Con solo 22 años, Alba Bayo Felicio jugará un papel destacado como Hermana Mayor de la Hermandad de San Isidro Labrador de Cartaya. Una joven comprometida con su pueblo, con su tradición y con una Romería que lleva en la sangre desde la cuna. Hija de agricultores y criada en el amor a San Isidro, este 2025 está siendo un año inolvidable para ella.
“Desde pequeña he vivido la Romería con mi familia. Mis padres, agricultores los dos, me enseñaron el valor de esta tradición y la devoción a San Isidro. Ahora me toca devolver todo eso a mi familia y también a mi pueblo”, afirma emocionada.
Alba ha asumido con responsabilidad y entusiasmo un cargo que implica meses de preparativos, actos oficiales, organización de eventos y, sobre todo, mucha entrega. “Desde que cogí la vara de Hermana Mayor ha sido un año intenso, pero muy bonito. Convivencias, actos, actividades solidarias… y otros actos protocolarios”.
Ha estado al frente de numerosos eventos organizados para mantener viva la llama de la Hermandad y también para recaudar fondos: desde la Feria de la Gamba hasta la Potajá o la Feria del Caballo. Pero alguno de ellos ha sido especial para ella. “Me quedo sobre todo con la convivencia con los grupos jóvenes de las distintas hermandades que tuvimos hace unos días. Fue muy especial ver cómo los jóvenes compartieron su tiempo con la Hermandad y cómo empiezan a comprometerse”, explica. “El futuro de las hermandades depende de que la juventud se implique. Si no, corremos el riesgo de que se pierda”.
Una de las cuestiones que la tiene más ilusionada es intentar que, durante su año de mandato, la Romería a San Isidro Labrador recupere parte de la tradición que se ha ido diluyendo con el paso de los años. “Este año se vuelve a hacer el camino por la mañana y quiero que la llegada de San Isidro a la Ermita sea como antes. Quiero que haya una buena caballería entrando en la romería, los carros bolsa tirados por mulos y, luego, el Santo. Me gustaría que mi pueblo me acompañara a caballo, como se hacía antes. Esa imagen me emociona”, nos explica con una pasión que se incrementa mientras repasa los momentos que anhela vivir.
Uno de ellos es el camino de ida y la llegada al recinto romero con las alabanzas de los devotos a su patrón. “La entrada de la gente al recinto y los vivas al Santo son momentos de mucho fervor y devoción. Y este año voy a experimentar unos momentos inolvidables cuando la gente de mi pueblo me dirija vivas como Hermana Mayor. También me toca mucho el corazón el día del Rosario y ver la puja de los nuevos hermanos mayores. Esos momentos son especiales para mí, porque muestran el cariño que tiene la gente por San Isidro”, confiesa.
Este año, además, la Romería contará con una pregonera muy especial para ella, su hermana, Rocío Bayo Felicio. “¿Quién mejor que ella para pregonar esta Romería? Es mi hermana, y sé que lo hará con el corazón”.
Así es la Romería de San Isidro
La Romería de Cartaya no solo destaca por su historia o por la devoción a San Isidro, sino también por su entorno. Se celebra en un recinto privilegiado, con una Ermita rodeada de un paraje natural envidiable. “Es un sitio muy de campo, muy nuestro. Y eso la hace única”, dice Alba. “Cada Romería es distinta, cada pueblo tiene sus costumbres. Pero la nuestra tiene un protocolo especial, un equilibrio perfecto entre lo tradicional y lo festivo. Hay tiempo para atender a tu pueblo, para disfrutar con la familia y para vivir la fe”.
La devoción por San Isidro sigue viva en Cartaya, y Alba es una prueba de ello. “Sí, hay mucha devoción. Y se nota. Lo bonito es que también estamos consiguiendo atraer a gente joven. Eso me hace feliz. Ver caras nuevas, ver compromiso”.
Durante todo este año ha sentido el apoyo incondicional de su familia, sus amigos y, muy especialmente, de toda la junta de gobierno de la Hermandad. “Sin ellos, nada sería igual. Ha sido un año muy ameno, lleno de momentos inolvidables. Les estoy muy agradecida”.
Antes de despedirse, lanza una invitación abierta a todos: “Quiero invitar a todos los vecinos de Cartaya, de la provincia y de los alrededores, a que nos acompañen. Esta es una Romería que hay que conocer. Se celebra en una fecha magnífica, con muy buen ambiente. Las puertas de mi caseta están abiertas para todo el mundo”.
“Ojalá que, cuando termine este año, se recuerde mi paso como Hermana Mayor por haber conseguido que volvamos a sentir la Romería como antes, con emoción, con fe y con unidad. Porque San Isidro lo merece y Cartaya también”, concluye Alba.
