“Que ole su gente buena, la que va detrás del carro tragando polvo y arena”

“Cuando voy de romería voy con la gente de a pie”, reza la sevillana de Diego García García dedicada al camino que cada año emprenden los romeros puntaumbrieños en busca de la Santa Cruz. Esa marea de romeros devotos del Santo Madero volvió a inundar las calles de la localidad tras la bendición del director espiritual de la hermandad costera, José Antonio Sosa, a las puertas de la ermita de la Plaza Joaquín Guisado Vides.

El Simpecado salía de la ermita del pueblo hacia las 10 de la mañana. FOTO Ayto de Punta Umbría.

Cientos de romeros a pie y a caballo iniciaron el camino hasta La Norieta, “detrás del carro, cargados de fe”, para visitar diferentes puntos obligados en el pueblo antes de comenzar la travesía por el verde pinar de la localidad. Abriendo camino, los tamboriles y las flautas de Javier y Galey anunciaban el paso de la comitiva, con las varas doradas de los hermanos mayores en manos de la familia Campo.

Galey y Javier, junto a la Santa Cruz con sus tamboriles. FOTO Ayto Punta Umbría.
Alejandro Riera, incansable y entregado a la Santa Cruz y la gente de su pueblo. FOTO Ayto Punta Umbría.
Alfredo y Carmen dejaron esta bella estampa caballista del camino. FOTO Ayto Punta Umbría.
Caballistas desfilando por la localidad. FOTO Angu Núñez.
 Javi Mora en el inevitable recuerdo a su hermano Paco. FOTO Rafa García.
La comitiva desfilando por las calles de la localidad. FOTO Angu Núñez.
Los bueyes llevaron la carreta de la hermandad en el día grande de Punta Umbría. FOTO Ayto de Punta Umbría.
Los romeros más jóvenes llevaron al Santo Madero sobre sus hombros al interior de la ermita.
Miembros del Equipo de Gobierno en una de las paradas más emblemáticas del camino. FOTO Ayto de Punta Umbría.
Momento lleno de simbolismo, con las hermandades de la localidad homenajeando a la Santa Cruz. FOTO Ayto Punta Umbría.
Pepe García cantando en el camino hacia el recinto romero. FOTO Angu Núñez.
Rubén, el Capu, tras de la carreta con su guitarra. FOTO Ayto Punta Umbría.
Una marea de romeros caminaron hacia el recinto romero. FOTO Ayto de Punta Umbría.

Uno de los momentos más destacados fue el paso del Simpecado por la barriada que lleva el nombre del símbolo cristiano, donde recibió una ofrenda floral por parte de sus vecinos. Así, tras haber desfilado por las calles de la localidad, la comitiva se adentraba en el pinar, seguida por miles de romeros en carros tirados por animales y vehículos mecánicos que se sumaron en la periferia del pueblo.

Justo antes de adentrarse en el verde bosque de la villa costera, la comitiva rindió homenaje a la Santa Cruz en la réplica de la antigua de El Calé. Y no solo al Santo Madero, ya que esa simbólica parada evoca un pasado de vivencias romeras de nuestro joven pueblo y de las gentes que iniciaron esta tradición. El esfuerzo del desaparecido Diego Ramírez y de Manolo Hernández ‘El Caena’ —que gracias a Dios sigue entre nosotros— logró reconstruir el edificio, y es de bien nacidos ser agradecidos con ellos y homenajear su empeño. En definitiva, un momento destacado en el camino y el pórtico hacia la magia del sendero de grava flanqueado por robustas coníferas, bajo las cuales serpentea el romero, la retama o el lentisco.

Tragando polvo y arena”, los peregrinos caminaron en un día sin seria amenaza de lluvia y con un respetuoso ‘Lorenzo’, que no quiso quemar las espaldas descubiertas de las romeras que adornaban los floridos carros. Caballistas elegantes y otros, recordando el estilo propio de nuestra enraizada romería, cabalgaron las vereas del camino forestal hasta llegar al Camping La Bota, para enfrentar el tramo final.

Todo transcurrió sin incidentes y con la custodia de la Policía Local, la Guardia Civil, Protección Civil, el Seprona y el cuerpo especial de la USECIC de la Guardia Civil. A todos ellos, el presidente de la Hermandad de la Santa Cruz, Alejandro Riera Martín, ha querido agradecer su apoyo y expresar a través de este medio de comunicación que “sin ellos sería imposible movilizar a tanta gente”.

Y siguiendo con la poesía del día grande para los puntaumbrieños, así llegaba el Simpecado a las puertas de la ermita de La Norieta, donde la Santa Cruz esperaba a los romeros. Campanas rompiendo el jolgorio del recinto romero, con el sudor y el polvo dominando el ambiente.
¡Que ole su gente buena, que ole su gente buena!.
Los vivas retumbaron en la ermita a la entrada del Simpecado en su interior, donde las emociones fueron más que evidentes y donde los corazones puntaumbrieños, como cada año, experimentaron el sentimiento de pertenencia a su patria chica. Porque hacer el camino del 1 de mayo junto a la gente de tu pueblo es peregrinar a la Meca local.

Con los peregrinos en el recinto romero, cuya cantidad se estima en 5.000 personas, las familias y peñas de amigos disfrutaron del almuerzo, acompañados por los cantes por sevillanas, la música de la guitarra y el compás de los tamboriles. Y el olor a tortilla de patatas y empanados, imprescindible. Rebujito para alegrar el día y refrescar la garganta.

Pero sobre todo, mucha hospitalidad. Porque Punta Umbría es así en romería… construye las casetas sin puertas. Una romería que, para muchos, es necesario reconvertir y acondicionar a las comodidades propias de nuestro día a día, pero que, manque pese, guarda la esencia de antaño y esa relación del hombre —o la mujer— con la naturaleza. Esa es la esencia de las fiestas primaverales.

Hacia las cinco de la tarde, los romeros sacaron a hombros a la Santa Cruz de la ermita para iniciar el camino de vuelta por la misma senda que los llevó hasta este lugar de culto, desde que en 1984 se pusiera la primera piedra de la ermita.

La fiesta se hizo más grande con el Santo Madero abriendo la comitiva hasta el pueblo. Antes de la medianoche, la Santa Cruz entró triunfal en la ermita de la Plaza Joaquín Guisado Vides, tras una jornada en la que no hubo que lamentar ningún incidente de gravedad y con el gentío envuelto en ganas de disfrutar de los próximos días festivos en la localidad. Serán quince días de actos “para todas las edades”, como comenta Alejandro Riera. Desde concursos de sevillanas, homenajes, noche de “pescaíto frito” y actos donde los niños serán los protagonistas.

Por esto tú, querido lector, estás invitado a pasar por la ermita del pueblo para disfrutar de las fiestas populares puntaumbrieñas y de la romería, que comenzará el viernes 16 de mayo, cuando nuevamente la Santa Cruz se lleve a la ermita del pinar para vivir un fin de semana en el campo.

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