Parálisis cerebral, adopción y una vida independiente: María del Pilar Calero, usuaria de APAMYS Valverde, rompe barreras

Por: Nicole Vargas Mairongo

Natural de Nerva, criada en Huelva y vinculada a APAMYS de Valverde del Camino, María del Pilar Calero vive sola, lucha contra los bajones emocionales y, a sus 39 años, demuestra cada día que la discapacidad no le impide ser independiente ni seguir adelante con valentía.

Infancia marcada por la separación y la resiliencia

María del Pilar nació en Nerva con parálisis cerebral infantil, una condición que marcaría su vida desde el principio. Fue dada en adopción con apenas cuatro años y medio, separada de sus hermanos. “Me fui dejando a mi hermano Dani en la cuna y a mi hermana Inma detrás. Quería llevármelos conmigo”, recuerda con la voz temblorosa.

Su infancia no fue fácil: “Me costaba la comprensión lectora, y aunque al principio me integraba con los demás, siempre acababa sintiéndome rechazada por mi discapacidad. Ese miedo al rechazo aún me acompaña”.

La relación con su familia adoptiva no ha sido sencilla, aunque mantiene un fuerte vínculo con su padre: “Es mi gran apoyo, aunque a veces discutamos”.

Hace cinco años, gracias a un programa de televisión, localizó a su madre biológica, quien también tiene discapacidad. “La recordaba de una manera y me sorprendió lo guapa y joven que era. Ahora también tengo contacto con mis hermanos biológicos”, añade.

¿Qué es la parálisis cerebral infantil?

La parálisis cerebral infantil (PCI) es un trastorno neurológico permanente que afecta el desarrollo motor y la coordinación muscular. Generalmente se produce por una lesión cerebral durante el embarazo, el parto o en los primeros años de vida. Esta condición puede provocar dificultades en el movimiento, el equilibrio, la postura, e incluso puede afectar el habla o la visión.

Aunque no tiene cura, muchas personas con PCI logran alcanzar distintos grados de autonomía y calidad de vida, especialmente con apoyo médico, terapéutico y social. El caso de María del Pilar es un ejemplo de cómo, con acompañamiento y determinación, es posible tener una vida independiente y plena.

Luchar cada día, incluso cuando cuesta

Para María del Pilar, vivir con una discapacidad es una carrera de fondo: “Me cuesta llevar todo hacia adelante, y tengo que asimilar que algún día mi padre no estará. Vivo con ese miedo diario. Tengo bajones que me trago, o que comparto con él, llamándolo muchas veces al día”, comenta.

Uno de los momentos más duros fue la separación de su pareja y tener que dar en adopción a sus perros: “Laky llevaba ocho años conmigo. Me dolió muchísimo. Yo podía cuidarlos, pero no sacarlos, pesaban más que yo”.

María del Pilar junto a su perro, Laky.

Pese a las dificultades, intenta mantener una mirada positiva: “Gracias a mi padre veo el mundo con esperanza. Aunque también tengo mucho miedo a las cosas, sigo adelante”, afirma.

Una casa adaptada y una mente inquieta

Desde hace doce años, María del Pilar vive sola en Huelva. “Empecé con mi pareja, pero ahora estoy sola. Mi casa está adaptada, no tengo escalones, las puertas son anchas, y uso silla de motor para trayectos largos. Con muletas me muevo solo en distancias cortas”.

Le encanta mantenerse activa: “Los días que no voy a la asociación me agobio. Me busco cosas que hacer: estoy haciendo una alfombra para venderla, hago pulseras, y cuido de mis animales”.

Además, acaba de comenzar un curso de inserción prelaboral, tras finalizar uno de atención al público.

El apoyo de APAMYS y otros proyectos

Una de las grandes fuerzas que sostiene a María del Pilar es APAMYS, la Asociación Protectora de Personas con Discapacidad Intelectual de Valverde del Camino. “Busqué un centro mixto, moví sola los papeles para acceder. Allí me siento acogida, hablar con Pilar Arroyo me da fuerza. Siempre tienen un plan B para ti”.

Ha participado en talleres de serigrafía y actualmente está en el de piel y cuero. “Se me da bien. Tengo buena relación con todos”. Además, colabora con Cruz Roja y en recogidas de alimentos de Carrefour, y es usuaria de Paz y Bien en Huelva.

María del Pilar como voluntaria del Banco de Alimentos de Huelva.

Tiene un mensaje claro para quienes dudan de la capacidad de las personas como ella: “Sí se puede. La cuestión es querer hacerlo. Yo he vivido en pareja, con ayuda a domicilio, y mi auxiliar es como de la familia. Si los mayores pueden, nosotros también”.

Metas sencillas, sueños grandes

María del Pilar no quiere dejar de formarse: “Quiero hacer todos los cursos que me salgan y hacerlo bien, para mí y para los demás”. Sueña con mantener el vínculo con su madre biológica y sus hermanos.

Y si pudiera hablar con la niña que fue, le diría algo sencillo pero poderoso: “Que siga adelante, que aunque las cosas cuesten, merece la pena luchar”.

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