Esteban Medina García: “Jugar junto a mis hermanos en el equipo sénior es un sueño cumplido”

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Esteban Medina García, jugador del Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer, pertenece a una familia muy ligada al deporte. Al igual que sus nueve hermanos, ha practicado diversas disciplinas deportivas. Recientemente, vivió un momento inolvidable al compartir pista con sus hermanos Pedro y Rafael en el equipo sénior del PAN Moguer, en un partido de Primera Nacional. Es su segunda etapa en el club, tras una pausa en la que practicó el atletismo, y ahora afronta la recta final de su trayectoria en el club, aunque aún le queda pólvora…

Esteban Medina García, lateral del PAN Moguer. Foto: Javier Domínguez (Instagram- @dekuwa )

Con 26 años, este joven padre y jugador del Club Balonmano Pedro Alonso Niño, combina su trabajo como peluquero y su vida familiar con su pasión por el balonmano. De este deporte destaca algunos valores como el respeto y también el compañerismo. Como jugador del primer equipo del PAN, procura inspirar a los más jóvenes con su esfuerzo diario.

Rafael, Esteban y Pedro Medina, durante el encuentro contra el Mijas.

En el mundo del deporte amateur, las historias de sacrificio, pasión y superación se escriben con el día a día de muchos atletas en el anonimato.

La trayectoria de Esteban Medina García, jugador sénior del Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer, es el relato de un joven padre de 26 años que combina su vida familiar y profesional, con su pasión inquebrantable por el balonmano.

Nacido en el seno de una familia de diez hermanos, Esteban creció en un entorno profundamente ligado al deporte. Su padre, quien también practicó balonmano, inculcó en él y en sus hermanos el amor por la actividad física. “Siempre hemos sido una familia muy deportista. Todos mis hermanos hemos practicado algún deporte, como el fútbol, el atletismo o el balonmano”, comenta Esteban. Cuenta nuestro protagonista que su paso por el balonmano tuvo un intermedio, en el que practicó el atletismo. “Estuve compitiendo entre los 12 y 17 años aproximadamente en disciplinas como salto de longitud y carreras de 60 y 100 metros. Pero una lesión me llevó a volver al balonmano, donde ya había jugado en categoría infantil”, rememora.

Esteban ha estado ligado al club moguereño desde sus años de formación y regresó en 2016 para incorporarse al primer equipo. Desde entonces, su compromiso con el equipo y con sus compañeros ha sido constante, en una categoría donde la competición exige desplazarse con frecuencia a otras ciudades españolas. “Jugar en la Primera Nacional implica un esfuerzo adicional y una motivación. Viajar para competir te hace sentir como un profesional, aunque seas un jugador amateur. Hay un nivel de compromiso y disciplina que te empuja a dar lo mejor de ti”, explica.

Aunque reconoce las dificultades de combinar su trabajo como peluquero, con los entrenamientos y los viajes, lo hace con ilusión. La reciente llegada de una nueva directiva al club ha traído un aire fresco. Según Esteban, el enfoque ahora está más equilibrado entre el desarrollo de la cantera y el fortalecimiento del primer equipo. “Han logrado que alcanzar el primer equipo sea atractivo para los jugadores de las categorías inferiores. Eso genera un ambiente de ilusión que se echaba en falta”, afirma.

Aunque las expectativas para esta temporada se centran en mantener la categoría, el equipo trabaja con entusiasmo, sabiendo que este es un peldaño más en el camino hacia metas mayores y que la temporada pasada, dieron la sorpresa jugando el playoff de ascenso.

Para Esteban, el balonmano es más que un deporte; es una vía de escape, un lugar donde encuentra amistades y valores que trascienden la competencia. “Lo que más destacaría es el respeto y el compañerismo que hay en este deporte. Es algo que lo diferencia de otros deportes donde la competitividad tapa estos valores”, señala. Este respeto no solo se da entre compañeros, sino también entre rivales, lo que fortalece su amor por el balonmano.

El pasado reciente trajo un momento especial para Esteban y su familia. Hace unas semanas, compartió convocatoria con sus hermanos Pedro y Rafael en un partido de la Primera Nacional. Los tres jugaron juntos en la pista durante los últimos minutos del encuentro. “Uno de mis sueños en el balonmano era compartir un partido con mis hermanos en el primer equipo. Ese día lo conseguimos en el partido contra el Mijas y fue muy emocionante”, recuerda.

Con una trayectoria que ha superado lesiones graves, como la rotura del ligamento cruzado, Esteban sabe que el tiempo en el deporte es limitado. Sin embargo, su enfoque sigue siendo aprovechar cada momento. “Mientras el cuerpo me lo permita y siga disfrutando, aquí estaré. Algunos me dicen que cuándo me voy a retirar, pero de momento aquí estoy. Quizás cuando mis hermanos y yo estemos una temporada en el primer equipo, llegue ese momento”, confiesa.

Más allá de los triunfos en la cancha, su mayor logro es intentar servir de ejemplo para sus hermanos y los jugadores más jóvenes del equipo, demostrando que con actitud, compromiso e ilusión, se pueden alcanzar las metas deseadas.

 

 

 

 

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