Un momento para la historia que unió a carmelitas puntaumbrieños y a los devotos de la Bella

Por: José Luis Galloso

La gran cita mariana vivida en Huelva dejó también un momento para la historia en Punta Umbría. Aunque muchos vecinos echaron de menos ver a la patrona de los marineros entre las coronadas que procesionaron por las calles de la capital, este domingo los carmelitas puntaumbrieños pudieron participar de la Magna a su manera. Y lo hicieron saludando por mar a la Virgen de la Bella cuando la imagen regresaba a Lepe a bordo de un barco de pesca, camino del Puerto del Terrón, enclave simbólico para los leperos.

La Hermandad de Nuestra Señora del Carmen organizó un saludo desde el muelle de las Canoas, donde se instaló el Simpecado junto a la bandera de la localidad y el estandarte corporativo. La llamada congregó a centenares de puntaumbrieños, que quisieron rendir homenaje a la patrona de Lepe durante su travesía por la ría. La Bella navegó acompañada por una comitiva de embarcaciones de pesca y recreo, en un itinerario que, pese al fuerte viento, pudo acercarse lo suficiente al puerto para intercambiar saludos y plegarias.

Cientos de carmelitas se direon cita en el Muelle de las Canoas y la Plaza Pérez Pastor.
La Hermandad del Carmen de Punta Umbría organizó el saludo a la Virgen de la Bella.

Fue un momento muy emotivo, un momento para la historia”, resume la presidenta del Carmen. “No sabíamos si el barco podría entrar cerca del muelle por el viento que hizo el domingo, pero finalmente se acercaron, abrieron el cajón y pudimos ver a la Virgen. Desde el muelle lanzamos vivas a la Bella y entregamos una canastilla de flores. En respuesta, el hermano mayor de la Hermandad de la Bella, Paco Toscano, lanzó un ramo de flores al agua en homenaje a los marineros. Es difícil de describir tantas emociones”, relata Salud Fernández Chavero, presidenta de la Hermandad del Carmen de Punta Umbría.

La hermandad entregó un centro floral a la Virgen de la Bella.

La hermandad carmelita preparó el recibimiento desde días antes, haciendo un llamamiento a la gente. Horas antes de lo previsto, el Simpecado se situó en las inmediaciones de la plaza Pérez Pastor para esperar a los carmelitas y acceder al muelle, que sirvió de balcón para las alabanzas a la Virgen lepera. “No imaginábamos la cantidad de gente que se reunió. Respondió todo el mundo”, comenta Fernández Chavero. “Nos habría gustado estar un poco más cerca, pero la meteorología mandaba. Aun así, la tripulación reviró el barco y pudimos compartir vivas y oraciones. Pueblos distintos, pero con la misma fe”.

La Virgen de la Bella a bordo del buque de pesca, acompañado de una gran comitiva.
Decenas de embarcaciones acompañaron a la Bella.

Punta Umbría y Lepe unidas

El gesto tuvo además una dimensión afectiva compartida. Punta Umbría y Lepe mantienen un vínculo histórico por la mar y por la devoción popular. “Aquí hay mucha gente con raíces leperas. Y la Bella, aunque sea patrona de Lepe, también tiene pellizco de mar”, apunta la presidenta, que agradeció el detalle a los responsables del acompañamiento náutico.

Pero en esta suerte de vínculos entre ambos enclaves ribereños onubenses, también es significativa la figura del hermano mayor de la Hermandad de la Bella y máximo mandatario electo de la entidad, quien hunde sus raíces también en nuestra localidad. “Tengo el corazón repartido entre dos pueblos, que comparten la misma mar bañando sus costas. Cuando paramos en el muelle de las Canoas de Punta Umbría y vi cómo en tierra la gente vibraba viendo a nuestra patrona, me sentí orgulloso de mis dos pueblos: uno que me vio nacer como hombre y el otro que lo hizo como hijo de nuestra madre”, describe el mandatario lepero. “También fue un momento de recuerdo de mis seres queridos y de rememorar hechos históricos que hoy se repiten. Mi abuela, ‘Ana la Muñeca’, desde pequeño me hablaba de cuando pasó la Virgen de la Bella en el barco camino del Terrón. Ella estuvo allí hace décadas y la vio pasar. Así que este momento cobró especial emoción para mí y siempre quedará en mi corazón”, concluye.

Especialmente emotivo fue el momento también para María del Carmen Cruz Campoy, hermana mayor del Carmen en 2025, que vivió su último acto oficial antes de entregar la vara a su sucesor el 16 de octubre. “Soy medio lepera, mi padre es de allí, y para mí fue muy especial poder entregar ese centro de flores en nombre de nuestra Hermandad del Carmen”, expresó.

Tras una jornada intensa en Huelva, Cruz Campoy subrayó el valor simbólico del saludo por mar. “Después de vivir el día de la Magna y ver a la Bella por las calles de Huelva, este fue el colofón”. La cita, además, tuvo un tinte personal. “Para mí fue muy emotivo, con muchos sentimientos encontrados. Un privilegio poderlo vivir, además rodeada de mi familia. Estaba muy nerviosa, pero mereció mucho la pena estar ahí”.

A la izquierda, Paco Toscano junto a la Bella; a la derecha, Mari Carmen Cruz esperando su llegada.

La emoción se prolongó después entre los asistentes. Muchos de los presentes, como familias, marineros o gente que vive el verano y las costumbres puntaumbrieñas, acompañaron con vítores el paso de la imagen, que continuó su ruta escoltada por las embarcaciones hasta encarar el regreso al Terrón.

El acto puso el broche puntaumbrieño a una semana en la que la provincia se volcó con la Magna mariana. Para la Hermandad del Carmen, acostumbrada a llenar de devoción las aguas cada 15 de agosto, el saludo a la Bella refrendó la parte espiritual del mar en relación con la devoción mariana en Huelva.

Con el Simpecado en su casa de hermandad, Punta Umbría guarda la estampa de un domingo grandioso en el que la Bella navegó las aguas de nuestro pueblo marinero. Un encuentro fugaz que ensancha la memoria colectiva de nuestros pueblos y que muchos ya guardan como una fotografía imborrable de fe compartida.

Compartir
Scroll al inicio