La Olímpica Valverdeña ha logrado recomponerse tras un inicio de temporada complicado en el que tuvo que esperar hasta la sexta jornada para celebrar su primera victoria. Aquel arranque irregular, marcado por la falta de gol, las dudas en los cierres de partido y una acumulación temprana de lesiones, parecía presagiar una campaña cuesta arriba. Sin embargo, el conjunto valverdeño ha protagonizado una notable mejoría en las últimas semanas, encadenando resultados que lo han devuelto de lleno a la pelea por los puestos altos de la tabla.

La Olímpica Valverdeña antes del encuentro contra el CD Canela – FOTOS Valeca

El punto de inflexión llegó con dos triunfos de gran mérito frente al Riotinto Balompié (5-2) y al C.D. Bonares (2-1). Aquellas victorias no solo supusieron un impulso moral para el vestuario, sino que evidenciaron que el equipo empezaba por fin a encontrar fluidez en ataque y equilibrio en defensa. Desde entonces, la Olímpica ha crecido como bloque, consolidándose mediante empates de valor que han sumado regularidad a su trayectoria: el 0-0 ante el Cerreño, el 2-2 frente al Almonte Balompié y el 2-2 en el siempre difícil campo del Isla Cristina.
Gracias a esta racha de resultados, el equipo escaló posiciones antes de afrontar la visita al Atlético Calañas del pasado fin de semana, un partido que clave para medir si la reacción es sólida. Y la respuesta ha sido positiva, puesto que la Olímpica se impuso por 1-2 a domicilio, sumando tres puntos vitales que confirman su buen momento. Así, se consolidan en la séptima posición, ahora a solo dos puntos de los puestos que dan acceso a la liguilla. Una victoria que es una demostración de madurez, solidez y ambición.
Con los pies en la tierra
El triunfo en Calañas llega además en un contexto especial para el equipo. La plantilla de esta temporada es prácticamente nueva. “Estamos contentos porque el equipo es muy joven y muy nuevo. Menos de trece jugadores han repetido del año pasado, y hemos apostado fuerte por la cantera, complementando con cuatro o cinco fichajes de fuera”, explica el entrenador, Vicente Oliva Serrano. Ese proyecto renovado implicaba riesgos, especialmente en una categoría exigente, donde la falta de experiencia puede pasar factura. “Es un riesgo competir con tan pocos jugadores experimentados, pero lo están haciendo muy bien. Están compitiendo cada semana”, añade el técnico.

Oliva reconoce que el objetivo es “mantener la categoría”. Esa base realista ha sido fundamental para calmar expectativas y gestionar la presión en un inicio de temporada en el que la Olímpica llegó a ser colista. “Estar últimos nos condicionó mucho en las primeras jornadas. Había ansiedad, prisas, pero hemos intentado gestionar la euforia cuando llegaron los primeros buenos resultados y no crear expectativas falsas”, afirma. La victoria en Calañas, asegura, “ha sido una bolsa de oxígeno para jugar más tranquilos”.
El entrenador pone en valor también la aportación del vestuario más veterano. “Solo ocho o nueve jugadores son del año pasado. Necesitamos que los veteranos tiren del grupo, porque el proceso de liderazgo cuesta. Pero están ayudando, y eso se está notando”. Aun así, reconoce que el equipo sigue en construcción y que aún queda margen de mejora. “Hemos cometido fallos en todos los partidos, pero también hemos competido en todos. Eso es un punto muy positivo”.
Las lesiones también han marcado el camino del conjunto valverdeño. “Ya hemos pasado una racha mala de lesiones, a ver si ahora tenemos un poco más de suerte. Nos han afectado en momentos clave”, admite Oliva. Esa situación obligó al equipo a reinventarse, a rotar más de lo previsto y a acelerar la adaptación de los jóvenes procedentes de la cantera.
Próximo compromiso liguero
Sobre el partido que viene, el técnico se muestra cauto pese a que el rival, el C.D. San Juan, se encuentra en la parte más baja de la tabla. “Primero, puntos para salvarnos. Después, ya pensaremos en la liguilla, pero siempre con la mente tranquila”, sentencia. Sabe que enfrentarse a un rival necesitado puede ser tan peligroso como visitar un campo difícil. “No queremos que la euforia nos juegue una mala pasada. Hay que seguir haciendo las cosas bien… y seguir haciendo las cosas bien”, repite, subrayando la importancia de mantener el mismo nivel de compromiso.
Con la moral reforzada, el vestuario unido y una afición que vuelve a ilusionarse, la Olímpica Valverdeña encara la próxima jornada con la sensación de que lo mejor aún está por llegar. “Queremos que sea un año bonito y con crecimiento”, concluye el entrenador.
Por: J.L. Galloso







