La niña, de 11 años, viene por primera vez a España y se adapta “muy bien” a la vida con Asun y su familia
El verano ha sido intenso en casa de Asun y Antonio, como lo viene siendo estos últimos años desde que acogen a niños que viven en los campamentos del Sáhara occidental. Aquí, en España, los niños saharauis vienen para que por unas semanas puedan disfrutar de unas condiciones de vida que son impensables en dichos campamentos.
Asun atiende a Periódicos Punto Cero para contar su experiencia en estos veranos de caras alegres y de disfrutar a todo rendimiento de las cosas cotidianas, al menos cotidianas en este primer mundo. Esta vecina de Punta Umbría comenta que lleva en el programa de acogimiento desde hace más de cuatro años cuando venía a su casa Sidafme, un chiquillo saharaui que ha estado todos estos años repitiendo su estancia en España con Asun y su familia, formada por su pareja Antonio, y sus hijos Antonio e Isaac. De hecho, Reine es la sobrina de Sidafme, ya que este ha estado tan bien con Asun y Antonio que no ha dudado en recomendar la experiencia a los padres de Reine, para que esta pueda compartir esta experiencia con ellos.
La pequeña se adaptó rápidamente a su familia de Punta Umbría y ha participado tanto de actividades cotidianas como de ocio que han agrandado su sonrisa y han hecho que se vaya de España muy feliz. Así, Asun explica como Reine estaba carente de comerse un helado y de comer bien, por eso cada detalle la niña lo ha vivido intensamente. “La carita que puso cuando vio la playa” es algo que no olvida esta familia, o salir a la feria, tanto las Colombinas como la de Punta Umbría, donde la pequeña ha disfrutado de las atracciones y de todos los momentos bonitos de una fiesta así. Los hijos de la familia, Antonio e Isaac, que ya son mayores, también han participado activamente de las actividades con la pequeña, llevándola a la feria, a la piscina o al aguapark de Cartaya, donde pudo disfrutar a lo grande de una atracción desconocida para ella.
La comunicación con la familia de Reine ha sido constante desde el minuto cero, así la niña hablaba mucho con su madre y con su tío, que saben español, lo que facilitó en gran medida la adaptación en cuanto al idioma para todos los miembros de la familia española de Reine. Además, la pequeña conocía a su familia española desde mucho antes de venir ya que existía un vínculo grande entre su familia de origen y la de Punta Umbría al hablarse por teléfono y al recibir en los campamentos enseres, medicinas y productos básicos de parte de Asun y su familia.
El día a día de Reine ha pasado entre todas las actividades de ocio y el “ir a la tienda” con Asun, “a la farmacia”, así como pasar horas en la playa que ha tenido tan cerca. Además, ha conocido otros lugares como Paymogo, de donde es Asun, y allí también ha participado de la vida cotidiana. De esto modo, ha realizado acciones que en los campamentos se hacen imposibles. Asimismo, la pequeña ha visitado al pediatra y al dentista, compromisos que adquiere la familia de acogida a la hora de formar parte del programa. Las deficiencias de higiene y de agua corriente hacen especialmente necesarias la visita al dentista, tal y como señala Asun, de ahí que sea un compromiso obligatorio que la familia asume con mucho gusto.
Todo ha ido tan bien y el vínculo entre ambas familias es tan sólido, que para el año que viene Reine volverá con Asun y su familia, pero no solo lo hará ella, sino que es muy probable que lo haga con su hermano pequeño, de ocho años. Ante la venida de los dos hermanos, Asun no se plantea que se vaya con otra familia y separarlos, así que la idea es que compartan un verano especial los dos juntos en Punta Umbría.
Para Asun casi es cotidiano pasar los veranos con niños o niñas de los campamentos de refugiados, pero aun así sigue poniendo en valor como ellos al no tener nada les dan un valor distinto a las cosas. “Lo poco que les das les parece mucho”, apunta, para comentar que la pequeña “se ha llevado cuatro barbies y se ha ido loca de contenta”. Aunque matiza que “antes quiere un juguete para sus hermanos que para ella”, así como otras cosas para sus padres y abuelos, además del resto de su familia. Explica, además, que la familia amplia vive en la misma casa, tanto tíos como abuelos comparten el espacio con grandes y pequeños.
Reine se fue a finales de agosto de vuelta a los campamentos cargada de juguetes, ropa y regalos para ella y para toda su familia muy contenta de haber vivido este verano especial e ilusionada por compartir tantas cosas como llevaba para ella y su familia.
Cabe destacar que Asun y su familia conocen perfectamente la realidad de los campamentos de refugiados ya que visitaron la zona hace casi cuatro años, justo antes de la pandemia por Covid. Allí, fueron acogidos por esta familia de Sidafme y Reine y vivieron unos días de convivencia en los poblados, donde no hay ni luz ni agua corriente. La madre de acogida comenta que fueron muy hospitalarios con ellos y que “te dan todo lo que tienen dentro de sus posibilidades”. Ellos fueron a llevar 200 kilos de comida y enseres básicos para ayudar a pasar los siguientes meses en las mejores condiciones posibles, ya que tienen una relación de años con la misma familia y, por lo tanto, un vínculo estrecho con todos ellos.