividad este año en el Río Piedras han sido los maestros de Educación Física Mario Hurtado y Javi Madrigal. “Llevamos ya bastantes años con esta iniciativa”, cuenta Mario. “Cada curso intentamos introducir nuevos juegos para que no sean siempre los mismos. Este año, por ejemplo, hemos incluido tres modalidades nuevas”.

Más allá de lo lúdico, el objetivo es ofrecer a los alumnos una forma saludable y activa de pasar su tiempo libre. “Queremos que descubran que hay vida más allá de la consola”, explica el maestro. “El patio y la calle pueden seguir siendo espacios de juego. Esto es una alternativa a la digitalización excesiva que viven muchos niños hoy en día”.

Y los resultados, dice, hablan por sí solos. Tras las jornadas, muchos alumnos piden repetir los juegos en los recreos, organizan ligas propias e incluso sugieren incluirlos en las clases. “Este año hemos montado una liga de Datchball en los recreos, con árbitros entre los propios niños. Ha sido un éxito”.

Juegos nuevos creados por los docentes

Uno de los mayores valores de estos deportes es su componente igualitario. Al ser juegos nuevos para todos, nadie parte con ventaja. “Empiezan todos desde cero”, explica Mario. “Eso motiva muchísimo. Los niños que quizás no destacan en fútbol o baloncesto, aquí se sienten protagonistas. Se fomenta otro tipo de habilidades: el compañerismo, el comportamiento grupal, el respeto…”.

Los juegos tienen nombres tan curiosos como Poullball, Slackline, Launchball o Boteball. Algunos están inspirados en deportes existentes, otros son completamente nuevos. Muchos han sido creados por docentes dentro de comunidades educativas, y cada vez tienen más presencia en centros escolares de toda España. Algunos, como el Datchball, han ganado popularidad e incluso han desarrollado su propia estructura de clubes y ligas.

El Datchball es ahora mismo uno de los más conocidos. Aquí en Lepe ya hay incluso una escuela que lo entrena fuera del horario escolar. Es un deporte muy completo y, además, muy educativo”, apunta el maestro.

El Launchball, un divertido juego de habilidad.
El Slackline combina diferentes habilidades.
Jugando a Hockey en las pistas del Río Piedras.
Jugando a Spikeline en las pistas del Río Piedras.
Jugando al Boteball en el patió del centro escolar.
Practicando beisbol durante la jornada.

Durante las jornadas, participaron varios centros del municipio. Cada colegio llevó su grupo de 4º de Primaria, y los alumnos se mezclaron entre sí para jugar por equipos. “Es una forma de fomentar también la convivencia, la empatía y el respeto entre niños de distintos entornos”, señala Mario. “Ellos van rotando por las estaciones de juego, y todos pasan por todos los deportes”.

Los juegos se explican previamente a los docentes, que después los ponen en marcha en sus propios centros. Todo está preparado con antelación: materiales, normas, objetivos y variantes. La acogida por parte del profesorado también ha sido muy positiva. “Muchos se lo llevan a sus coles después”, dice.

Y por si fuera poco, la jornada terminó con una carrera de orientación por todo el recinto escolar, diseñada por el propio Javi Madrigal. “Queríamos incluir algo diferente, que también trabajase la mente, la estrategia, la toma de decisiones rápidas. Y resultó ser una de las actividades más celebradas”.

Recuperar la calle

Más allá de lo deportivo, la actividad deja un mensaje profundo ¿es necesario recuperar el juego al aire libre? “Lo que queremos es que los niños vuelvan a salir a los parques, a las plazas, a jugar entre ellos. Que no tengamos que esperar a un apagón para verlos con una pelota en la calle”, reflexiona Mario.

El día que se celebró esta jornada, el colegio Río Piedras fue un hervidero de energía, risas, descubrimientos y deporte limpio. Una pequeña revolución silenciosa que apuesta por otra manera de educar, más humana, más cooperativa, más libre.

Porque quizás, en un mundo cada vez más tecnológico, lo más revolucionario sea, simplemente, jugar,

 

 

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